http://www.elmundo.es/elmundodeporte...265498787.html
Un G-20 a la baja
6 de febrero.- Como el Atlético no ejerza de 'santero' o el Valencia se ponga el escapulario del santo Villa, este G-20 de la Liga de Villar languidece en un aburrimiento previsible, sin tensiones. No es la 'Liga de las Estrellas'. Es la Liga tiránica de dos equipos que se encuentran en otra orbita galáctica y el resto son como satélites insignificantes.
El Madrid me aburrió, me durmió y sentí cómo el Espanyol es el peor Espanyol en muchísimos años. Igual sucede con la gran mayoría de este G-20 absurdo. Sobra más de la mitad de la Liga, con tanto equipo mediocre o tanto equipo pobre, que en el fondo es lo mismo.
Sería mejor a la vista de lo visto, que el Barcelona y el Madrid se jueguen el título al mejor de siete partidos. Como en la NBA baloncestística. Y, eso sí, que los árbitros no los ponga Villar. Se contratan de Lituania o de Grecia. Sería mucho más interesante e incluso sería mejor espectáculo televisivo.
Es posible que con esta idea nos cargáramos el fútbol español, pero es que la Liga ya está acabada con esta diferencia brutal de presupuestos, de influencias políticas. Es como pegarte trompazos contra dos gigantes que son inalcanzables.
Chamartín necesita más emociones cuando no llega Kaká, o el 'maná' milanés que esperábamos del brasileño, cuando Raúl no tiene suerte con el gol o hasta, como Granero, parece que tiene algo más que horchata en las venas. Hace falta más.
Sin codazos de Ronaldo, sin árbitros que intenten una convulsión en la ingeniería de Pellegrini, sin milagros del Getafe, este G-20 liguero es tramposo, con cartas marcadas. Hay dos equipos millonarios y el resto es otra cosa, como el Espanyol, en recesión, sin querer señalar mucho o en busca de analogías.
Un G-20 a la baja
6 de febrero.- Como el Atlético no ejerza de 'santero' o el Valencia se ponga el escapulario del santo Villa, este G-20 de la Liga de Villar languidece en un aburrimiento previsible, sin tensiones. No es la 'Liga de las Estrellas'. Es la Liga tiránica de dos equipos que se encuentran en otra orbita galáctica y el resto son como satélites insignificantes.
El Madrid me aburrió, me durmió y sentí cómo el Espanyol es el peor Espanyol en muchísimos años. Igual sucede con la gran mayoría de este G-20 absurdo. Sobra más de la mitad de la Liga, con tanto equipo mediocre o tanto equipo pobre, que en el fondo es lo mismo.
Sería mejor a la vista de lo visto, que el Barcelona y el Madrid se jueguen el título al mejor de siete partidos. Como en la NBA baloncestística. Y, eso sí, que los árbitros no los ponga Villar. Se contratan de Lituania o de Grecia. Sería mucho más interesante e incluso sería mejor espectáculo televisivo.
Es posible que con esta idea nos cargáramos el fútbol español, pero es que la Liga ya está acabada con esta diferencia brutal de presupuestos, de influencias políticas. Es como pegarte trompazos contra dos gigantes que son inalcanzables.
Chamartín necesita más emociones cuando no llega Kaká, o el 'maná' milanés que esperábamos del brasileño, cuando Raúl no tiene suerte con el gol o hasta, como Granero, parece que tiene algo más que horchata en las venas. Hace falta más.
Sin codazos de Ronaldo, sin árbitros que intenten una convulsión en la ingeniería de Pellegrini, sin milagros del Getafe, este G-20 liguero es tramposo, con cartas marcadas. Hay dos equipos millonarios y el resto es otra cosa, como el Espanyol, en recesión, sin querer señalar mucho o en busca de analogías.
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