- La negativa de la monarca española se debe a las recientes fricciones con Londres por la situación en Gibraltar
- 'España y Reino Unido están envueltos en una nueva disputa diplomática', afirma 'The Times'
Europa Press - jueves, 17 de mayo de 2012
Los principales medios de comunicación británicos han destacado en portada en sus ediciones digitales la noticia sobre lo que describen como el "desaire" que ha hecho la Reina Sofía a Reino Unido por la cancelación del viaje que iba a realizar este viernes a Londres para celebrar los 60 años de la coronación de Isabel II.
La cadena BBC y los diarios 'The Times', 'The Sun' y 'The Daily Telegraph' recogen la noticia en primera plana en Internet y este último también en su versión impresa.
La mayoría de los medios británicos entienden como un "desaire" que el Gobierno español haya pedido a la Reina que no asista al almuerzo que Isabel II y el duque de Edimburgo ofrecerán a miembros de monarquías de todo el mundo para conmemorar la efeméride por considerarlo "poco adecuado" en las "circunstancias actuales", según explicó Zarzuela este miércoles.
La cancelación del viaje se debe a los últimos roces con Reino Unido por Gibraltar. La semana pasada el Ejecutivo protestó por la visita programada del Príncipe Eduardo, hijo menor de Isabel II, a ese territorio, a lo que se ha unido en las últimas horas la ruptura de las negociaciones entre pescadores de la Bahía de Algeciras con el Ejecutivo del Peñón y la participación de la Banda de Música del Regimiento de Gibraltar en los actos por el jubileo de la Reina.
Aunque la mayoría de los medios se limitan a citar el comunicado de Zarzuela y a hacer un repaso de los últimos acontecimientos relacionados con la cuestión de Gibraltar, 'The Times' ha señalado que "España y Reino Unido están envueltos en una nueva disputa diplomática" y 'The Sun' ha afirmado que "España ha elevado la tensión" a "un nuevo nivel".
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Gibraltar enturbia el aniversario de coronación de la reina Isabel II de Inglaterra
La Reina Sofía rechazó asistir al almuerzo en honor del sexagésimo aniversario de la coronación de la Reina Isabel II en el castillo de Windsor este viernes 18.
A petición del gobierno español ella declinó la invitación al más grande encuentro de la familia real. El gobierno de España declaró que esto sería “inoportuno en vista de la actual tendencia” de incremento de la tirantez por Gibraltar.
El almuerzo en Windsor debe inaugurar la grandiosa celebración de los sesenta años de reinado de Isabel II, que comenzó en 1952. La prensa británica califica la negativa de la Reina Sofía de “menosprecio español al jubileo de la Reina”. Pero esto durante el reinado de Isabel II. Isabel I, que combatió en tierra y mar contra España en el siglo XVI, hubiera advertido con razón ¿qué hace en el castillo Windors esposa del Rey de España?
La pareja real británica, sin duda alguna, se siente afligida por la negativa de la Reina Sofía, pero una indignación aún mayor fue la negativa de Su Majestad el Rey de España Juan Carlos por haber sufrido rotura de cadera durante una cacería de elefantes en Botsuana el mes pasado. (Esta historia provocó un escándalo en la propia España. Muchos españoles estaban indignados porque el monarca gasta dinero en safaris, mientras los contribuyentes apenas se las arreglan para vivir).
De tal manera, Gibraltar, con 6,5 kilómetros cuadrados, ocupado en 1704 y en 1713 pasó definitivamente a depender de Gran Bretaña por el Tratado de Paz de Utrech, de nuevo se convirtió en la piedra obstáculo de las relaciones entre Gran Bretaña y España. España exige la soberanía del peñón de Gibraltar.
Esta vez los españoles estaban enfurecidos por la programada visita a Gibraltar de los Condes de Vessex, hijo menor de la reina, y el Príncipe Eduardo y su cónyuge Sofía. En 1981, la pareja real española se negó a asistir a las bodas del Príncipe de Gales Charles y Diana Spencer, por cuanto los recién casados pensaban visitar Gibraltar durante su luna de miel. Hasta ahora el último huésped de la familia monárquica de Gran Bretaña en el territorio en litigio fue la hija de la reina, la Princesa Anna, que inauguró allí un hospital, con lo que provocó un enorme escándalo.
La propia reina estuvo en Gibraltar en 1954. Su visita se debió a la reanudación de las disputas sobre el peñón por el dictador español Francisco Franco. Ese año Franco publicó documentos basados en materiales del Archivo Nacional Británico, en los que se decía que se había prometido devolver el peñón a España, por cuanto en el territorio no se desarrollaron operaciones bélicas durante la II Guerra Mundial. Pero, la Secretaria de Asuntos Exteriores de Gran Bretaña tildó las pruebas de Franco de “inventos no convincentes” y se negó a hacer más comentarios.
Aproximadamente en este mismo punto se encuentran hoy ambos países. Y parece que a los treinta mil habitantes del peñón les conviene.
Y dado que Gibraltar es un símbolo del Imperio Británico y del pasado colonial del país, como el castillo de Windson y el Palacio de Buckingham son símbolos de la monarquía, los gibraltareños se consideran incluso más británicos que los propios británicos.
Según el último censo, el 83,22 % de la población se considera gibraltareños, el 9,56 – británicos, el 3,5 % - marroquíes, el 1,19 % -españoles, y un 1 % - “otros habitantes de la Unión Europea”. Pero los etnógrafos, alegando a los nombres de los electores, señalan que sólo el 27 % pueden considerarse británicos, el 26 % - españoles, el 19 % - italianos y genoveses, y los demás portugueses, malteses y hebreos.
En realidad, los lugareños se sienten tan británicos, que la definición de Gibraltar “como la última colonia de Europa”, que a veces se filtra en la prensa, los indigna.
En un reciente comunicado de prensa de La Voz de Gibraltar como motivo de la llegada del Príncipe y su esposa, y de la reacción de España, se dice lo siguiente: “Hoy Gibraltar es un territorio de autogestión y es hora de que la prensa británica renuncie a las colonias, y si es que aún quedan, Gibraltar no está entre ellas”. Lo mismo dicen de la India, África del Sur, Uganda, Kenia…
Sin preocuparse por el tono diplomático, la compañía añadió: "¿Ha presentado España reclamaciones territoriales en el Tribunal Europeo? No, y para eso les falta valor y fundamentos. Este año celebramos el sexagésimo aniversario de la coronación de NUESTRA reina. Gran parte de su reinado en España reinó una dictadura y sólo no hace mucho tiempo sacaron su monarquía de la naftalina”.
El político conservador británico y presidente del grupo parlamentario de los territorios de ultramar, declaró: “Gibraltar territorialmente está cerca de España, pero no pertenece a España y sus habitantes no quieren ser españoles”. Además propuso a España “madurar”. Esta declaración puede valorada como “¡Manos Fuera de Gibraltar!”.
El ministro principal de Gibraltar, Fabián Picardo, también hizo su aporte entregando a la Reina un mensaje reverencial del pueblo de Gibraltar, al que respondió con gratitud real.
Por su naturaleza Gibraltar está dividido en dos sin posibilidades de ser un todo único. Se desgarra entre su pasado colonial y el presente. Por esto permanentemente surgen problemas y absurdos conflictos con los vecinos.
Uno de estos recientes escándalos sobre el derecho de pesca en aguas de Gibraltar, se ha agravado por haber sido divisados pesqueros españoles en esa zona. Días atrás se produjo un tiroteo por una lancha neumática que fue tomada por una embarcación de contrabandistas. Diez años atrás las autoridades de Gibraltar prohibieron el uso de ese tipo de lanchas para evitar contrabandos. Ambas partes, los guardafronteras españoles y la Policía Real de Gibraltar intentaron detener la lancha. España no reconoce las fronteras marítimas de Gibraltar y los policías españoles ayudaron a los marineros detenidos a eludir la jurisprudencia de Gibraltar.
El año pasado después de una serie de quejas, la policía española detuvo a personas que vendían a turistas ingenuos “boletos de entrada” al peñón de Gibraltar. El alcalde de la ciudad de La Línea, situada más cerca que otras de Gibraltar, subrayó que la actividad delictiva en la frontera alcanzó proporciones amenazantes.
Muchos consideran que Gibraltar es un lugar maravilloso para la vida y/o para guarecerse de los impuestos y como refugio político. Debe ser verdad. Uno de los oligarcas rusos prófugos Vladímir Gusinski es propietario allí de una oficina y de residencias.
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