Al futuro presidente del estado español:
Muy estimado señor (o señora) mío/a, me dirijo a usted para felicitarle por su victoria en las pasadas elecciones generales y para desearle un gran servicio y toda la suerte del mundo para la legislatura que encara, aunque sé que es completamente innecesario pues no se me ocurre hombre (o mujer) más indicado por su calidad humana y talante político para regir los destinos de este país que llamamos España (por ahora).
Y, pese a que el motivo principal de esta misiva es mostrar mi más completa adhesión a sus designios políticos que sin duda serán acertados y benevolentes para el pueblo, no quisiera dejar de aprovechar esta ocasion para hacerle una pequeña petición que aunque pueda dar a entender cierto egoísmo por mi parte creo que afecta a todo el pueblo español o, al menos, a gran garte de él. Y es que queremos zumbarnos a nuestras primas (o primos, según el caso).
Desde mis cortas entendederas, entiendo que es una cuestión de consentimiento mutuo, ya que tampoco hablamos de procrear o de formar una familia. Una cosa pa echar el rato, vamos. Pero supongo que no he de recordarle que hasta hace poco incluso se han llegado a firmar bulas papales previo pago para poder darle candela a tu primo (o prima) y lo considero muy injusto. Lo único que pido, señor/a mío/a, es una pequeña garantía constitucional que diga que sí, que palante (que todos sabemos pa lo que sirve una garantía constitucional, pero ahí está).
Comprendo perfectamente que usted pueda pensar que le hablo de un asunto personal que poco tiene que ver con el destino nacional, pero considero que no es así. Acaso, ¿a quién no le ha ocurrido que estando en sus años dorados, comiéndose un calippo de verde y viéndose los pelillos crecer, ha llegado su madre con la típica frase de "mira a tu prima, que guapa y que grande"? (Más grande que el Villamarín, mama, por favor. La sangre se me va para adelante que me saca un cuerpo de ventaja. ¿Por qué me haces esto?).
Porque, aunque no entiendo mucho de ello, de esta ciencia, supongo que será una cuestión morfológica, genética o mental, no sé, está contrastado que las primas/os de uno/a son los que están más potentes de todos/as. Incluso aseguraría que cuando va uno por la calle y ve un callo malayo es que no tiene primos/as. Sus padres son hijos únicos, seguro. Los dos. En cambio, va uno tranquilamente por la calle, pensando en sus cosas y divisa en lontanzanza una cosa que brilla más que el Sol en un Domingo de Ramos, que se queda uno ojiplático, como un conejo/a cuando le pones las largas, con la sangre palante otra vez que se las pela, y vuelve a parecer tu madre "mira a tu primo/a, ¿a que no la has conocido". (No, mama, pero sabía que era mi prima/o. ¿A qué tanto sufrir?).
Y, créame, se intenta luchar contra ello en base a los preceptos sociales establecidos pero fisiológicamente resulta imposible. De hecho, siempre está el caso de una boda en la famila, con tus primos y tus primas, cuando llega uno/a con su novia/o recién sacado/a de la mano, que olé Mari Puri, y llega tu prima (que la deja a la altura del betún), te da un abrazo agarrado que no sabe uno dónde poner las manos pa no toca donde no debe, atacao perdido, y encima te suelta "Que ésa no le gusta para ti, que ésa no te quiere bien". Es que me tenéis hasta la p***a/o, vamos.
Sin más y deseando mi petición sea tenida en cuenta, y que su periplo como presidenta/o sea beneficioso y nos dirija a una nueva era de felicidad, me despido atentamente:
Muy estimado señor (o señora) mío/a, me dirijo a usted para felicitarle por su victoria en las pasadas elecciones generales y para desearle un gran servicio y toda la suerte del mundo para la legislatura que encara, aunque sé que es completamente innecesario pues no se me ocurre hombre (o mujer) más indicado por su calidad humana y talante político para regir los destinos de este país que llamamos España (por ahora).
Y, pese a que el motivo principal de esta misiva es mostrar mi más completa adhesión a sus designios políticos que sin duda serán acertados y benevolentes para el pueblo, no quisiera dejar de aprovechar esta ocasion para hacerle una pequeña petición que aunque pueda dar a entender cierto egoísmo por mi parte creo que afecta a todo el pueblo español o, al menos, a gran garte de él. Y es que queremos zumbarnos a nuestras primas (o primos, según el caso).
Desde mis cortas entendederas, entiendo que es una cuestión de consentimiento mutuo, ya que tampoco hablamos de procrear o de formar una familia. Una cosa pa echar el rato, vamos. Pero supongo que no he de recordarle que hasta hace poco incluso se han llegado a firmar bulas papales previo pago para poder darle candela a tu primo (o prima) y lo considero muy injusto. Lo único que pido, señor/a mío/a, es una pequeña garantía constitucional que diga que sí, que palante (que todos sabemos pa lo que sirve una garantía constitucional, pero ahí está).
Comprendo perfectamente que usted pueda pensar que le hablo de un asunto personal que poco tiene que ver con el destino nacional, pero considero que no es así. Acaso, ¿a quién no le ha ocurrido que estando en sus años dorados, comiéndose un calippo de verde y viéndose los pelillos crecer, ha llegado su madre con la típica frase de "mira a tu prima, que guapa y que grande"? (Más grande que el Villamarín, mama, por favor. La sangre se me va para adelante que me saca un cuerpo de ventaja. ¿Por qué me haces esto?).
Porque, aunque no entiendo mucho de ello, de esta ciencia, supongo que será una cuestión morfológica, genética o mental, no sé, está contrastado que las primas/os de uno/a son los que están más potentes de todos/as. Incluso aseguraría que cuando va uno por la calle y ve un callo malayo es que no tiene primos/as. Sus padres son hijos únicos, seguro. Los dos. En cambio, va uno tranquilamente por la calle, pensando en sus cosas y divisa en lontanzanza una cosa que brilla más que el Sol en un Domingo de Ramos, que se queda uno ojiplático, como un conejo/a cuando le pones las largas, con la sangre palante otra vez que se las pela, y vuelve a parecer tu madre "mira a tu primo/a, ¿a que no la has conocido". (No, mama, pero sabía que era mi prima/o. ¿A qué tanto sufrir?).
Y, créame, se intenta luchar contra ello en base a los preceptos sociales establecidos pero fisiológicamente resulta imposible. De hecho, siempre está el caso de una boda en la famila, con tus primos y tus primas, cuando llega uno/a con su novia/o recién sacado/a de la mano, que olé Mari Puri, y llega tu prima (que la deja a la altura del betún), te da un abrazo agarrado que no sabe uno dónde poner las manos pa no toca donde no debe, atacao perdido, y encima te suelta "Que ésa no le gusta para ti, que ésa no te quiere bien". Es que me tenéis hasta la p***a/o, vamos.
Sin más y deseando mi petición sea tenida en cuenta, y que su periplo como presidenta/o sea beneficioso y nos dirija a una nueva era de felicidad, me despido atentamente:
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