Pero quien quiera creer que los problemas de estos vienen solamente por el entrenador se engaña y mucho.

Evidentemente ni Álvarez ni Jimenez son unos lumbreras, pero mucha culpa tienen también tanto el presidente como el director deportivo, ese del que tanto se alaban los éxitos y se ocultan las pifias.

Es muy cómodo tener un entrenador de la casa como estos, que sabes que te van a exigir poco y que lo único que hacen es agradecer el puesto, porque practicamente ni se creen que estén entrenando a un equipo de primera que además está jugando en Europa. Además son muy económicos.

A todo ello se le suma que en cuanto tienen un jugador que despunta no dudan en venderlo y en los últimos tiempos no han acertado para nada con los sustitutos.

Que si sigue Álvarez estupendo, pero que si lo echan y la apuesta es otro entrenador de la casa sigo igual de tranquilo.