PP y PSOE defienden el gin-tonic subvencionado en el Congreso y no cambiarán la norma[RIGHT]
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La información que reveló este martes la venta de bebidas alcohólicas en las cafeterías del Congreso a un precio subvencionado ha generado la indignación de los ciudadanos y la reflexión de los partidos y la propia Cámara Baja. Pero las opciones de terminar con esta práctica, que costará al erario público 4.287.500 euros más IVA entre noviembre de 2013 y diciembre de 2017, parecen por ahora remotas.
Izquierda Unida, Unión, Progreso y Democracia y Esquerra Republicana de Catalunya ya han adelantado que pedirán que se elimine este subsidio e incluso que se prohíba la comercialización de destilados y combinados en las instalaciones del Hemiciclo. La medida no sería una excepción. La gran mayoría de las instituciones y administraciones públicas restringe la venta de bebidas de alta graduación alcohólica dentro de sus instalaciones.
Pero ni IU, ni UPyD, ni ERC tienen representación en la Mesa del Congreso, el órgano que se encarga de tomar las decisiones que afectan a la intendencia de la Cámara. La Mesa está en manos del Partido Popular (cinco miembros), PSOE (tres) y CiU (uno), y estos tres grupos parlamentarios se han pronunciado a favor de que las cosas continúen igual que hasta ahora.
Precios rebajados como condición del contrato
Como informó este diario, la Mesa del Congreso ha aprobado el pliego de condiciones del contrato para la prestación del servicio de restauración en el Hemiciclo durante los próximos cuatro años. La empresa que se haga con la licitación ingresará automáticamente para todo el periodo 4.287.500 euros más IVA, los fondos públicos que la Cámara Baja ha decidido destinar para que las tarifas de su cafetería sean más bajas que las que pueden encontrarse en el resto de establecimientos de la capital. Aparte, la concesionaria recibirá también el dinero que cobre por las consumiciones.
Para atar todos los detalles, el documento aprobado por la Mesa del Congreso incluye un anexo con los precios que, a cambio de la subvención, deberá respetar la adjudicataria del restaurante. La Mesa ha acordado el coste máximo de los menús (9 euros), los desayunos (1,05 euros) y los cafés (0,85 euros), pero también el de casi un centenar de referencias alcohólicas. Por ejemplo, el Bloody Mary no podrá valer más de 3,45 euros, el gin-tonic Larios, 3,45 euros como mucho y, el cubalibre, un máximo de 3,40 euros, precios muy inferiores a los de la calle. La lista también estipula precios rebajados para coñacs, cavas, vodkas, licores, oportos y brandis, entre otras variedades. La diferencia con el coste real se cubrirá con los fondos públicos de la partida asignada por los Presupuestos Generales del Estado a la Cámara Baja. El mismo mecanismo opera en el Senado.
Reacciones en contra de la prohibición
A pesar de las reacciones que provocó la información, la portavoz del Grupo Socialista, Soraya Rodríguez, justificó el subsidio de los productos de hostelería por las peculiaridades del horario de apertura del Hemiciclo. Según Rodríguez, con un precio de libremercado la explotación de la cafetería no sería rentable. Además, no consideró necesario eliminar el despacho de bebidas destiladas.
Por su parte, la diputada de CiU Montserrat Surroca calificó el debate sobre la venta de bebidas alcohólicas de “despropósito”. “Aquí no venimos a tomar gin-tonics, estamos trabajado duro”, replicó Surroca en declaraciones a Europa Press, un curioso argumento para mantener la prerrogativa.
El Grupo Popular prefirió no manifestarse sobre esta cuestión, pero sí lo hizo su principal representante en la Mesa del Congreso, el presidente de la Cámara Baja,Jesús Posada. El máximo responsable del Hemiciclo defendió el régimen de precios “limitados” porque es el que se ha utilizado siempre y “ha funcionado bien”. “Las cosas se mantendrán en las mismas condiciones”, aseguró Posada, antes de pedir que “no se saquen las cosas de quicio con este asunto”.
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La información que reveló este martes la venta de bebidas alcohólicas en las cafeterías del Congreso a un precio subvencionado ha generado la indignación de los ciudadanos y la reflexión de los partidos y la propia Cámara Baja. Pero las opciones de terminar con esta práctica, que costará al erario público 4.287.500 euros más IVA entre noviembre de 2013 y diciembre de 2017, parecen por ahora remotas.
Izquierda Unida, Unión, Progreso y Democracia y Esquerra Republicana de Catalunya ya han adelantado que pedirán que se elimine este subsidio e incluso que se prohíba la comercialización de destilados y combinados en las instalaciones del Hemiciclo. La medida no sería una excepción. La gran mayoría de las instituciones y administraciones públicas restringe la venta de bebidas de alta graduación alcohólica dentro de sus instalaciones.
Pero ni IU, ni UPyD, ni ERC tienen representación en la Mesa del Congreso, el órgano que se encarga de tomar las decisiones que afectan a la intendencia de la Cámara. La Mesa está en manos del Partido Popular (cinco miembros), PSOE (tres) y CiU (uno), y estos tres grupos parlamentarios se han pronunciado a favor de que las cosas continúen igual que hasta ahora.
Precios rebajados como condición del contrato
Como informó este diario, la Mesa del Congreso ha aprobado el pliego de condiciones del contrato para la prestación del servicio de restauración en el Hemiciclo durante los próximos cuatro años. La empresa que se haga con la licitación ingresará automáticamente para todo el periodo 4.287.500 euros más IVA, los fondos públicos que la Cámara Baja ha decidido destinar para que las tarifas de su cafetería sean más bajas que las que pueden encontrarse en el resto de establecimientos de la capital. Aparte, la concesionaria recibirá también el dinero que cobre por las consumiciones.
Para atar todos los detalles, el documento aprobado por la Mesa del Congreso incluye un anexo con los precios que, a cambio de la subvención, deberá respetar la adjudicataria del restaurante. La Mesa ha acordado el coste máximo de los menús (9 euros), los desayunos (1,05 euros) y los cafés (0,85 euros), pero también el de casi un centenar de referencias alcohólicas. Por ejemplo, el Bloody Mary no podrá valer más de 3,45 euros, el gin-tonic Larios, 3,45 euros como mucho y, el cubalibre, un máximo de 3,40 euros, precios muy inferiores a los de la calle. La lista también estipula precios rebajados para coñacs, cavas, vodkas, licores, oportos y brandis, entre otras variedades. La diferencia con el coste real se cubrirá con los fondos públicos de la partida asignada por los Presupuestos Generales del Estado a la Cámara Baja. El mismo mecanismo opera en el Senado.
Reacciones en contra de la prohibición
A pesar de las reacciones que provocó la información, la portavoz del Grupo Socialista, Soraya Rodríguez, justificó el subsidio de los productos de hostelería por las peculiaridades del horario de apertura del Hemiciclo. Según Rodríguez, con un precio de libremercado la explotación de la cafetería no sería rentable. Además, no consideró necesario eliminar el despacho de bebidas destiladas.
Por su parte, la diputada de CiU Montserrat Surroca calificó el debate sobre la venta de bebidas alcohólicas de “despropósito”. “Aquí no venimos a tomar gin-tonics, estamos trabajado duro”, replicó Surroca en declaraciones a Europa Press, un curioso argumento para mantener la prerrogativa.
El Grupo Popular prefirió no manifestarse sobre esta cuestión, pero sí lo hizo su principal representante en la Mesa del Congreso, el presidente de la Cámara Baja,Jesús Posada. El máximo responsable del Hemiciclo defendió el régimen de precios “limitados” porque es el que se ha utilizado siempre y “ha funcionado bien”. “Las cosas se mantendrán en las mismas condiciones”, aseguró Posada, antes de pedir que “no se saquen las cosas de quicio con este asunto”.
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