Anuncio

Colapsar
No hay anuncio todavía.

El post de la poesia

Colapsar

Adaptable Foro

Colapsar
X
  • Filtrar
  • Tiempo
  • Mostrar
Limpiar Todo
nuevos mensajes

  • Respuesta: Post de la poesía

    TE QUIERO
    Te lo he dicho con el viento,
    Jugueteando tal un animalito en la arena
    O iracundo como órgano tempestuoso;
    Te lo he dicho con el sol,
    Que dora desnudos cuerpos juveniles
    Y sonríe en todas las cosas inocentes;
    Te lo he dicho con las nubes,
    Frentes melancólicas que sostienen el cielo,
    Tristezas fugitivas;
    Te lo he dicho con las plantas,
    Leves criaturas transparentes
    Que se cubren de rubor repentino;
    Te lo he dicho con el agua,
    Vida luminosa que vela un fondo de sombra;
    Te lo he dicho con el miedo,
    Te lo he dicho con la alegría,
    Con el hastío, con las terribles palabras.
    Pero así no me basta:
    Más allá de la vida
    Quiero decírtelo con la muerte;
    Más allá del amor
    Quiero decírtelo con el olvido.

    Luís Cernuda
    LOS PLACERES PROHIBIDOS 1931.

    Comentario


    • Respuesta: Post de la poesía

      A un naranjo y a un limonero

      Naranjo en maceta, ¡qué triste es tu suerte!
      Medrosas tiritan tus hojas menguadas.
      Naranjo en la corte, ¡qué pena da verte
      con tus naranjitas secas y arrugadas!.

      Pobre limonero de fruto amarillo
      cual pomo pulido de pálida cera,
      ¡qué pena mirarte, mísero arbolillo
      criado en mezquino tonel de madera!

      De los claros bosques de la Andalucía,
      ¿quién os trajo a esta castellana tierra
      que barren los vientos de la adusta sierra,
      hijos de los campos de la tierra mía?

      ¡Gloria de los huertos, árbol limonero,
      que enciendes los frutos de pálido oro,
      y alumbras del negro cipresal austero
      las quietas plegarias erguidas en coro;

      y fresco naranjo del patio querido,
      del campo risueño y el huerto soñado,
      siempre en mi recuerdo maduro o florido
      de frondas y aromas y frutos cargado!

      Antonio Machado.

      Comentario


      • Respuesta: Post de la poesía

        Aunque me tachen de salido, me parece una maravilla:

        Agua Sexual

        Rodando a goterones solos,
        a gotas como dientes,
        a espesos goterones de mermelada y sangre,
        rodando a goterones,
        cae el agua,
        como una espada en gotas,
        como un desgarrador río de vidrio,
        cae mordiendo,
        golpeando el eje de la simetría, pegando en las costuras del alma,
        rompiendo cosas abandonadas, empapando lo oscuro.

        Solamente es un soplo, más húmedo que el llanto,
        un líquido, un sudor, un aceite sin nombre,
        un movimiento agudo,
        haciéndose, espesándose,
        cae el agua,
        a goterones lentos,
        hacia su mar, hacia su seco océano,
        hacia su ola sin agua.

        Veo el verano extenso, y un estertor saliendo de un granero,
        bodegas, cigarras,
        poblaciones, estímulos,
        habitaciones, niñas
        durmiendo con las manos en el corazón,
        soñando con bandidos, con incendios,
        veo barcos,
        veo árboles de médula
        erizados como gatos rabiosos,
        veo sangre, puñales y medias de mujer,
        y pelos de hombre,
        veo camas, veo corredores donde grita una virgen,
        veo frazadas y órganos y hoteles.

        Veo los sueños sigilosos,
        admito los postreros días,
        y también los orígenes, y también los recuerdos,
        como un párpado atrozmente levantado a la fuerza
        estoy mirando.

        Y entonces hay este sonido:
        un ruido rojo de huesos,
        un pegarse de carne,
        y piernas amarillas como espigas juntándose.
        Yo escucho entre el disparo de los besos,
        escucho, sacudido entre respiraciones y sollozos.

        Estoy mirando, oyendo,
        con la mitad del alma en el mar y la mitad del alma en la tierra,
        y con las dos mitades del alma miro al mundo.

        y aunque cierre los ojos y me cubra el corazón enteramente,
        veo caer un agua sorda,
        a goterones sordos.
        Es como un huracán de gelatina,
        como una catarata de espermas y medusas.
        Veo correr un arco iris turbio.
        Veo pasar sus aguas a través de los huesos.

        Pablo Neruda.

        Comentario


        • Respuesta: Post de la poesía

          ¿Cómo era, Dios mío, cómo era?
          -¡Oh corazón falaz, mente indecisa!-
          ¿Era como el pasaje de la brisa?
          ¿Como la huida de la primavera?

          Tan leve, tan voluble, tan ligera
          cual estival vilano... ¡Sí! Imprecisa
          como sonrisa que se pierde en risa...
          ¡Vana en el aire, igual que una bandera!

          ¡Bandera, sonreír, vilano, alada
          primavera de junio, brisa pura...!
          ¡Qué loco fue tu carnaval, qué triste!

          Todo tu cambiar trocóse en nada
          -¡memoria, ciega abeja de amargura!-
          ¡No sé cómo eras, yo que sé qué fuiste!

          Retorno fugaz.
          Juan Ramón Jiménez. Sonetos espirituales 1913-15

          Comentario


          • Respuesta: Post de la poesía

            No puedo permitir que este post desaparezca en el olvido.

            Cuando éramos niños.

            Cuando éramos niños
            los viejos tenían como treinta
            un charco era un océano
            la muerte lisa y llana
            no existía.

            luego cuando muchachos
            los viejos eran gente de cuarenta
            un estanque era un océano
            la muerte solamente
            una palabra

            ya cuando nos casamos
            los ancianos estaban en los cincuenta
            un lago era un océano
            la muerte era la muerte
            de los otros.

            ahora veteranos
            ya le dimos alcance a la verdad
            el océano es por fin el océano
            pero la muerte empieza a ser
            la nuestra.

            Mario Benedetti.

            Comentario


            • Respuesta: Post de la poesía

              Agua Mujer

              ¿Qué me copiaste en ti,
              que cuando falta en mí
              la imagen de la cima,
              corro a mirarme en ti?

              Juan Ramón Jiménez.

              Comentario


              • Respuesta: Post de la poesía

                Yo me acuerdo de unos cuantos versos que me aprendí cuando era pequeño, pero no me acuerdo de quien era ni nada:

                -Calla, calla, princesa - dice el hada madrina
                en caballo con alas hacia acá se encamina.
                En el cinto la espada y en la mano el azor,
                el feliz caballero que te adora sin verte,
                y que llega de lejos vencedor de la muerte,
                a encenderte los labios con un beso de amor.

                Comentario


                • Respuesta: Post de la poesía

                  Señor: es hora. Largo fue el verano.
                  Pon tu sombra en los relojes solares,
                  y suelta los vientos por las llanuras.

                  Haz que sazonen los últimos frutos;
                  concédeles dos días más del sur,
                  úrgeles a su madurez y mete
                  en el vino espeso el postrer dulzor.

                  No hará casa el que ahora no la tiene,
                  el que ahora está solo lo estará siempre,
                  velará, leerá, escribirá largas cartas,
                  y deambulará por las avenidas,
                  inquieto como el rodar de las hojas.


                  Rilke

                  Comentario


                  • Respuesta: Post de la poesía

                    Golondrinas.

                    Las dulces mensajeras de la tristeza son...
                    son avecillas negras, negras como la noche.
                    ¡Negras como el dolor!

                    ¡Las dulces golondrinas que en invierno se van
                    y que dejan el nido abandonado y solo
                    para cruzar el mar!

                    Cada vez que las veo siento un frío sutil...
                    ¡Oh! ¡Negras avecillas, inquietas avecillas
                    amantes de abril!

                    ¡Oh! ¡Pobres golondrinas que se van a buscar
                    como los emigrantes, a las tierras extrañas,
                    la migaja de pan!

                    ¡Golondrinas, llegaos! ¡Golondrinas, venid!
                    ¡Venid primaverales, con las alas de luto
                    llegaos hasta mí!

                    Sostenedme en las alas... Sostenedme y cruzad
                    de un volido tan sólo, eterno y más eterno
                    la inmensidad del mar...

                    ¿Sabéis cómo se viaja hasta el país del sol?...
                    ¿Sabéis dónde se encuentra la eterna primavera,
                    la fuente del amor?...

                    ¡Llevadme, golondrinas! ¡Llevadme! ¡No temáis!
                    Yo soy una bohemia, una pobre bohemia
                    ¡Llevadme donde vais!

                    ¿No sabéis, golondrinas errantes, no sabéis,
                    que tengo el alma enferma porque no puedo irme
                    volando yo también?

                    ¡Golondrinas, llegaos! ¡Golondrinas, venid!
                    ¡Venid primaverales! ¡Con las alas de luto
                    llegaos hasta mí!

                    ¡Venid! ¡Llevadme pronto a correr el albur!...
                    ¡Qué lástima, pequeñas, que no tengáis las alas
                    tejidas en azul!

                    Alfonsina Storni.

                    Comentario


                    • Respuesta: Post de la poesía

                      Andando, andando.
                      Que quiero oír cada grano
                      de la arena que voy pisando.

                      Andando.
                      Dejad atrás los caballos,
                      que yo quiero llegar tardando
                      (andando, andando)
                      dar mi alma a cada grano
                      de la tierra que voy rozando.

                      Andando, andando.
                      ¡Qué dulce entrada en mi campo,
                      noche inmensa que vas bajando!

                      Andando.
                      Mi corazón ya es remanso;
                      ya soy lo que me está esperando
                      (andando, andando)
                      y mi pie parece, cálido,
                      que me va el corazón besando.

                      Andando, andando.
                      ¡Que quiero ver el fiel llanto
                      del camino que voy dejando!

                      Juan Ramón Jiménez.

                      Comentario


                      • Respuesta: Post de la poesía

                        Poema 18


                        Aquí te amo.
                        En los oscuros pinos se desenreda el viento.
                        Fosforece la luna sobre las aguas errantes.
                        Andan días iguales persiguiéndose.
                        Se descine la niebla en danzantes figuras.
                        Una gaviota de plata se descuelga del ocaso.
                        A veces una vela. Altas, altas estrellas.
                        O la cruz negra de un barco.
                        Solo.
                        A veces amanezco, y hasta mi alma esta húmeda.
                        Suena, resuena el mar lejano.
                        Este es un puerto.
                        Aquí te amo.
                        Aquí te amo y en vano te oculta el horizonte.
                        Te estoy amando aún entre estas frías cosas.
                        A veces van mis besos en esos barcos graves,
                        que corren por el mar hacia donde no llegan.
                        Ya me veo olvidado como estas viejas anclas.
                        son más tristes los muelles cuando atraca la tarde.
                        Se fatiga mi vida inútilmente hambrienta.
                        Amo lo que no tengo. Estás tú tan distante.
                        Mi hastío forcejea con los lentos crepúsculos.
                        Pero la noche llega y comienza a cantarme.
                        La luna hace girar su rodaje de sueño.
                        Me miran con tus ojos las estrellas más grandes.
                        Y como yo te amo, los pinos en el viento,
                        quieren cantar tu nombre con sus hojas de alambre.


                        20 poemas de amor y una canción desesperada - Pablo Neruda

                        Comentario


                        • Respuesta: Post de la poesía

                          La lechuza de Antonio Machado

                          Campo, campo, campo
                          Entre los olivos
                          Los cortijos blancos

                          Por un ventanal
                          Entra la lechuza
                          En la catedral

                          San Cistrobalón
                          La quiso espantar
                          Al ver que bebía
                          Del velón de aceite
                          De Santa María

                          La Virgen habló
                          Dejalá que beba
                          San Cristobalón

                          Campo, campo, campo
                          Entre los olivos
                          Los cortijos blancos

                          Por un ventanal
                          Entra la lechuza
                          En la catedral

                          A Santa María
                          Un ramito verde,
                          Volando, traía
                          Editado por última vez por gui; https://www.betisweb.com/foro/member/9412-gui en 10/09/09, 13:02:54.

                          Comentario


                          • Respuesta: Post de la poesía

                            Fue una clara tarde, triste y soñolienta
                            tarde de verano. La hiedra asomaba
                            al muro del parque, negra y polvorienta...
                            La fuente sonaba.
                            Rechinó en la vieja cancela mi llave;
                            con agrio ruido abrióse la puerta
                            de hierro mohoso y, al cerrarse, grave
                            golpeó el silencio de la tarde muerta.

                            En el solitario parque, la sonora
                            copla borbollante del agua cantora
                            me guió a la fuente. La fuente vertía
                            sobre el blanco mármol su monotonía.
                            La fuente cantaba: ¿Te recuerda, hermano,
                            un sueño lejano mi canto presente?

                            Fue una tarde lenta del lento verano.
                            Respondí a la fuente:
                            No recuerdo, hermana,
                            mas sé que tu copla presente es lejana.
                            Fue esta misma tarde: mi cristal vertía
                            como hoy sobre el mármol su monotonía.
                            ¿Recuerdas, hermano?... Los mirtos talares,
                            que ves, sombreaban los claros cantares
                            que escuchas. Del rubio color de la llama,
                            el fruto maduro pendía en la rama,
                            lo mismo que ahora. ¿Recuerdas, hermano?

                            Fue esta misma tarde de verano.
                            -No sé qué me dice tu copla riente
                            de ensueños lejanos, hermana la fuente.
                            Yo sé que tu claro cristal de alegría
                            ya supo del árbol la fruta bermeja;
                            yo sé que es lejana la amargura mía
                            que sueña en la tarde de verano vieja.
                            Yo sé que tus bellos espejos cantores
                            copiaron antiguos delirios de amores:
                            mas cuéntame, fuente de lengua encantada,
                            cuéntame mi alegre leyenda olvidada.

                            -Yo no sé leyendas de antigua alegría,
                            sino historias viejas de melancolía.
                            Fue una clara tarde del lento verano
                            Tú venías solo con tu pena, hermano;
                            tus labios besaron mi linfa serena,
                            y en la clara tarde, dijeron tu pena.

                            Dijeron tu pena tus labios que ardían;
                            la sed que ahora tienen, entonces tenían.
                            -Adiós para siempre, la fuente sonora,
                            del parque dormido eterna cantora.
                            Adiós para siempre, tu monotonía,
                            fuente, es más amarga que la pena mía.

                            Rechinó en la vieja cancela mi llave;
                            con agrio ruido abrióse la puerta
                            de hierro mohoso y, al cerrarse, grave
                            sonó en el silencio de la tarde muerta.

                            Antonio Machado. Soledades. 1903

                            Comentario


                            • Respuesta: Post de la poesía

                              Aunque la noche, conmigo,
                              no la duermas ya,
                              sólo el azar nos dirá
                              si es definitivo.

                              Que aunque el gusto nunca más
                              vuelve a ser el mismo,
                              en la vida los olvidos
                              no suelen durar.

                              GIL DE BIEDMA

                              Comentario


                              • Respuesta: Post de la poesía

                                No he de callar, por más que con el dedo,
                                ya tocando la boca, o ya la frente,
                                silencio avises o amenaces miedo.
                                ¿No ha de haber un espíritu valiente?
                                ¿Siempre se ha de sentir lo que se dice?
                                ¿Nunca se ha de decir lo que se siente?
                                Hoy sin miedo que libre escandalice
                                puede hablar el ingenio, asegurado
                                de que mayor poder le atemorice…
                                En otros siglos pudo ser pecado
                                severo estudio y la verdad desnuda,
                                y romper el silencio el bien hablado.
                                Pues sepa quien lo niega y quien lo duda
                                que es la lengua la verdad de Dios severo
                                y la lengua de Dios nunca fue muda.

                                (Francisco de Quevedo)

                                Comentario

                                Adaptable footer

                                Colapsar
                                Espere un momento...
                                X