Muere una niña del condado de Treviño tras serle denegada una ambulancia de Vitoria
Anne Ganuza no sobrevivió a un shoch séptico por estreptococos derivado de una simple varicela. El servicio vasco de salud ha abierto una investigación para aclarar la muerte de esta niña de tres años, que falleció el lunes después de que una ambulancia de Vitoria se negara a recogerla en su domicilio de La Puebla de Arganzón, un pueblo de 500 habitantes ubicado a sólo 20 kilómetros de la capital vasca, pero que pertenece al condado de Treviño, una isla de Burgos en pleno corazón de la provincia de Álava.
«Si hace falta la pagamos, pero salvadle la vida», imploró la familia, según cuenta la abuela de la niña, rota por el dolor. Pero el 112 insistió en que la ambulancia tenía que llegar desde la provincia de Burgos, en concreto desde Miranda de Ebro. La Sanidad vasca se expone ahora a una demanda por negligencia, ya que la familia ha manifestado su deseo de emprender acciones legales.
«Es increíble que pueda pasar esto por una varicela. La vida de las personas debería estar por encima de los límites territoriales», opina el alcalde del pueblo
Anne Ganuza enfermó el jueves de la pasada semana. Su madre la llevó al centro de salud del pueblo, donde le recomendaron reposo. Sin embargo, su estado de salud empeoró ostensiblemente. No tenía apetito, apenas podía caminar y padecía fiebres altas. El domingo por la tarde decidieron llevarla a Urgencias en Vitoria, donde se encuentra el «hospital de referencia» para los vecinos de los dos municipios de Treviño. La familia se queja amargamente de que, a primera hora de la noche, los médicos del Universitario le dieran el alta cuando, a la vista de lo ocurrido, su estado de salud era muy grave. Fuentes médicas indican que no se la ingresó porque no tenía fiebre en ese momento. Sus granos ya estaban en fase de costra y no tenía síntomas de la infección por estreptocos.
Apenas unas horas después, a las seis de la mañana, la madre de Anne Ganuza ya estaba llamando al 112. La pequeña sufría convulsiones y lo que en un inicio era una simple varicela propia de los críos de su edad se había complicado. Sufrió un shock séptico provocado por un estreptococo, un cuadro clínico con alta mortalidad. Desde Emergencias del País Vasco -Treviño comparte el prefijo telefónico con Álava y sus llamadas al 112 entran en Vitoria- le informaron de que no era posible el envío de una ambulancia medicalizada, como demandaban. El personal del 112 se ofreció a indicar a la madre qué pasos tenía que seguir para atender a su pequeña, pero insistió en que el vehículo lo tenía que enviar la Sanidad de Castilla y León, autonomía a la que pertenecen.
Niña semiiconsciente
A partir de ahí, todo se desarrolló de manera precipitada. El padre de la niña, que trabajaba en la Mercedes-Benz de Vitoria, volvió a Treviño para trasladar con su propio coche a Anne Ganuza al hospital. Entró a la niña en brazos en Urgencias ya semiinconsciente y el personal sanitario trató de reanimarla durante unos 45 minutos. No tuvieron éxito, ya que esas infecciones por estreptocos tienen un efecto fulgurante. Mientras la niña ya se encontraba en el hospital una médico de guardia de la Junta de Castilla y León se había desplazado desde el centro de salud de Treviño hasta La Puebla de Arganzón pero, según informó el Gobierno regional, cuando llegó al domicilio de Anne Ganuza ya no había nadie.
Portavoces de Osakidetza explicaron así lo ocurrido: «Necesitamos tener todos los datos para hacer una valoración definitiva. Pero hay un protocolo [para que las urgencias en Treviño se atiendan desde el País Vasco]. Lo normal habría sido que la ambulancia fuera. Pasan muchas cosas allí y nunca hay ningún problemas». Estas mismas fuentes confirman que el camino «más rápido» para acceder al enclave es desde Vitoria. «Todo está muy medido. Desde Miranda de Ebro habría tardado más, seguro. Lo que está claro es que la ambulancia no se mandó», informan desde el Gobierno vasco, cuyo consejero de Salud, Jon Darpón, estuvo en contacto con la familia durante la jornada de ayer.
La Junta de Castilla y León, por su parte, envió un comunicado lamentando lo ocurrido e informando que sus servicios de Emergencias sólo tuvieron conocimiento de los hechos a las 7.04 horas, es decir, alrededor de una hora después de la llamada de la madre al 112. Fue la médico de La Puebla de Arganzón la que informó de los hechos después de que telefoneara a la casa familiar de la niña y no hallara a los padres.
La Puebla de Arganzón quedó en «estado de shock» -la expresión es de una amiga de la familia- al conocer la noticia. El sol de la incipiente primavera del lunes se tornó ayer en un cielo plúmbeo que, a ratos, lloró a la niña mientras a media tarde se celebraba el funeral en la abarrotada iglesia del pueblo.
«Es increíble que pueda pasar esto por una varicela. La vida de las personas debería estar por encima de los límites territoriales», protestaba el alcalde de La Puebla de Arganzón, Roberto Ortiz de Urbina, que precisamente lleva varios meses abanderando la incorporación de Treviño al País Vasco para ganar en «eficiencia» para los vecinos.
En la ikastola de la localidad -donde unos 50 críos de hasta 6 años estudian en euskara- una esquela recordaba a Anne Ganuza. La Sanidad castellanoleonesa reunió ayer de urgencia a los padres de los compañeros de la fallecida «para transmitirles por escrito las recomendaciones que han de seguir» con el ánimo de evitar nuevas complicaciones con el brote de varicela del colegio.
Les pidieron «observación durante 30 días» ante la posible aparición de síntomas febriles y pusieron a los pequeños -y a los profesores- bajo tratamiento antibiótico durante diez días. También se les vacunará en algunos casos. Otro niño del centro está ingresado por la misma enfermedad en Vitoria y la hermana de Anne Ganuza, de un año, también ha sido inmunizada por precaución.
El Gobierno vasco, a través de su portavoz Josu Erkoreka, anunció ayer la apertura de una investigación interna que aclare las circunstancias que rodean el fallecimiento de la niña Anne Ganuza.
Treviño, 'tierra de nadie'
En Treviño hay una cierta sensación de que están «en tierra de nadie». Los vecinos, reunidos en la Iglesia para el funeral de la pequeña Anne Ganuza, comentaban ayer por la tarde que «algo gordo» tenía que pasar para que los problemas del día a día en el enclave quedaran al descubierto. No pocos recuerdan el caso de una mujer que vio cómo su casa casi se calcinaba porque no estaba claro si tenían que acudir a La Puebla de Arganzón los Bomberos de Burgos o los de Álava. La incorporación de Treviño al País Vasco está en estos momentos sobre la mesa del Congreso de los Diputados a instancias del Parlamento autonómico y de los alcaldes del condado, aunque con la oposición firme de la Diputación de Burgos y de Castilla y León. La comarca es, formalmente, un pedazo de Burgos, pero ejerce de ciudad dormitorio para Vitoria y que cuenta hasta con una 'ikastola' que enseña a los pequeños en euskara. Hasta los guardias civiles destinados en la zona son de la Comandancia de Álava.
Anne Ganuza no sobrevivió a un shoch séptico por estreptococos derivado de una simple varicela. El servicio vasco de salud ha abierto una investigación para aclarar la muerte de esta niña de tres años, que falleció el lunes después de que una ambulancia de Vitoria se negara a recogerla en su domicilio de La Puebla de Arganzón, un pueblo de 500 habitantes ubicado a sólo 20 kilómetros de la capital vasca, pero que pertenece al condado de Treviño, una isla de Burgos en pleno corazón de la provincia de Álava.
«Si hace falta la pagamos, pero salvadle la vida», imploró la familia, según cuenta la abuela de la niña, rota por el dolor. Pero el 112 insistió en que la ambulancia tenía que llegar desde la provincia de Burgos, en concreto desde Miranda de Ebro. La Sanidad vasca se expone ahora a una demanda por negligencia, ya que la familia ha manifestado su deseo de emprender acciones legales.
«Es increíble que pueda pasar esto por una varicela. La vida de las personas debería estar por encima de los límites territoriales», opina el alcalde del pueblo
Anne Ganuza enfermó el jueves de la pasada semana. Su madre la llevó al centro de salud del pueblo, donde le recomendaron reposo. Sin embargo, su estado de salud empeoró ostensiblemente. No tenía apetito, apenas podía caminar y padecía fiebres altas. El domingo por la tarde decidieron llevarla a Urgencias en Vitoria, donde se encuentra el «hospital de referencia» para los vecinos de los dos municipios de Treviño. La familia se queja amargamente de que, a primera hora de la noche, los médicos del Universitario le dieran el alta cuando, a la vista de lo ocurrido, su estado de salud era muy grave. Fuentes médicas indican que no se la ingresó porque no tenía fiebre en ese momento. Sus granos ya estaban en fase de costra y no tenía síntomas de la infección por estreptocos.
Apenas unas horas después, a las seis de la mañana, la madre de Anne Ganuza ya estaba llamando al 112. La pequeña sufría convulsiones y lo que en un inicio era una simple varicela propia de los críos de su edad se había complicado. Sufrió un shock séptico provocado por un estreptococo, un cuadro clínico con alta mortalidad. Desde Emergencias del País Vasco -Treviño comparte el prefijo telefónico con Álava y sus llamadas al 112 entran en Vitoria- le informaron de que no era posible el envío de una ambulancia medicalizada, como demandaban. El personal del 112 se ofreció a indicar a la madre qué pasos tenía que seguir para atender a su pequeña, pero insistió en que el vehículo lo tenía que enviar la Sanidad de Castilla y León, autonomía a la que pertenecen.
Niña semiiconsciente
A partir de ahí, todo se desarrolló de manera precipitada. El padre de la niña, que trabajaba en la Mercedes-Benz de Vitoria, volvió a Treviño para trasladar con su propio coche a Anne Ganuza al hospital. Entró a la niña en brazos en Urgencias ya semiinconsciente y el personal sanitario trató de reanimarla durante unos 45 minutos. No tuvieron éxito, ya que esas infecciones por estreptocos tienen un efecto fulgurante. Mientras la niña ya se encontraba en el hospital una médico de guardia de la Junta de Castilla y León se había desplazado desde el centro de salud de Treviño hasta La Puebla de Arganzón pero, según informó el Gobierno regional, cuando llegó al domicilio de Anne Ganuza ya no había nadie.
Portavoces de Osakidetza explicaron así lo ocurrido: «Necesitamos tener todos los datos para hacer una valoración definitiva. Pero hay un protocolo [para que las urgencias en Treviño se atiendan desde el País Vasco]. Lo normal habría sido que la ambulancia fuera. Pasan muchas cosas allí y nunca hay ningún problemas». Estas mismas fuentes confirman que el camino «más rápido» para acceder al enclave es desde Vitoria. «Todo está muy medido. Desde Miranda de Ebro habría tardado más, seguro. Lo que está claro es que la ambulancia no se mandó», informan desde el Gobierno vasco, cuyo consejero de Salud, Jon Darpón, estuvo en contacto con la familia durante la jornada de ayer.
La Junta de Castilla y León, por su parte, envió un comunicado lamentando lo ocurrido e informando que sus servicios de Emergencias sólo tuvieron conocimiento de los hechos a las 7.04 horas, es decir, alrededor de una hora después de la llamada de la madre al 112. Fue la médico de La Puebla de Arganzón la que informó de los hechos después de que telefoneara a la casa familiar de la niña y no hallara a los padres.
La Puebla de Arganzón quedó en «estado de shock» -la expresión es de una amiga de la familia- al conocer la noticia. El sol de la incipiente primavera del lunes se tornó ayer en un cielo plúmbeo que, a ratos, lloró a la niña mientras a media tarde se celebraba el funeral en la abarrotada iglesia del pueblo.
«Es increíble que pueda pasar esto por una varicela. La vida de las personas debería estar por encima de los límites territoriales», protestaba el alcalde de La Puebla de Arganzón, Roberto Ortiz de Urbina, que precisamente lleva varios meses abanderando la incorporación de Treviño al País Vasco para ganar en «eficiencia» para los vecinos.
En la ikastola de la localidad -donde unos 50 críos de hasta 6 años estudian en euskara- una esquela recordaba a Anne Ganuza. La Sanidad castellanoleonesa reunió ayer de urgencia a los padres de los compañeros de la fallecida «para transmitirles por escrito las recomendaciones que han de seguir» con el ánimo de evitar nuevas complicaciones con el brote de varicela del colegio.
Les pidieron «observación durante 30 días» ante la posible aparición de síntomas febriles y pusieron a los pequeños -y a los profesores- bajo tratamiento antibiótico durante diez días. También se les vacunará en algunos casos. Otro niño del centro está ingresado por la misma enfermedad en Vitoria y la hermana de Anne Ganuza, de un año, también ha sido inmunizada por precaución.
El Gobierno vasco, a través de su portavoz Josu Erkoreka, anunció ayer la apertura de una investigación interna que aclare las circunstancias que rodean el fallecimiento de la niña Anne Ganuza.
En Treviño hay una cierta sensación de que están «en tierra de nadie». Los vecinos, reunidos en la Iglesia para el funeral de la pequeña Anne Ganuza, comentaban ayer por la tarde que «algo gordo» tenía que pasar para que los problemas del día a día en el enclave quedaran al descubierto. No pocos recuerdan el caso de una mujer que vio cómo su casa casi se calcinaba porque no estaba claro si tenían que acudir a La Puebla de Arganzón los Bomberos de Burgos o los de Álava. La incorporación de Treviño al País Vasco está en estos momentos sobre la mesa del Congreso de los Diputados a instancias del Parlamento autonómico y de los alcaldes del condado, aunque con la oposición firme de la Diputación de Burgos y de Castilla y León. La comarca es, formalmente, un pedazo de Burgos, pero ejerce de ciudad dormitorio para Vitoria y que cuenta hasta con una 'ikastola' que enseña a los pequeños en euskara. Hasta los guardias civiles destinados en la zona son de la Comandancia de Álava.
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