Para muchos,apoyar a los mas débiles y necesitados está mal.Ayer le lei a nuestro compi Josema decir que eso es sólo para comprar votos.Sólo define el ideario del personal.Hay dinero para estas cosas y ademas es necesario que revierta en el sector de la poblacion que peor lo está pasando.De hecho,me parece bien que algunas comunidades autonomas sean precisamente autónomas y se rebelen al incompetente gobierno nacional.Por ejemplo,me gusta lo que hace de vez en cuando el señor Monago.
El presidente de la Junta, José Antonio Griñán, anunciará este miércoles en el Debate del Estado de la Comunidad la creación de una beca de estudios de 1.500 euros anuales para “compensar” a aquellos estudiantes de Bachillerato y FP que hayan perdido su beca como consecuencia del endurecimiento de los criterios académicos aprobados por el Ministerio de Educación, que elevó la nota de corte del 5 al 5,5. Como consecuencia de esa medida, 7.278 estudiantes andaluces con rentas bajas se han quedado sin beca compensatoria este curso, una cifra que asciende a 11.846 afectados si se suma aquellos que también perdieron las ayudas de residencia y el suplemento de ciudades, después de que el ministerio las hiciera incompatibles con otras becas.
El mensaje político está claro: lo que el Gobierno quita, la Junta lo devuelve “para preservar la igualdad de oportunidades”. Ahora queda saber cómo va a financiar Andalucía este gasto sobrevenido, con un presupuesto de educación en retroceso (por recortes de plantilla y eliminación de programas) y las cuentas públicas sometidas a la dictadura del déficit y la consolidación fiscal. La consejera de Educación, Mar Moreno, ya denunció que la Junta, por sí sola, “no podrá mantener los servicios y ayudas que el ministerio está eliminando”.
Andalucía no tiene competencias para fijar la nota mínima exigible en la convocatoria general de ayudas al estudio (depende del Gobierno). Pero tiene delegadas las competencias en la gestión de becas no universitarias, lo cual le permite diseñar ayudas con rango autonómico, como la beca 6.000 (600 euros al mes) para que los alumnos no abandonen los estudios tras la ESO por falta de recursos, o la llamada beca de segunda oportunidad, destinada a jóvenes parados de larga duración que quieran reengancharse a la escuela (400 euros al mes). Sobre estas últimas, el PP ha recordado esta semana que en los dos primeros años sólo se han otorgado 346 becas de las 6.000 previstas. La Junta diseñó unos criterios tan exigentes, que el 95% de aspirantes se quedó sin beca.
El decreto de becas aprobado el verano pasado por el Ministerio de Educación ha sido duramente contestado por la comunidad educativa y por las autonomías, que hace sólo una semana, durante la conferencia sectorial de educación, presionaron al ministro José Ignacio Wert para que relajase los criterios académicos a los becarios, que son quienes más necesitan las ayudas dado el escaso nivel de renta de sus familias. Wert se comprometió a revisar el decreto, que prevé volver a subir la nota mínima (hasta 6) el año que viene, algo que multiplicaría el impacto entre los andaluces. Pero el ministro no contempla devolver la nota del 5,5 al 5 original, como le ha pedido Andalucía.
En el borrador de decreto de becas no universitarias, que será aprobado el mes que viene, el ministerio ha fijado una beca mínima de 1.500 euros, que se incrementará en un porcentaje variable según las notas del alumnado becado. El Gobierno andaluz quiere garantizar que si Wert no repone a 5 la nota para obtener una de estas becas, todos los alumnos de Bachillerato, ciclos formativos de FP y enseñanzas de régimen especial que no consigan una beca por no alcanzar los requisitos académicos fijados por el Ministerio (siempre que hayan aprobado) tendrán una beca equivalente a la beca compensatoria fijada por el Gobierno en 1.500 euros.
Estas becas son “fundamentales”, explicaron ayer fuentes de la Junta, “porque si se abandonan los estudios de bachiller no se conseguirá una beca universitaria, si no se consigue una beca para estudiar ciclos formativos no se logrará mejorar el nivel y la empleabilidad de los jóvenes andaluces y en ambos casos se elevarían las cifras de abandono escolar, expulsando del sistema al alumnado más modesto con sólo la titulación de ESO”.
El portavoz de la Junta, Miguel Ángel Vázquez, aseguró ayer que el presidente Griñán hará un “análisis realista y ajustado a la realidad” y hará un “discurso inconformista” y “comprometido”. Según la Junta, Griñán pondrá el énfasis en empleo, educación, sanidad y transparencia de la gestión pública. El Ejecutivo autonómico anunciará políticas como estas de las becas con la que trata de frenar “la agresión” de las políticas del Gobierno del PP, sobre todo en el ámbito más social.
El presidente de la Junta, José Antonio Griñán, anunciará este miércoles en el Debate del Estado de la Comunidad la creación de una beca de estudios de 1.500 euros anuales para “compensar” a aquellos estudiantes de Bachillerato y FP que hayan perdido su beca como consecuencia del endurecimiento de los criterios académicos aprobados por el Ministerio de Educación, que elevó la nota de corte del 5 al 5,5. Como consecuencia de esa medida, 7.278 estudiantes andaluces con rentas bajas se han quedado sin beca compensatoria este curso, una cifra que asciende a 11.846 afectados si se suma aquellos que también perdieron las ayudas de residencia y el suplemento de ciudades, después de que el ministerio las hiciera incompatibles con otras becas.
El mensaje político está claro: lo que el Gobierno quita, la Junta lo devuelve “para preservar la igualdad de oportunidades”. Ahora queda saber cómo va a financiar Andalucía este gasto sobrevenido, con un presupuesto de educación en retroceso (por recortes de plantilla y eliminación de programas) y las cuentas públicas sometidas a la dictadura del déficit y la consolidación fiscal. La consejera de Educación, Mar Moreno, ya denunció que la Junta, por sí sola, “no podrá mantener los servicios y ayudas que el ministerio está eliminando”.
Andalucía no tiene competencias para fijar la nota mínima exigible en la convocatoria general de ayudas al estudio (depende del Gobierno). Pero tiene delegadas las competencias en la gestión de becas no universitarias, lo cual le permite diseñar ayudas con rango autonómico, como la beca 6.000 (600 euros al mes) para que los alumnos no abandonen los estudios tras la ESO por falta de recursos, o la llamada beca de segunda oportunidad, destinada a jóvenes parados de larga duración que quieran reengancharse a la escuela (400 euros al mes). Sobre estas últimas, el PP ha recordado esta semana que en los dos primeros años sólo se han otorgado 346 becas de las 6.000 previstas. La Junta diseñó unos criterios tan exigentes, que el 95% de aspirantes se quedó sin beca.
El decreto de becas aprobado el verano pasado por el Ministerio de Educación ha sido duramente contestado por la comunidad educativa y por las autonomías, que hace sólo una semana, durante la conferencia sectorial de educación, presionaron al ministro José Ignacio Wert para que relajase los criterios académicos a los becarios, que son quienes más necesitan las ayudas dado el escaso nivel de renta de sus familias. Wert se comprometió a revisar el decreto, que prevé volver a subir la nota mínima (hasta 6) el año que viene, algo que multiplicaría el impacto entre los andaluces. Pero el ministro no contempla devolver la nota del 5,5 al 5 original, como le ha pedido Andalucía.
En el borrador de decreto de becas no universitarias, que será aprobado el mes que viene, el ministerio ha fijado una beca mínima de 1.500 euros, que se incrementará en un porcentaje variable según las notas del alumnado becado. El Gobierno andaluz quiere garantizar que si Wert no repone a 5 la nota para obtener una de estas becas, todos los alumnos de Bachillerato, ciclos formativos de FP y enseñanzas de régimen especial que no consigan una beca por no alcanzar los requisitos académicos fijados por el Ministerio (siempre que hayan aprobado) tendrán una beca equivalente a la beca compensatoria fijada por el Gobierno en 1.500 euros.
Estas becas son “fundamentales”, explicaron ayer fuentes de la Junta, “porque si se abandonan los estudios de bachiller no se conseguirá una beca universitaria, si no se consigue una beca para estudiar ciclos formativos no se logrará mejorar el nivel y la empleabilidad de los jóvenes andaluces y en ambos casos se elevarían las cifras de abandono escolar, expulsando del sistema al alumnado más modesto con sólo la titulación de ESO”.
El portavoz de la Junta, Miguel Ángel Vázquez, aseguró ayer que el presidente Griñán hará un “análisis realista y ajustado a la realidad” y hará un “discurso inconformista” y “comprometido”. Según la Junta, Griñán pondrá el énfasis en empleo, educación, sanidad y transparencia de la gestión pública. El Ejecutivo autonómico anunciará políticas como estas de las becas con la que trata de frenar “la agresión” de las políticas del Gobierno del PP, sobre todo en el ámbito más social.
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