Re: Estatuas de Simon Bolivar en Sevilla
Totalmente de acuerdo
Originalmente publicado por campogibraltareño
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Qué barbaridad. Cómo se puede distorsionar un post de esta manera, es alucinante observar la cantidad de foreros que, de seguir a piés juntillas lo que escriben aquí, serían unos pésimos gestores del patrimonio monumental de cualquier ciudad. ¿Desde cuándo es una condición indispensable que un monumento, para quedar situado en una localidad, debe tener relación directa con la historia de dicha localidad, región o país, y si relación afecta directamente a una parte gloriosa de dicha historia, mejor que mejor? Pero por favor señores.
Dudo muchísimo de que dentro de 300 años se vuelvan a colocar estatuas y placas conmemorativas de un personaje fascista, traidor, asesino y tirano que gobernó este país porque así le salió de sus "santos coj.ones" durante cerca de cuatro décadas. Es más, malísima señal sería para el estado español, porque supondría una regresión brutal en el camino de la libertades que emprendimos hace 30 años. Ya era hora de que nuestra joven democracia afrontara la retirada racional y pacífica de símbolos que ensalzan a personajes oscuros de nuestra historia reciente, que promovieron la ruptura de un sistema legítimo y legal vigente en los años treinta del pasado siglo; que basaron su poder en el desprecio al derrotado, que señalaron a los que no pensaban como ellos como ******** a los que eliminar, y que asentaron su gobierno en el pisoteo del disidente, en definitiva, en la represión de los propios ciudadanos españoles. ¿República marxista? Qué barbaridad, qué insulto, suena a discurso justificador muy propio de historiadores a sueldo que para contrarrestar la vergüenza del silencio, o de la beligerancia en favor de un bando, de algunas instituciones durante años de dictadura, sacan a relucir episodios sangrientos de una guerra, no lo olviden, provocada por unos rebeldes que se pasaron por el forro de los huev.os lo que los españoles habían elegido libre y democráticamente. ¿República marxista? Échenle un ojo a la Carta Magna republicana de 1931 y a la vigente de 1978, a ver cuántos principios de los que gozamos hoy ya se veían recogidos entonces. Muy típico apelar al peligro "rojo" para justificar golpes de estado, represiones y violaciones de los derechos humanos en pos del "órden, la justicia y la paz".
Dicen que Santiago Carrillo tuvo responsabilidad en Paracuellos del Jarama, bien, y don Manuel Fraga firmó penas de muerte como Ministro de un gobierno totalitario dos años antes de convertirse en padre de la Constitución, al igual que el ex secretario del PCE. Esos son los valores de la Constitución; la concordia y el perdón, pero jamás el olvido. La Transición no es una ley de punto final, y basta ya de exigir que muchos españoles de bien tengan que tragarse placas y recuerdos en favor de unas víctimas de la barbarie, al mismo tiempo que soportar el ostracismo al que se había condenado a otras, por el simple hecho de estar en el bando perdedor. ¿Quieren concordia nacional? Eleven a los "altares" a todas las víctimas y recuerden la historia como tal fue, pero no ensalcen a los que, en nombre de la patria o la bandera, masacran a su propio pueblo para su beneficio propio.
Si vamos a sacar la calculadorita para ver cuántos muertos provocó una ideología u otra convertida en forma de poder no vamos a terminar nunca. ¿Paracuellos? Sí, muerte, desolación, injusticia, abusos. Ahora me pregunto, ¿para cuándo el señor Vidal va a escribir una obra acerca de las matanzas de Badajoz, gérmen de lo ocurrido en el Jarama? ¿Para cuándo un libro acerca del centenar de enfermeras asturianas violadas y algunas enterradas vivas por tropas magrebíes (estos "moros" sí eran buenos a los ojos de los "buenos españoles") durante la Guerra? ¿Para cuándo la vida y milagros en forma de best-seller del "carnicerito de Málaga", experto represor y anunciador después por tv como presidente del gobierno de la muerte del anciano General? Ya es suficiente vergüenza para este país, europeo, democrático, multicultural y plurinacional tener que soportar que represores se murieran en sus camas con la colchita bien metida entre los piés y los bolsillitos llenos de billetes para sus herederos. Ése es el precio que pagamos todos por nuestra libertad, pero la desmemoria no entra en el pago.
Dudo muchísimo de que dentro de 300 años se vuelvan a colocar estatuas y placas conmemorativas de un personaje fascista, traidor, asesino y tirano que gobernó este país porque así le salió de sus "santos coj.ones" durante cerca de cuatro décadas. Es más, malísima señal sería para el estado español, porque supondría una regresión brutal en el camino de la libertades que emprendimos hace 30 años. Ya era hora de que nuestra joven democracia afrontara la retirada racional y pacífica de símbolos que ensalzan a personajes oscuros de nuestra historia reciente, que promovieron la ruptura de un sistema legítimo y legal vigente en los años treinta del pasado siglo; que basaron su poder en el desprecio al derrotado, que señalaron a los que no pensaban como ellos como ******** a los que eliminar, y que asentaron su gobierno en el pisoteo del disidente, en definitiva, en la represión de los propios ciudadanos españoles. ¿República marxista? Qué barbaridad, qué insulto, suena a discurso justificador muy propio de historiadores a sueldo que para contrarrestar la vergüenza del silencio, o de la beligerancia en favor de un bando, de algunas instituciones durante años de dictadura, sacan a relucir episodios sangrientos de una guerra, no lo olviden, provocada por unos rebeldes que se pasaron por el forro de los huev.os lo que los españoles habían elegido libre y democráticamente. ¿República marxista? Échenle un ojo a la Carta Magna republicana de 1931 y a la vigente de 1978, a ver cuántos principios de los que gozamos hoy ya se veían recogidos entonces. Muy típico apelar al peligro "rojo" para justificar golpes de estado, represiones y violaciones de los derechos humanos en pos del "órden, la justicia y la paz".
Dicen que Santiago Carrillo tuvo responsabilidad en Paracuellos del Jarama, bien, y don Manuel Fraga firmó penas de muerte como Ministro de un gobierno totalitario dos años antes de convertirse en padre de la Constitución, al igual que el ex secretario del PCE. Esos son los valores de la Constitución; la concordia y el perdón, pero jamás el olvido. La Transición no es una ley de punto final, y basta ya de exigir que muchos españoles de bien tengan que tragarse placas y recuerdos en favor de unas víctimas de la barbarie, al mismo tiempo que soportar el ostracismo al que se había condenado a otras, por el simple hecho de estar en el bando perdedor. ¿Quieren concordia nacional? Eleven a los "altares" a todas las víctimas y recuerden la historia como tal fue, pero no ensalcen a los que, en nombre de la patria o la bandera, masacran a su propio pueblo para su beneficio propio.
Si vamos a sacar la calculadorita para ver cuántos muertos provocó una ideología u otra convertida en forma de poder no vamos a terminar nunca. ¿Paracuellos? Sí, muerte, desolación, injusticia, abusos. Ahora me pregunto, ¿para cuándo el señor Vidal va a escribir una obra acerca de las matanzas de Badajoz, gérmen de lo ocurrido en el Jarama? ¿Para cuándo un libro acerca del centenar de enfermeras asturianas violadas y algunas enterradas vivas por tropas magrebíes (estos "moros" sí eran buenos a los ojos de los "buenos españoles") durante la Guerra? ¿Para cuándo la vida y milagros en forma de best-seller del "carnicerito de Málaga", experto represor y anunciador después por tv como presidente del gobierno de la muerte del anciano General? Ya es suficiente vergüenza para este país, europeo, democrático, multicultural y plurinacional tener que soportar que represores se murieran en sus camas con la colchita bien metida entre los piés y los bolsillitos llenos de billetes para sus herederos. Ése es el precio que pagamos todos por nuestra libertad, pero la desmemoria no entra en el pago.
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