Muere un pontevedrés tras vivir 79 años en un hospital
Agapito Pazos Méndez estaba empadronado en la habitación 415 y sólo abandonó una vez el centro sanitario para ver la ría
Agapito Pazos Méndez, de 82 años, ha fallecido en la habitación 415, cama dos, del Hospital Provincial de Pontevedra. Allí estaba empadronado y siempre vivió en el centro sanitario donde fue abandonado a los tres años, dentro de un cajón. Trabajadores del centro hospitalario han lamentado su muerte y destacado la intuición de Agapito para determinar la gravedad de los enfermos. Solo dejó el edificio una vez para ver la ría.
Sufría discapacidad psíquica, una distrofia muscular en las extremidades inferiores con deformación y distrofia en su mano derecha. Se integró en el funcionamiento de la entonces institución de beneficencia, que en 1993 se integró en la sanidad pública y su tutela pasó a una entidad sin ánimo de lucro. Llegó a ser durante un tiempo el encargado de guardar las llaves de los medicamentos y el almacén. Era el único paciente con habitación decorada al gusto, que compartía con otro enfermo.
Este inquilino era muy popular en el hospital, donde el único recuerdo de Agapito enrabietado fue provocado por una paciente vietnamita le robó la caja que protegía sus pocos ahorros. Un médico le compró una caja de caudales y el asunto se solventó. Sólo salió del hospital cuando uno de los celadores lo llevó a ver las Rías Baixas a los 60 años y lo abandonó al morir, en comitiva fúnebre, acompañado de sus compañeros hasta el cercano cementerio de San Mauro.
http://www.elpais.com/articulo/socie...lpepusoc_3/Tes
Agapito Pazos Méndez estaba empadronado en la habitación 415 y sólo abandonó una vez el centro sanitario para ver la ría
Agapito Pazos Méndez, de 82 años, ha fallecido en la habitación 415, cama dos, del Hospital Provincial de Pontevedra. Allí estaba empadronado y siempre vivió en el centro sanitario donde fue abandonado a los tres años, dentro de un cajón. Trabajadores del centro hospitalario han lamentado su muerte y destacado la intuición de Agapito para determinar la gravedad de los enfermos. Solo dejó el edificio una vez para ver la ría.
Sufría discapacidad psíquica, una distrofia muscular en las extremidades inferiores con deformación y distrofia en su mano derecha. Se integró en el funcionamiento de la entonces institución de beneficencia, que en 1993 se integró en la sanidad pública y su tutela pasó a una entidad sin ánimo de lucro. Llegó a ser durante un tiempo el encargado de guardar las llaves de los medicamentos y el almacén. Era el único paciente con habitación decorada al gusto, que compartía con otro enfermo.
Este inquilino era muy popular en el hospital, donde el único recuerdo de Agapito enrabietado fue provocado por una paciente vietnamita le robó la caja que protegía sus pocos ahorros. Un médico le compró una caja de caudales y el asunto se solventó. Sólo salió del hospital cuando uno de los celadores lo llevó a ver las Rías Baixas a los 60 años y lo abandonó al morir, en comitiva fúnebre, acompañado de sus compañeros hasta el cercano cementerio de San Mauro.
http://www.elpais.com/articulo/socie...lpepusoc_3/Tes
Descanse en paz.
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