JOSÉ MARÍA del Nido ingresará en prisión por su participación en el expolio a los ciudadanos de Marbella. Es decir, por robar a lo fino. Parafraseando al personaje, podría decirse que irá a la cárcel sí o sí. No es ésta la expresión de un deseo personal pero aún menos es un lamento. Una sentencia firme, sólo soslayable a través de un indulto -que sería humillante para todas las partes, pero sobre todo para la democracia- otorga ya la seguridad legal suficiente para sostener la afirmación de perogrullo de que el que roba -o malversa, o prevarica o estafa, me da igual el equivalente jurídico- tiene que pagarlo. Y, sin embargo, aún hay quien le pone cortapisas a esa verdad incuestionable.
No me refiero a los hinchas furibundos, inhabilitados morales, que mezclan sin control pasiones y Código Penal, sino a aquellos políticos que durante años, la semana pasada, ayer mismo, todavía ponían sordina a las andanzas de Del Nido. Ser presidente de un club de fútbol con 34.000 socios y un siglo de historia ha sido su escudo no sólo frente a buena parte de la ciudadanía y ante algunos medios de comunicación que le ríen las gracias hasta el infinito y más allá sino, lo que es mucho más degradante, ante un stablishment político para el que una foto con el triunfante presidente futbolero seguía siendo rentable hasta ayer mismo pese a su condición oficiosa de abogado corrupto. Se ve que a los ojos del asesor de imagen de turno, el populismo compensa el embrutecimiento.
Del proceso judicial y ético al saqueo de Marbella se han escapado vivos unos pocos: los ciudadanos que siguieron votando a Jesús Gil incluso después de que hubiera indicios más que evidentes de sus fechorías, los periodistas estrella que se tomaban a chacota las denuncias porque el personaje les deslumbraba con su aparente campechanía y, por supuesto, los políticos que sólo después de que el GIL amenazara con convertirse en un peligro fuera de Marbella empezaron a ponerle distancia.
Con Del Nido ha ocurrido otro tanto. Salvo alguna excepción, ningún político ha declinado en los últimos años sentarse a su vera en el palco del Sevilla FC, ninguno ha evitado firmar con él un convenio urbanístico, ni hacerse una foto juntos en una escuela deportiva, ni invitarlo a un acontecimiento privado y aparentemente familiar aunque eso significara sentarlo al lado de algunas de las más altas instituciones del Estado. ¿Cómo nos va a extrañar que la delegada del Gobierno, tras conocerse la sentencia del Tribunal Supremo, dijera en público que lamenta que vaya a prisión? ¿O que Zoido manifestara que su condena es una mala noticia para la ciudad? ¿La mala noticia no sería que quedaran impunes sus delitos? Han vivido con él, junto a él, se han hecho amigos más allá de la relación protocolaria y ahora ponen esa amistad por encima de la prudencia. Son actos institucionales, decían.
Institucionales, sí: de una institución pública que tienen la obligación de mantener a distancia de la corrupción.
de ver los comentarios de la delegada del gobierno, de zoido y de algún madamal del pp, me tiene preocupao. Tiene toda la pinta de que el indulto es para benavente sí o sí.
Causa cierto sonrojo leer y escuchar ahora a algunos profesionales de la información una vez dictada sentencia, decir según qué cosas cuando durante años han mirado hacia otro lado a luz del brillo de los títulos ganados no hace demasiado tiempo.
Los dirigentes del fútbol, las aficiones, las instituciones y la clase política son las culpables, son las ignorantes, son las veletas que se mueven en función del viento que sople.... Los medios de comunicación que dicen A o B en función de que la pelotita entre, no. Los profesionales de la información que se abrazan al líder de masas (del que ahora reniegan) de turno porque su imagen "vende", no. El opinador profesional que sienta cátedra en tres párrafos dando lecciones de moralidad al prójimo cuando su pluma derramaba lágrimas de tinta de emoción cuando Kanouté levantaba trofeos, no.
El populismo rancio y la cochambre moral nacen, crecen y se reproducen en el mundo del fútbol porque los sentimientos verdaderos, profundos, intensos (los de los que pagan por ver fútbol) aunque masivos, solo son canalizados de manera organizada por una minoría que apenas puede poner remedio ante tanta locura y desfase. Y al populismo rancio y la cochambre moral contribuye de manera decisiva cierto modo de transmisión de la información más preocupada en cerrar hemerotecas, borrar memorias y hacer pagar cuentas pendientes que en informar, formar e instruir.
de ver los comentarios de la delegada del gobierno, de zoido y de algún madamal del pp, me tiene preocupao. Tiene toda la pinta de que el indulto es para benavente sí o sí.
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