La ONU confirma una matanza con al menos 92 muertos en Siria
Observadores de Naciones Unidas cuentan 32 cadáveres de niños entre los fallecidos
Ban Ki-moon y Kofi Annan dicen que es una violación "terrible" del derecho internacional
Un bombardeo interrumpió una manifestación de opositores a El Asad
La ONU ha denunciado la matanza de al menos 92 personas en la ciudad siria de Hula. Tras la alarma dada por los opositores al régimen de Bachar el Asad, un grupo de militares y civiles de Naciones Unidas se ha desplazado esta mañana hasta la ciudad del centro del país, ha explicado el general Robert Mood, jefe de la misión internacional encargada de verificar el alto el fuego. Allí, han visto 32 cadáveres de niños y más de 60 de adultos. "Es una brutal tragedia", ha dicho Mood en un comunicado que no da más detalles sobre los hechos, de los que la oposición culpa a las fuerzas del régimen y que este, como suele ser habitual, atribuye a "grupos terroristas"."Esta mañana observadores militares y civiles han contado [los cadáveres de] 32 niños menores de 10 años y más de 60 adultos muertos", ha asegurado el general noruego. "Los observadores confirmaron mediante un examen el uso de proyectiles de artillería", añadió Mood en un comunicado sin entrar en detalles. "Quien inició, quién respondió y quien llevó a cabo este deplorable acto de violencia debe rendir cuentas", recalcó el jefe de los observadores.
Los hechos han provocado precisamente una sucesión de condenas internacionales a la violencia en Siria. Entre las últimas, está la del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, junto con su antecesor en el cargo (y enviado de Naciones Unidas y de la Liga Árabe a la zona), Kofi Annan. Ambos han dicho que se trata de una violación "terrible" del derecho internacional. “Estamos horrorizados por los informes fidedignos de asesinatos, incluyendo apuñalamientos y ataques con hacha, de mujeres y niños en Hula”, ha indicado en un comunicado el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca. Esta matanza es testimonio “de un régimen ilegítimo que responde a la protesta política pacífica con una brutalidad indescriptible e inhumana”, agrega la nota. También este sábado los titulares de Exteriores de Reino Unido, William Hague, y Francia, Laurent Fabius, han repudiado los hechos. Este último incluso ha propuesto una nueva cita del grupo Amigos de Siria en París, tras conocerse que decenas de personas perdieron ayer la vida en una nueva embestida del régimen de Bachar Al Asad.
Los civiles de la región de Hula, en la provincia de Homs, eran masacrados ayer, víctimas de un bombardeo, cuando se manifestaban contra la élite gobernante en el poder. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede Londres, que inicialmente cifraba el número de muertos en 90, se hace eco de la huida masiva de los habitantes de esta ciudad, cercana a otra ya fantasma y desierta que ostenta el mismo nombre de la provincia. Por su parte, el Ejército Sirio Libre, integrado por desertores de las fuerzas regulares en el terreno, aseguraba que entre las víctimas había también a soldados sirios.
Las imágenes de los cadáveres eran inmediatamente colgadas en Internet y difundidas por la televisión oficial del régimen, señalando a “bandas terroristas” como autoras de la sangría. La oposición, en cambio acusa directamente a los soldados del ejército regular. Informaciones contradictorias imposibles de contrastar desde hace meses ante la imposibilidad de libre entrada en el país de la prensa internacional.
Según fuentes de la oposición, se trata del ataque más letal desde que se acordara el alto el fuego (auspiciado por la ONU y la Liga Árabe) entre el régimen y las fuerzas rebeldes, firmado a mediados del pasado mes de abril. Sin embargo, la violencia no ha cesado por ninguno de los dos bandos “y la situación continúa siendo extremadamente seria”. Así lo aseguraba este viernes el Secretario General de Naciones Unidas , Ban Ki-moon, en una carta enviada al Consejo de Seguridad, difundida en la misma jornada en la que se conocían las muertes. En el texto, Ban también remarca la sofisticación en el armamento utilizado en los últimos ataques, lo que sugiere que hay “grupos terroristas establecidos”. “Aquellos que contemplen apoyar a cualquiera de las partes con armas, entrenamiento militar o cualquier otro tipo de ayuda, deben reconsiderar estas opciones para permitir un cese de la violencia sostenible”, rezaba el documento enviado por el Secretario General.
Durante meses, esa ha sido la tesis utilizada por el régimen sirio, que los ataques son perpetrados por grupos terroristas financiados desde el exterior, en acusación directa las monarquías suníes del ***** Pérsico de las que los asesores del presidente sirio sospechan que puedan estar financiando a la mayoría suní de las fuerzas opositoras. También se ha tenido conocimiento de la presencia de oficiales iraníes en suelo sirio, que estarían ayudando al régimen de los Asad.
La realidad es que las armas entran por todas partes al país, especialmente por el vecino Líbano, que ya está sufriendo en propias carnes un conflicto sectario que no le es ajeno y que afecta ya a sus nacionales.
Nada se sabe aún de la decena de libaneses secuestrados esta semana en el norte de Siria cuando regresaban, a través de Turquía, de una peregrinación por los lugares de Irán sagrados para los chiíes. Los mensajes de su pronta liberación han sido constantes en los últimos días, el último el viernes por parte de primer ministro Libanés, Nayib Mikati, sin que hasta ahora haya tenido lugar. Nuevamente se espera su llegada en la noche de hoy al aeropuerto de Beirut, en un vuelo procedente de Turquía, a donde habrían sido trasladados desde Siria.
La ONU calcula que desde que estalló la revuelta en este país en marzo de 2011, habrían muerto más de 10.000 personas. La agencia para los refugiados de este organismo, ACNUR, cifra en más de 70.000 los desplazados internos por los enfrentamientos.
Observadores de Naciones Unidas cuentan 32 cadáveres de niños entre los fallecidos
Ban Ki-moon y Kofi Annan dicen que es una violación "terrible" del derecho internacional
Un bombardeo interrumpió una manifestación de opositores a El Asad
La ONU ha denunciado la matanza de al menos 92 personas en la ciudad siria de Hula. Tras la alarma dada por los opositores al régimen de Bachar el Asad, un grupo de militares y civiles de Naciones Unidas se ha desplazado esta mañana hasta la ciudad del centro del país, ha explicado el general Robert Mood, jefe de la misión internacional encargada de verificar el alto el fuego. Allí, han visto 32 cadáveres de niños y más de 60 de adultos. "Es una brutal tragedia", ha dicho Mood en un comunicado que no da más detalles sobre los hechos, de los que la oposición culpa a las fuerzas del régimen y que este, como suele ser habitual, atribuye a "grupos terroristas"."Esta mañana observadores militares y civiles han contado [los cadáveres de] 32 niños menores de 10 años y más de 60 adultos muertos", ha asegurado el general noruego. "Los observadores confirmaron mediante un examen el uso de proyectiles de artillería", añadió Mood en un comunicado sin entrar en detalles. "Quien inició, quién respondió y quien llevó a cabo este deplorable acto de violencia debe rendir cuentas", recalcó el jefe de los observadores.
Los hechos han provocado precisamente una sucesión de condenas internacionales a la violencia en Siria. Entre las últimas, está la del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, junto con su antecesor en el cargo (y enviado de Naciones Unidas y de la Liga Árabe a la zona), Kofi Annan. Ambos han dicho que se trata de una violación "terrible" del derecho internacional. “Estamos horrorizados por los informes fidedignos de asesinatos, incluyendo apuñalamientos y ataques con hacha, de mujeres y niños en Hula”, ha indicado en un comunicado el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca. Esta matanza es testimonio “de un régimen ilegítimo que responde a la protesta política pacífica con una brutalidad indescriptible e inhumana”, agrega la nota. También este sábado los titulares de Exteriores de Reino Unido, William Hague, y Francia, Laurent Fabius, han repudiado los hechos. Este último incluso ha propuesto una nueva cita del grupo Amigos de Siria en París, tras conocerse que decenas de personas perdieron ayer la vida en una nueva embestida del régimen de Bachar Al Asad.
Los civiles de la región de Hula, en la provincia de Homs, eran masacrados ayer, víctimas de un bombardeo, cuando se manifestaban contra la élite gobernante en el poder. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede Londres, que inicialmente cifraba el número de muertos en 90, se hace eco de la huida masiva de los habitantes de esta ciudad, cercana a otra ya fantasma y desierta que ostenta el mismo nombre de la provincia. Por su parte, el Ejército Sirio Libre, integrado por desertores de las fuerzas regulares en el terreno, aseguraba que entre las víctimas había también a soldados sirios.
Las imágenes de los cadáveres eran inmediatamente colgadas en Internet y difundidas por la televisión oficial del régimen, señalando a “bandas terroristas” como autoras de la sangría. La oposición, en cambio acusa directamente a los soldados del ejército regular. Informaciones contradictorias imposibles de contrastar desde hace meses ante la imposibilidad de libre entrada en el país de la prensa internacional.
Según fuentes de la oposición, se trata del ataque más letal desde que se acordara el alto el fuego (auspiciado por la ONU y la Liga Árabe) entre el régimen y las fuerzas rebeldes, firmado a mediados del pasado mes de abril. Sin embargo, la violencia no ha cesado por ninguno de los dos bandos “y la situación continúa siendo extremadamente seria”. Así lo aseguraba este viernes el Secretario General de Naciones Unidas , Ban Ki-moon, en una carta enviada al Consejo de Seguridad, difundida en la misma jornada en la que se conocían las muertes. En el texto, Ban también remarca la sofisticación en el armamento utilizado en los últimos ataques, lo que sugiere que hay “grupos terroristas establecidos”. “Aquellos que contemplen apoyar a cualquiera de las partes con armas, entrenamiento militar o cualquier otro tipo de ayuda, deben reconsiderar estas opciones para permitir un cese de la violencia sostenible”, rezaba el documento enviado por el Secretario General.
Durante meses, esa ha sido la tesis utilizada por el régimen sirio, que los ataques son perpetrados por grupos terroristas financiados desde el exterior, en acusación directa las monarquías suníes del ***** Pérsico de las que los asesores del presidente sirio sospechan que puedan estar financiando a la mayoría suní de las fuerzas opositoras. También se ha tenido conocimiento de la presencia de oficiales iraníes en suelo sirio, que estarían ayudando al régimen de los Asad.
La realidad es que las armas entran por todas partes al país, especialmente por el vecino Líbano, que ya está sufriendo en propias carnes un conflicto sectario que no le es ajeno y que afecta ya a sus nacionales.
Nada se sabe aún de la decena de libaneses secuestrados esta semana en el norte de Siria cuando regresaban, a través de Turquía, de una peregrinación por los lugares de Irán sagrados para los chiíes. Los mensajes de su pronta liberación han sido constantes en los últimos días, el último el viernes por parte de primer ministro Libanés, Nayib Mikati, sin que hasta ahora haya tenido lugar. Nuevamente se espera su llegada en la noche de hoy al aeropuerto de Beirut, en un vuelo procedente de Turquía, a donde habrían sido trasladados desde Siria.
La ONU calcula que desde que estalló la revuelta en este país en marzo de 2011, habrían muerto más de 10.000 personas. La agencia para los refugiados de este organismo, ACNUR, cifra en más de 70.000 los desplazados internos por los enfrentamientos.
¿Qué necesidad hay de sacar a la luz esa foto?
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