Han pasado más de dos meses desde que Tiger Woods se dejó ver en público por última vez. Desde aquel 27 de noviembre su vida ha cambiado diametralmente, tanto que su primera imagen pública tras el escándalo que ha conmocionado al mundo del deporte no ha sido en un campo de golf sino en una clínica donde asiste a un programa de rehabilitación por adicción al sexo. O al menos eso explican en la revista 'National Inquirer', donde publican la fotografía.
Una imagen lejana, a unos 20 metros, algo borrosa de un hombre negro de complexión atlética, en pantalón corto, con camiseta de manga corta y una sudadera por encima cuya capucha cubre la cabeza adornada con una gorra. Podría ser Tiger, por supuesto. Pero también podría no serlo. En cualquier caso, los rumores sobre la asistencia del aún número uno del golf mundial a tal programa de rehabilitación vienen de lejos, motivados por sus propias palabras en un intento por salvar su matrimonio.
Así, de acuerdo con la publicación de la revista estadounidense, el californiano se encontraría en la clínica Pine Grove Behavorial Health, en Hattiesburgh, en las afueras de Mississippi, para asistir a un programa creado por el doctor Patrick Carnes y que se extenderá por seis semanas. Para confirmar su "exclusiva mundial", el National Inquirer adjunta la imagen en la que se ve al supuesto Tiger saliendo de una vivienda y con un vaso en la mano.
Según la información de la revista, que menciona una fuente cercana al jugador, Woods no quiso entrar en el programa, pero al final aceptó el requerimiento de su esposa Elin, en un intento por evitar el divorcio con su aún mujer, que lo amenazó además con llevarse a Suecia a los dos hijos de la pareja. "Después de que estallase el escándalo, ella constantemente le pedía explicaciones por sus acciones", señala la revista atribuyéndoselo a la fuente.
La estancia de Tiger en tal clínica es el resultado del escándalo derivado de una discusión marital que terminó en accidente de tráfico. El 27 de noviembre de 2009, Woods estrelló su coche contra el árbol de la casa de sus vecinos en Isleworth, Orlando, y desde entonces la imagen de la superestrella del golf se ha visto perjudicada por los diferentes escándalos de sexo y juergas que han salido la luz.
De momento, el golfista de Cypress ha perdido a muchos de sus patrocinadores, la inmensa mayoría, y se enfrenta al que podría ser el divorcio más caro de la historia, pues, junto a su esposa, firmó un acuerdo prematrimonial por el que la que fuera niñera de los hijos de Jesper Parnevik se embolsaría la nada despreciable cifra de 300 millones de dólares.
Una imagen lejana, a unos 20 metros, algo borrosa de un hombre negro de complexión atlética, en pantalón corto, con camiseta de manga corta y una sudadera por encima cuya capucha cubre la cabeza adornada con una gorra. Podría ser Tiger, por supuesto. Pero también podría no serlo. En cualquier caso, los rumores sobre la asistencia del aún número uno del golf mundial a tal programa de rehabilitación vienen de lejos, motivados por sus propias palabras en un intento por salvar su matrimonio.
Así, de acuerdo con la publicación de la revista estadounidense, el californiano se encontraría en la clínica Pine Grove Behavorial Health, en Hattiesburgh, en las afueras de Mississippi, para asistir a un programa creado por el doctor Patrick Carnes y que se extenderá por seis semanas. Para confirmar su "exclusiva mundial", el National Inquirer adjunta la imagen en la que se ve al supuesto Tiger saliendo de una vivienda y con un vaso en la mano.
Según la información de la revista, que menciona una fuente cercana al jugador, Woods no quiso entrar en el programa, pero al final aceptó el requerimiento de su esposa Elin, en un intento por evitar el divorcio con su aún mujer, que lo amenazó además con llevarse a Suecia a los dos hijos de la pareja. "Después de que estallase el escándalo, ella constantemente le pedía explicaciones por sus acciones", señala la revista atribuyéndoselo a la fuente.
La estancia de Tiger en tal clínica es el resultado del escándalo derivado de una discusión marital que terminó en accidente de tráfico. El 27 de noviembre de 2009, Woods estrelló su coche contra el árbol de la casa de sus vecinos en Isleworth, Orlando, y desde entonces la imagen de la superestrella del golf se ha visto perjudicada por los diferentes escándalos de sexo y juergas que han salido la luz.
De momento, el golfista de Cypress ha perdido a muchos de sus patrocinadores, la inmensa mayoría, y se enfrenta al que podría ser el divorcio más caro de la historia, pues, junto a su esposa, firmó un acuerdo prematrimonial por el que la que fuera niñera de los hijos de Jesper Parnevik se embolsaría la nada despreciable cifra de 300 millones de dólares.