El ingeniero sudafricano de 67 años vuelve a la Fórmula 1 para convertir al Cavallino en una escudería ganadora. Desvinculado de Ferrari desde 2009, su vuelta a Maranello dispara la moral de un equipo deseoso de acabar con la dictadura de Red Bull. Ferrari ya tiene en sus filas a su Adrian Newey.
Rory Byrne fue el cerebro pensante de la época triunfal de Michael Schumacher en Ferrari. Aunque Ross Brawn era el ejecutor, Byrne fue el diseñador de esos monoplazas. Cinco campeonatos consecutivos llevan su firma, convirtiéndole en el ingeniero más laureado de la década, por encima de Adrian Newey. Ahora, y tras desvincularse en 2009, vuelve al primer plano de la actualidad con su vuelta a la escudería italiana.
Ferrari le espera con los brazos abiertos. A pesar de que oficialmente el monoplaza de 2012 ha sido diseñado por Nikolas Tombazis, Byrne ha estado detrás de todos los progresos de la máquina italiana. El sudafricano se ha caracterizado a lo largo de su carrera por innovar y tomar riesgos, algo fundamental para el Ferrari que sustituirá al 150º Italia, y así dejar de estar a la vanguardia de Red Bull.
Centrados por completo en el desarrollo del nuevo monoplaza, Ferrari ha unido a Rory Byrne y Pat Fry, discípulo y alumno, para devolver al Cavallino a la gloria. A día de hoy el Ferrari de 2012 ha devuelto el optimismo a toda la Scudería. Stefano Domenicali habla de “una estructura imbatible”, prometiendo un coche agresivo y capaz de ganar desde la primera carrera. Ese cambio en la mentalidad del conjunto italiano, del pesimismo y un desbordante optimismo, se debe en gran medida a la llegada del que un día fue el ingeniero estrella de la Fórmula 1.
En Maranello trabajan a destajo en tres facetas bien diferenciadas del monoplaza de 2012: motor, comprensión de neumáticos, y la más importante, la aerodinámica. En un tiempo donde la aerodinámica prima por encima del resto (clave en los Red Bull), y aunque Enzo Ferrari comentase que aquellos que se centraban en aerodinámica era porque no tenían un buen motor, el trabajo se encara en disminuir el coeficiente de fricción y el aumento de la carga aerodinámica. Éste parecía ser el punto más débil del Ferrari 150º hasta la llegada de los neumáticos Pirelli. Ferrari ha sido incapaz de comprender el comportamiento de los neumáticos para evitar una degradación excesiva, y ha perdido varios podios por ello, siendo especialmente sangrante cuando se utilizaban las gomas medias.
La última de ellas, son las mejoras referentes al motor. Aunque aparentemente no hay grandes diferencias con los motores Mercedes o Renault, en Ferrari buscan conseguir una combinación que asegure más potencia y menos consumo, para empezar las carreras con la ventaja de partir con un menor peso.
Si el Ferrari de 2012 triunfa, a Rory Byrne debería situársele a la altura de Fernando Alonso, como sucede en Red Bull con Newey y Vettel. Parece que Byrne conoce la fórmula mágica, y Ferrari es el coche que más margen de mejora tiene en relación a Red Bull y McLaren.
La esperanza de Ferrari se llama Rory Byrne | VAVEL.com
¿será cierto? ¿o solo humo para levantar la moral de cara al año que viene?
Rory Byrne fue el cerebro pensante de la época triunfal de Michael Schumacher en Ferrari. Aunque Ross Brawn era el ejecutor, Byrne fue el diseñador de esos monoplazas. Cinco campeonatos consecutivos llevan su firma, convirtiéndole en el ingeniero más laureado de la década, por encima de Adrian Newey. Ahora, y tras desvincularse en 2009, vuelve al primer plano de la actualidad con su vuelta a la escudería italiana.
Ferrari le espera con los brazos abiertos. A pesar de que oficialmente el monoplaza de 2012 ha sido diseñado por Nikolas Tombazis, Byrne ha estado detrás de todos los progresos de la máquina italiana. El sudafricano se ha caracterizado a lo largo de su carrera por innovar y tomar riesgos, algo fundamental para el Ferrari que sustituirá al 150º Italia, y así dejar de estar a la vanguardia de Red Bull.
Centrados por completo en el desarrollo del nuevo monoplaza, Ferrari ha unido a Rory Byrne y Pat Fry, discípulo y alumno, para devolver al Cavallino a la gloria. A día de hoy el Ferrari de 2012 ha devuelto el optimismo a toda la Scudería. Stefano Domenicali habla de “una estructura imbatible”, prometiendo un coche agresivo y capaz de ganar desde la primera carrera. Ese cambio en la mentalidad del conjunto italiano, del pesimismo y un desbordante optimismo, se debe en gran medida a la llegada del que un día fue el ingeniero estrella de la Fórmula 1.
En Maranello trabajan a destajo en tres facetas bien diferenciadas del monoplaza de 2012: motor, comprensión de neumáticos, y la más importante, la aerodinámica. En un tiempo donde la aerodinámica prima por encima del resto (clave en los Red Bull), y aunque Enzo Ferrari comentase que aquellos que se centraban en aerodinámica era porque no tenían un buen motor, el trabajo se encara en disminuir el coeficiente de fricción y el aumento de la carga aerodinámica. Éste parecía ser el punto más débil del Ferrari 150º hasta la llegada de los neumáticos Pirelli. Ferrari ha sido incapaz de comprender el comportamiento de los neumáticos para evitar una degradación excesiva, y ha perdido varios podios por ello, siendo especialmente sangrante cuando se utilizaban las gomas medias.
La última de ellas, son las mejoras referentes al motor. Aunque aparentemente no hay grandes diferencias con los motores Mercedes o Renault, en Ferrari buscan conseguir una combinación que asegure más potencia y menos consumo, para empezar las carreras con la ventaja de partir con un menor peso.
Si el Ferrari de 2012 triunfa, a Rory Byrne debería situársele a la altura de Fernando Alonso, como sucede en Red Bull con Newey y Vettel. Parece que Byrne conoce la fórmula mágica, y Ferrari es el coche que más margen de mejora tiene en relación a Red Bull y McLaren.
La esperanza de Ferrari se llama Rory Byrne | VAVEL.com
¿será cierto? ¿o solo humo para levantar la moral de cara al año que viene?
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