El presidente del Xerez, Federico Souza, anunció ayer que da un paso a un lado en el consejo de administración del club tras su enésimo desencuentro con los administradores concursales que velan por el cumplimiento de los pagos de la entidad, actualmente en ley concursal.
En principio, según había avanzado el propio Souza el martes, ambas partes habían quedado emplazadas a una reunión en la que el máximo accionista iba a presentar los avales bancarios necesarios para despedir a los empleados del club que quedaban de la anterior etapa y dar entrada a su gente de confianza. Pero nada más lejos de la realidad. Souza no tenía previsto presentar aval alguno y había decidido ya dar por concluida su etapa. Según dijo ayer, «no estoy dispuesto a seguir perdiendo dinero y ni siquiera poder gestionar el club». El todavía presidente se escudó en las «trabas» de los administradores concursales para anunciar su paso al lado. Si bien reconoció que el verdadero motivo de su renuncia es que la compra «no ha sido un buen negocio».
Souza aseguró que en julio no hará efectivo el pago del segundo plazo de la mayoría de acciones que en enero compró a Joaquín Morales, con lo que éste volverá a ser el accionista mayoritario, a no ser que antes consiga colocar a otro grupo dicho paquete.
Con la espantada del grupo argentino, una más tras los episodios de Badajoz y Leganés, el Xerez se sitúa al borde de la intervención judicial. Souza ofreció a las peñas entrar en el consejo. Aún así, el único consejero jerezano presente en la entidad, Rafael Mateos, anunció que no piensa dimitir. En lo deportivo, la marcha de Souza altera los planes de la parcela deportiva, que pasaban por la renovación de Gorosito, que queda lejos. Ahora se encargarán de estas gestiones el director deportivo, Miguel Angel Rondán, y el secretario técnico, Antonio Poyatos.
En principio, según había avanzado el propio Souza el martes, ambas partes habían quedado emplazadas a una reunión en la que el máximo accionista iba a presentar los avales bancarios necesarios para despedir a los empleados del club que quedaban de la anterior etapa y dar entrada a su gente de confianza. Pero nada más lejos de la realidad. Souza no tenía previsto presentar aval alguno y había decidido ya dar por concluida su etapa. Según dijo ayer, «no estoy dispuesto a seguir perdiendo dinero y ni siquiera poder gestionar el club». El todavía presidente se escudó en las «trabas» de los administradores concursales para anunciar su paso al lado. Si bien reconoció que el verdadero motivo de su renuncia es que la compra «no ha sido un buen negocio».
Souza aseguró que en julio no hará efectivo el pago del segundo plazo de la mayoría de acciones que en enero compró a Joaquín Morales, con lo que éste volverá a ser el accionista mayoritario, a no ser que antes consiga colocar a otro grupo dicho paquete.
Con la espantada del grupo argentino, una más tras los episodios de Badajoz y Leganés, el Xerez se sitúa al borde de la intervención judicial. Souza ofreció a las peñas entrar en el consejo. Aún así, el único consejero jerezano presente en la entidad, Rafael Mateos, anunció que no piensa dimitir. En lo deportivo, la marcha de Souza altera los planes de la parcela deportiva, que pasaban por la renovación de Gorosito, que queda lejos. Ahora se encargarán de estas gestiones el director deportivo, Miguel Angel Rondán, y el secretario técnico, Antonio Poyatos.
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