La tontería esa de los candados es una prueba de que todo se hereda menos la hermosura, de que la gente tiene una facilidad inmensa para copiar las tonterías y las horteradas que hacen los demás.
Y que si los gi.li.****** volasen nunca veríamos la luz.
Aparte de eso, me río yo del "amor" de esas parejitas que ponen los candados en el puente de Triana. Seguro que son los típicos novietes que viven cada uno en casa de sus papis y se ven los findes, pero si conviviesen juntos no durarían ni dos meses y estarían tirándose los trastos a la cabeza desde el primer día.
Editado por última vez por Danny; https://www.betisweb.com/foro/member/11691-danny en 09/08/09, 15:42:05.
A mi tampoco me parece mal que se hagan cosas para demostrar tu amor, pero como tu has dicho una cosa tan simbólica se puede estropear
Vamos a ver ahora mismo tu pasas por el puente y los candados casi ni se notan, mas adelante puede llegar a ser un problema pero ahora mismo no, ademas seguro que la gente tambien se ira a poner candados a otro puente.
Vamos a ver ahora mismo tu pasas por el puente y los candados casi ni se notan, mas adelante puede llegar a ser un problema pero ahora mismo no, ademas seguro que la gente tambien se ira a poner candados a otro puente.
Segun tenemos que esperar a que el puente este lleno de candados para empezar a prohibir Como se nota que no vas a ser tu el que los quite despues
Eso es una payasada, 300 euros de multa al que ponga un candadito y asi se acaba el cuento. El quiera poner candaditos que se vaya a Italia a ponerlo o se lo cuelgue de ciertas partes
Tiene coyons, yo hace poco que pasaba por alli andando con un amigo y al ver tantos candaos digo, joe, no me jodas que aqui aparcan tantas bicis de dia jajajajaja, la verdad que me resulto rarisimo y ahora que veo el motivo pues si, es una cursilada pero bueno, el amor hace que hagamos estas cosas y todo aquel que este o haya estado enamorado lo entendera.
Polémica por los «Candados del amor» del puente de Triana
ABC. SEVILLA
Actualizado Lunes, 10-08-09 a las 19:23
El barrio de Triana se muestra dividido por la reciente tradición que novios, casados, matrimonios o simplemente parejas de enamorados tienen de jurarse amor colocando un candado en el puente de Triana y lanzando la llave a las aguas del río Guadalquivir, pues lo que para unos es una promesa eterna, para otros es una agresión estética a un puente centenario.
El origen de esta tradición se encuentra, según algunos vecinos sevillanos, en un libro del escritor italiano Federico Moccia. En la novela 'Tengo ganas de ti', el autor relata cómo los protagonistas sellan su amor con un candado en el puente Milvio de Roma y luego tiran la llave al río. Los jóvenes italianos no tardaron en imitar a la novela, y ha sido tal la repercusión obtenida en Italia que ahora los italianos que estudian Erasmus en Sevilla han intentando emularlo.
Una de las vecinas que cruzaba por el puente indicó que le parecía una tradición "bonita", aunque recalcó que entendía que a otros les pudiera molestar por estética, pues las barandillas del paso sobre el río sevillano aparecen repletas de candados con inscripciones de nombres.
En cambio, otra vecina señaló que se trata de "una tontería" ya que la tradición "viene de un libro" y no pasa de ser "una moda". "Además, pienso que no se está adaptando la gente de esta ciudad; ya se olvidarán y vendrán a quitar todos los candados", dijo, a la vez que recalcaba que "para sellar el amor no se necesita ningún candado".
En cuanto a los candados que proliferan sobre el cauce del Guadalquivir, hasta el momento los que más se venden, según los ferreteros de la zona, son los de una marca de fabricación española, que suele ser el más habitual. De momento, el número de candados que la forja del puente soporta aumenta día a día y, mientras los vendedores de candados hacen su particular agosto, los enamorados sellan su promesa eterna
El Ayuntamiento de Sevilla no considera que los candados sean "agresión al patrimonio"
El gobierno no considera "agresión al patrimonio" los candados del puente
La comisión de patrimonio municipal se reunirá en septiembre para debatir acerca de esta nueva 'moda' importada desde Italia
Alejandro Castillero | Actualizado 11.08.2009 - 05:03
El Ayuntamiento de Sevilla, tras valorar la información dada por este periódico sobre los numerosos candados que cuelgan sobre el puente de Triana, ha considerado que no ve una "agresión contra el patrimonio" la instalación de estos cerrojos sobre las barandas del puente. Aun así, la Comisión de Patrimonio Municipal, creada hace unos meses y perteneciente a la delegación de Urbanismo, va a analizar la situación en la primera reunión que se celebrará a principios de septiembre.
Este nueva moda, importada de Roma, aterrizó en Sevilla hace dos años con la llegada de estudiantes italianos de Erasmus. El origen de esta tradición se encuentra, al parecer, en un libro del escritor italiano Federico Moccia. En la novela Tengo ganas de ti, el autor relata cómo los protagonistas sellan su amor con un candado en el puente Milvio de Roma, en el que graban sus nombres, y luego tiran la llave al río.
El problema radica en que esta demostración de amor entra en conflicto con la Protección al Patrimonio, ya que el puente de Isabel II fue declarado bien de interés cultural (BIC) en 1976. Actualmente se pueden encontrar unos 300 candados, según el recuento efectuado por este periódico esta misma semana, lo que afecta a la estética del puente de Triana.
El presidente de la asociación para la defensa del patrimonio de Sevilla (Adepa), Joaquín Egea, consideró ayer como "irrelevante" el tema de los candados del puente de Triana, comparado con la situación que sufren otros edificios como la Plaza España. No obstante, instó al Ayuntamiento a la retirada de los candados si la situación va en aumento.
El puente de Isabel II fue construido entre los años 1847 y 1852 por los ingenieros franceses Bernadet y Steinacher para reemplazar el antiguo puente de barcas de 1171, siendo un buen ejemplo de la arquitectura de hierro del siglo XIX.
Sabía que la cifra de candados superaba el centenar. Ya mismo nos plantamos en medio millar de candados. Como no pongan remedio llegará un día en el que se vea más candados que propio puente.
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