El curso que finaliza ahora ha sido para mí muy importante. En realidad todos los cursos te aportan experiencias casi siempre positivas. Pues los que trabajamos en la docencia contamos con material humano y cada uno, ya sea en lo bueno o en lo malo,tiene,durante el año, algo que advertirnos para atraer nuestra atención.
No podemos olvidar que en las aulas, sobre todo en las de la ESO, se reflejan todas las contradicciones que vivimos en la sociedad ya que la enseñanza y el sistema educativo sufren también la crisis de valores que percibimos en la vida cotidiana.
Pero este curso, repito, para mí ha sido un curso especial que me ha sorprendido muy gratamente... Hasta el punto de confesaros que "He aprendido tanto o más que he enseñado".
El Centro donde yo trabajo es un instituto que adscribe a un alumnado procedente de zonas favorecidas, pero también de otras zonas marginales. Se trata de un Centro catalogado como CAE (centro de atención especial). Esto permite contar con un suplemento de recursos materiales y también humano. Aquí conviven alumnos de 12-16 años (ESO) y alumnos de 16-18 (bachillerato).
No exagero cuando digo que la ESO es la UCI del sistema educativo, pues aquí nos encontramos con alumnos que tienen un pronóstico grave, en el sentido de que son objetores al sistema,junto con otro tipo de alumnos: estudiosos, menos estudiosos, gamberros, gamberrillos,predelincuentes, otros que coquetean con algún tipo de drogas. TAmbien los tenemos de diferentes etnias: gitanos, asiáticos y árabes e inmigrantes europeos: rumanos y croatas y sudamericanos. Es curioso que todos ellos se adaptan perfectamente y son los más respetuosos y tolerantes.
Cuando digo que este curso ha sido para mí muy enriquecedor es porque he disfrutado del privilegio de contar entre mis alumnos tutelados con un joven de 16 años, un adolescente, que valientemente y tras año y medio de contradicciones e incertidumbres, ha decidido salir del armario y hacérselo saber a profesores y compañeros.
Esto a vosotros que no estáis metidos en el mundillo cruel de un IES de secundaria, y que estáis acostumbrados a ver en la tele cómo salen de su armario personajes y personajillos (previo cobro por taquilla) haciendo de esta experiencia un espectáculo ridículo y bochornoso, os puede parecer banal y superficial. Sin embargo, imaginad la lucha de un joven que sólo oye desde que llega al Centro a las 8,30h hasta que sale 14,30h: "Gay, *******, ********, ******* y gay". Y en su casa , su padre que lo mira con desconfianza, y su madre, con tristeza y amargura porque le duele su hijo y no quiere que sufra en la vida más de lo que ella entiende que le correspondería: malas notas, algún desengaño amoroso provocado por alguna compañera, alguna riña de adolescentes, aunque la amistad en ellos suele ser limpia y desiinteresada...En fin los típicos problemillas que hemos tenido en estas edades y que sirven para ayudarnos a crecer y a madurar.
En definitiva: que mi alumno ha subido con toda la fuerza de su corazón de adolescente el primer peldaño de muchos importantes que tendrá que ir sorteando en la vida; que ha contado con todo mi apoyo de profesora y por supuesto de amiga, así como con el del resto del profesorado.En cuanto a sus compañeros, la mitad lo ha felicitado por haber dado este paso y la otra mitad no ha querido hablarle (Todavía hay mucho machismo en la sociedad en general y en las aulas en particular).
Por último añadir que para mí ha sido un honor contar con él durante dos cursos, y que echaré de menos las charlas en la biblioteca sobre nuestras preferencias en materia de novela y poesía, pues este jovencito es un lector empedernido que llegará a donde se lo proponga (se inclina por la carrera de Derecho).
Sólo puedo decirte,querido ex alumno de ESO, que la vida te cuide por ti, por tu familia y por mí.
No podemos olvidar que en las aulas, sobre todo en las de la ESO, se reflejan todas las contradicciones que vivimos en la sociedad ya que la enseñanza y el sistema educativo sufren también la crisis de valores que percibimos en la vida cotidiana.
Pero este curso, repito, para mí ha sido un curso especial que me ha sorprendido muy gratamente... Hasta el punto de confesaros que "He aprendido tanto o más que he enseñado".
El Centro donde yo trabajo es un instituto que adscribe a un alumnado procedente de zonas favorecidas, pero también de otras zonas marginales. Se trata de un Centro catalogado como CAE (centro de atención especial). Esto permite contar con un suplemento de recursos materiales y también humano. Aquí conviven alumnos de 12-16 años (ESO) y alumnos de 16-18 (bachillerato).
No exagero cuando digo que la ESO es la UCI del sistema educativo, pues aquí nos encontramos con alumnos que tienen un pronóstico grave, en el sentido de que son objetores al sistema,junto con otro tipo de alumnos: estudiosos, menos estudiosos, gamberros, gamberrillos,predelincuentes, otros que coquetean con algún tipo de drogas. TAmbien los tenemos de diferentes etnias: gitanos, asiáticos y árabes e inmigrantes europeos: rumanos y croatas y sudamericanos. Es curioso que todos ellos se adaptan perfectamente y son los más respetuosos y tolerantes.
Cuando digo que este curso ha sido para mí muy enriquecedor es porque he disfrutado del privilegio de contar entre mis alumnos tutelados con un joven de 16 años, un adolescente, que valientemente y tras año y medio de contradicciones e incertidumbres, ha decidido salir del armario y hacérselo saber a profesores y compañeros.
Esto a vosotros que no estáis metidos en el mundillo cruel de un IES de secundaria, y que estáis acostumbrados a ver en la tele cómo salen de su armario personajes y personajillos (previo cobro por taquilla) haciendo de esta experiencia un espectáculo ridículo y bochornoso, os puede parecer banal y superficial. Sin embargo, imaginad la lucha de un joven que sólo oye desde que llega al Centro a las 8,30h hasta que sale 14,30h: "Gay, *******, ********, ******* y gay". Y en su casa , su padre que lo mira con desconfianza, y su madre, con tristeza y amargura porque le duele su hijo y no quiere que sufra en la vida más de lo que ella entiende que le correspondería: malas notas, algún desengaño amoroso provocado por alguna compañera, alguna riña de adolescentes, aunque la amistad en ellos suele ser limpia y desiinteresada...En fin los típicos problemillas que hemos tenido en estas edades y que sirven para ayudarnos a crecer y a madurar.
En definitiva: que mi alumno ha subido con toda la fuerza de su corazón de adolescente el primer peldaño de muchos importantes que tendrá que ir sorteando en la vida; que ha contado con todo mi apoyo de profesora y por supuesto de amiga, así como con el del resto del profesorado.En cuanto a sus compañeros, la mitad lo ha felicitado por haber dado este paso y la otra mitad no ha querido hablarle (Todavía hay mucho machismo en la sociedad en general y en las aulas en particular).
Por último añadir que para mí ha sido un honor contar con él durante dos cursos, y que echaré de menos las charlas en la biblioteca sobre nuestras preferencias en materia de novela y poesía, pues este jovencito es un lector empedernido que llegará a donde se lo proponga (se inclina por la carrera de Derecho).
Sólo puedo decirte,querido ex alumno de ESO, que la vida te cuide por ti, por tu familia y por mí.
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