El libro 'ReAprende Español. Las 101 cagadas (y otras curiosidades) de nuestro idioma' reúne una colección de "horrores" frecuentes en el uso del español.
Una selección sin voluntad enciclopédica que no duda en cuestionar a la mismísima RAE.
Hasta Fernando Lázaro Carreter, el hombre que clavaba sus dardos en la palabra, cuenta con alguna mácula en su historial. El que fuera director de la Real Academia de la Lengua empleó en más de una ocasión la palabra 'espúreo', desconocida para la propia RAE, en lugar del adjetivo 'espurio'. Sea 'espúreo' el mejor ejemplo de palabra espuria, es decir, 'bastarda', 'falsa'.
El error quizá habría pasado desapercibido si no hubiese aparecido en un artículo titulado 'Norma y uso del idioma' (1976). Un texto que hablaba, precisamente, de la enseñanza de la lengua a los escolares. "¿Quién, profesor o no, posee el pulso capaz de ponderar lo aceptable para distinguirlo de lo 'espúreo'?"", se preguntaba el académico sobre la conveniencia de 'domesticar' la espontaneidad oral de los estudiantes. El propio Lázaro Carreter ofrecería más adelante una explicación a su desliz: la palabra 'bastarda' surge al intentar mejorar una terminación tenida por vulgar ('-urio') y recuperar una supuesta forma originaria similar a 'sulfúreo' o 'purpúreo'.
Su lapsus era en realidad una 'ultracorrección', y aparece recogido en 'ReAprende Español. Las 101 cagadas (y otras curiosidades) de nuestro idioma' (Bolchiro), un inventario de anécdotas y "horrores" lingüísticos elaborado por Irazusta Comunicación y prologado por Soledad Puértolas. El libro, disponible de momento en formato digital, "bebe de la vida cotidiana" y "de la relación con los medios, las empresas y las redes sociales", señalan sus autores (María Irazusta, Nacho Miquel, Noemí Sánchez y Beatriz Fernández, todos ellos periodistas).
Rigor y desenfado
El lanzamiento de 'ReAprende Español' coincide con el de dos manuales 'pura sangre': 'Las 500 dudas más frecuentes del español', editado por el Instituto Cervantes, y 'El buen uso del español', de la RAE. "No pretendemos competir con ellos", aclara Nacho Miquel. Sin perder el rigor, el libro emplea "un tono mucho más desenfadado para abordar cuestiones que a veces resultan tan grises". Y así, uno puede encontrar desde los vulgarismos más sangrantes admitidos por la Real Academia ('almóndiga', 'asín', 'setiembre', aunque hay margen para el debate) hasta el porqué de la expresión 'el **** de la Bernarda' y del sonoro '¡Manda ******!' (una distorsión de '¡Manda uebos!', del latín '¡Mandat opus!', es decir, '¡La necesidad obliga!').
El origen de los errores es variado: la familia, la televisión, la prensa ("los periodistas no somos los responsables del mal uso, pero contribuimos a él de alguna forma", apunta Irazusta), el sistema educativo... y el carácter español. "Al que usa palabras un poco 'elevadas' le llaman 'pedante'", señala Miquel, y a menudo preferimos "integrarnos" rebajando el nivel de nuestro discurso a ser ridiculizados por parecer demasiado cultos. Irazusta sostiene que las redes sociales han agudizado el problema, aunque dentro del 'gremio lingüístico' hay opiniones enfrentadas sobre este asunto.
A pesar de todo, "los leídos también se equivocan", recuerda el libro. ¿Cómo es posible que Lázaro Carreter o el mismísimo Umbral empleasen la palabra 'espúreo'? "Hay errores en los que la gente no cae. La comunidad hablante no tiene conciencia de que lo sean", explica Miquel. Otras veces sólo necesitamos que nos refresquen la memoria, de ahí el título del libro: "ReAprender Español es recordar normas y pautas para escribir bien que probablemente hemos olvidado por el camino", continúa. Sirvan de ejemplo esta agua (no 'este' agua), detrás de ti (no detrás tuyo) o callad (en lugar de 'callar' cuando se trata de un imperativo).
'Discrepancias' con la Academia
Aunque algún capítulo insinúe lo contrario, 'Las 101 cagadas (y otras curiosidades) de nuestro idioma' no es una crítica a la RAE, aunque no duden en "enmendar la plana" a la institución. ¿Por qué recoge 'nigérrimo' como superlativo de 'negro' en lugar de 'negrísimo'? ¿Por qué legitima errores extendidos en lugar de perseguirlos?
"La RAE peca de aplicar una manga ancha" según la cual "lo que habla la gente es lo que hay que sancionar", apuntan. Pero una mentira mil veces repetida sigue sin ser verdad... o quizá sí. Algunos malos usos sedimentan con el paso del tiempo y terminan por convertirse en norma. ¿Sabían, por ejemplo, que el término 'desapercibido' proviene de maltratar la palabra 'inadvertido'? "La RAE tiene que ser permeable a que el lenguaje evolucione, pero no estar acomplejada", concluyen.
¿'Manda uebos' o 'manda ******'? | Cultura | EL MUNDO
Una selección sin voluntad enciclopédica que no duda en cuestionar a la mismísima RAE.
Hasta Fernando Lázaro Carreter, el hombre que clavaba sus dardos en la palabra, cuenta con alguna mácula en su historial. El que fuera director de la Real Academia de la Lengua empleó en más de una ocasión la palabra 'espúreo', desconocida para la propia RAE, en lugar del adjetivo 'espurio'. Sea 'espúreo' el mejor ejemplo de palabra espuria, es decir, 'bastarda', 'falsa'.
El error quizá habría pasado desapercibido si no hubiese aparecido en un artículo titulado 'Norma y uso del idioma' (1976). Un texto que hablaba, precisamente, de la enseñanza de la lengua a los escolares. "¿Quién, profesor o no, posee el pulso capaz de ponderar lo aceptable para distinguirlo de lo 'espúreo'?"", se preguntaba el académico sobre la conveniencia de 'domesticar' la espontaneidad oral de los estudiantes. El propio Lázaro Carreter ofrecería más adelante una explicación a su desliz: la palabra 'bastarda' surge al intentar mejorar una terminación tenida por vulgar ('-urio') y recuperar una supuesta forma originaria similar a 'sulfúreo' o 'purpúreo'.
Su lapsus era en realidad una 'ultracorrección', y aparece recogido en 'ReAprende Español. Las 101 cagadas (y otras curiosidades) de nuestro idioma' (Bolchiro), un inventario de anécdotas y "horrores" lingüísticos elaborado por Irazusta Comunicación y prologado por Soledad Puértolas. El libro, disponible de momento en formato digital, "bebe de la vida cotidiana" y "de la relación con los medios, las empresas y las redes sociales", señalan sus autores (María Irazusta, Nacho Miquel, Noemí Sánchez y Beatriz Fernández, todos ellos periodistas).
Rigor y desenfado
El lanzamiento de 'ReAprende Español' coincide con el de dos manuales 'pura sangre': 'Las 500 dudas más frecuentes del español', editado por el Instituto Cervantes, y 'El buen uso del español', de la RAE. "No pretendemos competir con ellos", aclara Nacho Miquel. Sin perder el rigor, el libro emplea "un tono mucho más desenfadado para abordar cuestiones que a veces resultan tan grises". Y así, uno puede encontrar desde los vulgarismos más sangrantes admitidos por la Real Academia ('almóndiga', 'asín', 'setiembre', aunque hay margen para el debate) hasta el porqué de la expresión 'el **** de la Bernarda' y del sonoro '¡Manda ******!' (una distorsión de '¡Manda uebos!', del latín '¡Mandat opus!', es decir, '¡La necesidad obliga!').
El origen de los errores es variado: la familia, la televisión, la prensa ("los periodistas no somos los responsables del mal uso, pero contribuimos a él de alguna forma", apunta Irazusta), el sistema educativo... y el carácter español. "Al que usa palabras un poco 'elevadas' le llaman 'pedante'", señala Miquel, y a menudo preferimos "integrarnos" rebajando el nivel de nuestro discurso a ser ridiculizados por parecer demasiado cultos. Irazusta sostiene que las redes sociales han agudizado el problema, aunque dentro del 'gremio lingüístico' hay opiniones enfrentadas sobre este asunto.
A pesar de todo, "los leídos también se equivocan", recuerda el libro. ¿Cómo es posible que Lázaro Carreter o el mismísimo Umbral empleasen la palabra 'espúreo'? "Hay errores en los que la gente no cae. La comunidad hablante no tiene conciencia de que lo sean", explica Miquel. Otras veces sólo necesitamos que nos refresquen la memoria, de ahí el título del libro: "ReAprender Español es recordar normas y pautas para escribir bien que probablemente hemos olvidado por el camino", continúa. Sirvan de ejemplo esta agua (no 'este' agua), detrás de ti (no detrás tuyo) o callad (en lugar de 'callar' cuando se trata de un imperativo).
'Discrepancias' con la Academia
Aunque algún capítulo insinúe lo contrario, 'Las 101 cagadas (y otras curiosidades) de nuestro idioma' no es una crítica a la RAE, aunque no duden en "enmendar la plana" a la institución. ¿Por qué recoge 'nigérrimo' como superlativo de 'negro' en lugar de 'negrísimo'? ¿Por qué legitima errores extendidos en lugar de perseguirlos?
"La RAE peca de aplicar una manga ancha" según la cual "lo que habla la gente es lo que hay que sancionar", apuntan. Pero una mentira mil veces repetida sigue sin ser verdad... o quizá sí. Algunos malos usos sedimentan con el paso del tiempo y terminan por convertirse en norma. ¿Sabían, por ejemplo, que el término 'desapercibido' proviene de maltratar la palabra 'inadvertido'? "La RAE tiene que ser permeable a que el lenguaje evolucione, pero no estar acomplejada", concluyen.
¿'Manda uebos' o 'manda ******'? | Cultura | EL MUNDO
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