Los políticos debatieron en el Silencio sobre el dinero que reciben las cofradías

Las hermandades están en el derecho de pedir subvenciones a las administraciones y el político tiene el deber de darlas. Ésa sería la conclusión de la mesa redonda que se celebró anoche en el Silencio bajo el título de Cofradías y subvenciones públicas. ¿Una alianza con límite? Dentro del ciclo Noches Nazarenas. Los participantes fueron el delegado de Urbanismo, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis; Gregorio Serrano, concejal del Partido Popular en el Ayuntamiento; Paola Vivancos, adjunta al Defensor del Pueblo Andaluz; y Joaquín Moeckel, abogado y ex hermano mayor del Baratillo.

Con el punto de partida más o menos claro, el debate se centró en si ese dinero aportado por el poder público conllevaba algún tipo de contraprestación por parte de las hermandades. El delegado de Urbanismo lo tenía claro: "Quien diga eso lo hace de manera interesada". Celis avanzó que a partir del año que viene el Consejo será quien gestione las ayudas a través de un convenio.

Tanto Gregorio Serrano como Paola Vivancos se mostraron favorables a la contribución de las administraciones, pero esta última puntualizó que el limite debe ser "la independencia y la libertad".

Fue Joaquín Moeckel quien se mostró más crítico con el asunto. El abogado se decantó por subvenciones -a las que definió como la droga del siglo XXI- continuadas en el tiempo, en vez de puntuales, y dijo que las hermandades pecaban de cobardía ante los políticos. "Callan cuando trincan", resumió.