Hace algunos meses, el flamante Ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, anunció a bombo y platillo la incorporación de la cadena perpetua en nuestro Código Penal. Usando el eufemismo de "prisión permanente revisable", Gallardón aseguró que esta pena se aplicaría a delincuentes que hubieren cometido actos que hubieren provocado a su vez una especial repulsión social, en clara alusión a los crímenes de Marta del Castillo y Mari Luz Cortés, cuyos padres abrazaron la causa del Partido Popular en recientes campañas electorales, ya que esta formación, parece ser, les prometió que sus demandas en forma de más dureza penal y procesal se iban a cumplir.

Tanto Antonio del Castillo como Juan José Cortés tuvieron la oportunidad de entrevistarse con las más altas autoridades políticas del estado del segundo gobierno socialista para solicitar reformas más duras en materia penal. Las respuestas que recibieron no les resultaron satisfactorias, y fueron recibidos con los brazos abiertos por Javier Arenas, Juan Ignacio Zoido y Mariano Rajoy (se produjo una entrevista breve con el líder conservador, entonces en la oposición, en un conocido hotel de Sevilla), que les prometieron que sus demandas serían cubiertas totalmente en caso de que el PP llegara al poder. Desde entonces, ambos ciudadanos han llevado a cabo una campaña activa en favor de las siglas conservadoras, participando en manifestaciones (con el alcalde Zoido a la cabeza), platós de televisión, e incluso en los congresos del propio Partido Popular, insistiendo en el mensaje de que la izquierda es blanda a la hora de afrontar estos asuntos, y que Rajoy escuchará al pueblo que, mayoritariamente (sic), pide la cadena perpetua, cuando gobierne.

Cuando Gallardón anunció la aplicación de la prisión perpetua revisable, Antonio del Castillo dijo que era la única buena noticia que había recibido en años, mientras, Juan José Cortés era contratado por el Ayuntamiento de Sevilla como asesor (personal de confianza), para llevar a cabo labores de no se sabe bien qué. El propio Cortés, ante las críticas recibidas por parte de la oposición a su nombramiento, sacó pecho a pocos días de las elecciones andaluzas anunciando una contundente victoria del PP que iba a poner las cosas en su sitio.

Todo se tuerce el pasado 17 de abril, cuando Gallardón, públicamente, reconoce que la prisión perpetua revisable solo se va a aplicar EXCLUSIVAMENTE a delitos de terrorismo, poniendo encima de la mesa una figura novedosa llamada "custodia de seguridad", que puede suponer hasta 10 años más de prisión para reos de especial peligrosidad cumpliendo una serie de requisitos. Antonio del Castillo monta en cólera, dice que el PP le ha engañado, y que el único que le ha dicho la verdad a la cara fue Rubalcaba cuando le dijo que no "por convicción" mientras era Ministro del Interior. J.J. Cortés se limitó a mostrar su contrariedad, pero poco más.

Hace pocos días, Gallardón recibió al padre de la joven sevillana vilmente asesinada para explicarle el calado de sus nuevas medidas. La decepción del padre de la víctima volvió a ser ostensible al señalar que "dijeron una cosa, y han salido con otra". Juan José Cortés, por su parte, califica de "parche" lo establecido por el Ministro y dice que se "replanteará su relación con el PP".

El padre de Marta: 'Gallardn debe irse si limita la prisin permanente a terroristas' | Andaluca-Sevilla | elmundo.es

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Gallardón «decepciona» a las víctimas: no habrá cadena perpetua