Amigos foreros, llevaba unos días tristón entre el mal tiempo y que no salía a hacer deporte. Esta tarde he salido a correr media horita por la playa ya que por cosas de la vida no vivo en la tierra que baña el Betis, pero tengo la suerte de vivir en un pueblo de playa en la Costa del Sol. Pues he visto el mar, (para mí el mar es el Mediterraneo y la mar es el Atlántico), y se me han quitado todas mis penas. Me he vuelto a maravillar de la espuma de una ola suave rompiendo sobre las piedrecitas. Que suerte tengo. No tengo Semana Santa ni cuaresma, pero no me puedo quejar. Tengo el mar, y en verano de vez en cuando me escapo unos días a la mar. La mar para mí es Cádiz y Brasil (Natal, Maceió, Salvador de Bahía).
El mar. La mar.
El mar. ¡Sólo la mar!
¿Por qué me trajiste, padre,
a la ciudad?
¿Por qué me desenterraste
del mar?
En sueños la marejada
me tira del corazón;
se lo quisiera llevar.
Padre, ¿por qué me trajiste
acá? Gimiendo por ver el mar,
un marinerito en tierra
iza al aire este lamento:
¡Ay mi blusa marinera;
siempre me la inflaba el viento
al divisar la escollera!
(Rafael Alberti)
Chorando todo o tempo que perdi...
Un día de infelicidad es un día perdido. Nunca mais.
El mar. La mar.
El mar. ¡Sólo la mar!
¿Por qué me trajiste, padre,
a la ciudad?
¿Por qué me desenterraste
del mar?
En sueños la marejada
me tira del corazón;
se lo quisiera llevar.
Padre, ¿por qué me trajiste
acá? Gimiendo por ver el mar,
un marinerito en tierra
iza al aire este lamento:
¡Ay mi blusa marinera;
siempre me la inflaba el viento
al divisar la escollera!
(Rafael Alberti)
Chorando todo o tempo que perdi...
Un día de infelicidad es un día perdido. Nunca mais.
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