La selección del Vaticano debuta con Trappatoni como entrenador
El Vaticano verá hacerse realidad uno de sus deseos terrenales: tener su propia selección de fútbol y para sentarse en el banquillo ha elegido a uno de los más prestigiosos y católicos entrenadores italianos Giovanni Trappatoni, actual seleccionador de Irlanda.
La selección vaticana saldrá al campo por primera vez el 23 de octubre, en un centro deportivo de Roma, contra un combinado de la Guardia de Finanza (la policía financiera italiana), entrenada por el también ex seleccionador italiano Roberto Donadoni, para recoger fondos que se destinarán a la Cáritas y a las familias de los agentes.
Se trata del primer paso para la futura creación de una selección de fútbol con la bandera del Estado más pequeño del mundo. La iniciativa es además uno de los sueños del secretario de Estado vaticano, el cardenal Tarciso Bertone, un conocido aficionado y experto del deporte rey, que ya expresó en el pasado que le gustaría que la Santa Sede tuviese su equipo de "calcio".
A Trappatoni, ferviente católico, se le recuerda por haber esparcido agua bendita en el banquillo de la selección italiana en el Mundial 2002.
El Vaticano verá hacerse realidad uno de sus deseos terrenales: tener su propia selección de fútbol y para sentarse en el banquillo ha elegido a uno de los más prestigiosos y católicos entrenadores italianos Giovanni Trappatoni, actual seleccionador de Irlanda.
La selección vaticana saldrá al campo por primera vez el 23 de octubre, en un centro deportivo de Roma, contra un combinado de la Guardia de Finanza (la policía financiera italiana), entrenada por el también ex seleccionador italiano Roberto Donadoni, para recoger fondos que se destinarán a la Cáritas y a las familias de los agentes.
Se trata del primer paso para la futura creación de una selección de fútbol con la bandera del Estado más pequeño del mundo. La iniciativa es además uno de los sueños del secretario de Estado vaticano, el cardenal Tarciso Bertone, un conocido aficionado y experto del deporte rey, que ya expresó en el pasado que le gustaría que la Santa Sede tuviese su equipo de "calcio".
A Trappatoni, ferviente católico, se le recuerda por haber esparcido agua bendita en el banquillo de la selección italiana en el Mundial 2002.
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