A pesar de los 417.000 puestos de trabajo creados a lo largo de 2014, las cuentas de la Seguridad Social no dejan de empeorar. Según los datos publicados este lunes por el Ministerio de Empleo, el ratio de cotizantes por pensionista bajó hasta 2,25 veces, el nivel más bajo desde finales del año 2000. Es decir, hace tres lustros que el sistema de pensiones no se encontraba en una situación tan delicada como la actual. ¿Cuál es el motivo?

En primer lugar, porque el número de pensionistas sube prácticamente lo mismo que el número de afiliados. Los datos de Empleo apuntan que al cierre del año pasado, había 18,97 millones de apuntados al sistema (16,65 millones de ocupados contabilizados por Empleo y otros 2,3 millones de parados que cotizan a la Seguridad Social). La caída de los parados que cotizan hizo que el total de afiliados apenas subiera en 121.557 personas en 2014.

Frente a ellos, la otra cara de la moneda son los pensionistas. Según los datos de Empleo, había a 31 de diciembre 8,428 millones de españoles cobrando una pensión, es decir, 112.791 más que los existentes un año antes. Es decir, el número de pensionistas subió prácticamente lo mismo que el de afiliados.

Los 18,97 millones de cotizantes entre los 8,428 millones de pensionistas dan como resultado el ratio de 2,25, el más bajo desde que comenzó el siglo.

La afiliación llega al nivel de 2012

Además, el problema no está sólo en el número, sino también en los ingresos y gastos que aportan unos y otros. Por ejemplo, según los datos de la Seguridad Social (a falta de contabilizar el mes de diciembre), los nuevos empleos creados apenas se tradujeron en nuevos ingresos por cotizaciones sociales. En los once primeros meses del año, el sistema recibió 90.916 millones de euros de los afiliados, apenas un 0,89% más que en el mismo periodo del año anterior.

Esto se debe a varios motivos. El primero sería lógicamente la rebaja de cotizaciones aprobada por el Gobierno para algunos contratos. Quienes firman bajo la llamada tarifa plana sólo aportan 100 euros al mes y también se han aprobado importantes bonificaciones para autónomos y otros colectivos.

No obstante, detrás de este mínimo aumento de los ingresos de la Seguridad Social también está la precariedad de los nuevos contratos. Empleos a tiempo parcial y sueldos más bajos (no hay que olvidar que las cotizaciones que se pagan son proporcionales al salario) también se reflejan en las cuentas de la Seguridad Social.

Por el contrario, las pensiones cada día exigen más gastos. No sólo aumenta el número de pensionistas, sino que los que se dan de alta cobran más que los que se dan de baja. Sólo en el mes de diciembre, a pesar de las reformas impulsadas desde 2010, la nómina de las pensiones se encareció un 3,1% interanual, hasta la cifra récord 8.126 millones.

Así, con unos gastos que crecen a un ritmo mayor que los ingresos, la Seguridad Social se mantiene con déficit, que fue de 3.427 millones hasta septiembre, según los últimos datos publicados por el Ministerio.

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