JUAN MARTÍNEZ - PONTEVEDRA Pablo Alfaro, de no torcerse las negociaciones a última hora, se convertirá de forma oficial en el entrenador que sustituya a Roberto Aguirre en el Pontevedra para lo que resta de temporada. El ex futbolista internacional, que reside en Sevilla, ya había estado en la terna de entrenadores al inicio de la campaña, y en un momento llegó a aceptar la oferta granate, aunque finalmente la desechó ante la insistencia de su representante, por considerar que el montante económico a percibir no era el adecuado para su caché.
Durante toda la jornada de ayer Nino Mirón, Fran Crujeiras y Sergio Martín trabajaron denotadamente con el fin de cerrar las negociaciones con el próximo técnico para que ya se pusiese esta mañana al frente de la plantilla. En la lista de candidatos estaban técnicos de renombre como Fernando Castro Santos, con el que también se había negociano en la pretemporada. En un principio era junto con Pablo Alfaro el más firme candidato a ocupar el banquillo, aunque a mediatarde el pontevedrés reconocía que estaba muy complicada su contratación a causa de diferencias económicas.
Los dirigentes del granate tuvieron la oportunidad de ver otras posibilidades que están en el mercado, como la de Paco Jémez. El ex deportivista, que en la pasada campaña logró el ascenso con el Cartagena a Segunda División, estaba libre ya que no siguió en cuadro murciano. Con anterioridad había comenzado su carrera en los banquillos al frente del Alcalá, para militar en la siguiente en el Córdoba, club con el que no acabó la competición al ser destituido en la jornada 11.
Al igual que en el caso de Castro Santos, las negociaciones no llegaron a buen término debido al alto caché que pretendía el canario, por lo que Paco Jémez se convirtió en el mejor colocado para firmar mañana mismo por los granates, como señalaron fuentes oficiales del club.
El único problema suscitado en cuanto a su fichaje es que no podrá llegar a la ciudad hasta mañana debido a que otras obligaciones le retendrán hoy en Madrid, por lo que la doble sesión de entrenamiento estará dirigida por el segundo entrenador, Miguel Alonso, junto con el resto del cuerpo técnico.
A primeras horas de la mañana está previsto que Roberto Aguirre se pase por Príncipe Felipe para despedirse de los jugadores, ya que no lo pudo hacer ayer al no haber entrenamiento.
Fernando Castro Santos estaba muy ilusionado por volver a dirigir al Pontevedra, el club de sus amores, pero a mediatarde de ayer admitía que "a estas horas creo que no se cerrará la operación. Hubo un acercamiento, pero el acuerdo, aunque está cercano no se va a firmar por discrepancias económicas".
El de Lourido, reconocía que "hubo un momento en el que pense que se arreglaría la situación y volvería a entrenar al Pontevedra. Me hacía mucha ilusión, como me la hizo al principio de temporada cuando estuvimos negociando la posibilidad de que fuese yo el entrenador. Cada uno defiende sus intereses y espero que en otra ocasión se pueda concretar el acuerdo".
Sobre si las diferencias era consecuencia de querer contar con alguna persona en el cuerpo técnico, Castro Santos, afirmó que "esa situación creo que era salvable. Quería contar con el preparador físico que me acompañó en los últimos años. Suponía que el Pontevedra tuviese que hacer un esfuerzo económico, pero no grande, por eso digo que era salvable. Las diferencias eran por otros motivos, y como digo, en cierto modo se acercaron mucho las posturas de ambos,pero sólo faltaba refrendarlo". De todos modos, el técnico pontevedrés esperaba una contestación del club a su última oferta más o menos consciente de lo que le esperaba.
Durante toda la jornada de ayer Nino Mirón, Fran Crujeiras y Sergio Martín trabajaron denotadamente con el fin de cerrar las negociaciones con el próximo técnico para que ya se pusiese esta mañana al frente de la plantilla. En la lista de candidatos estaban técnicos de renombre como Fernando Castro Santos, con el que también se había negociano en la pretemporada. En un principio era junto con Pablo Alfaro el más firme candidato a ocupar el banquillo, aunque a mediatarde el pontevedrés reconocía que estaba muy complicada su contratación a causa de diferencias económicas.
Los dirigentes del granate tuvieron la oportunidad de ver otras posibilidades que están en el mercado, como la de Paco Jémez. El ex deportivista, que en la pasada campaña logró el ascenso con el Cartagena a Segunda División, estaba libre ya que no siguió en cuadro murciano. Con anterioridad había comenzado su carrera en los banquillos al frente del Alcalá, para militar en la siguiente en el Córdoba, club con el que no acabó la competición al ser destituido en la jornada 11.
Al igual que en el caso de Castro Santos, las negociaciones no llegaron a buen término debido al alto caché que pretendía el canario, por lo que Paco Jémez se convirtió en el mejor colocado para firmar mañana mismo por los granates, como señalaron fuentes oficiales del club.
El único problema suscitado en cuanto a su fichaje es que no podrá llegar a la ciudad hasta mañana debido a que otras obligaciones le retendrán hoy en Madrid, por lo que la doble sesión de entrenamiento estará dirigida por el segundo entrenador, Miguel Alonso, junto con el resto del cuerpo técnico.
A primeras horas de la mañana está previsto que Roberto Aguirre se pase por Príncipe Felipe para despedirse de los jugadores, ya que no lo pudo hacer ayer al no haber entrenamiento.
Fernando Castro Santos estaba muy ilusionado por volver a dirigir al Pontevedra, el club de sus amores, pero a mediatarde de ayer admitía que "a estas horas creo que no se cerrará la operación. Hubo un acercamiento, pero el acuerdo, aunque está cercano no se va a firmar por discrepancias económicas".
El de Lourido, reconocía que "hubo un momento en el que pense que se arreglaría la situación y volvería a entrenar al Pontevedra. Me hacía mucha ilusión, como me la hizo al principio de temporada cuando estuvimos negociando la posibilidad de que fuese yo el entrenador. Cada uno defiende sus intereses y espero que en otra ocasión se pueda concretar el acuerdo".
Sobre si las diferencias era consecuencia de querer contar con alguna persona en el cuerpo técnico, Castro Santos, afirmó que "esa situación creo que era salvable. Quería contar con el preparador físico que me acompañó en los últimos años. Suponía que el Pontevedra tuviese que hacer un esfuerzo económico, pero no grande, por eso digo que era salvable. Las diferencias eran por otros motivos, y como digo, en cierto modo se acercaron mucho las posturas de ambos,pero sólo faltaba refrendarlo". De todos modos, el técnico pontevedrés esperaba una contestación del club a su última oferta más o menos consciente de lo que le esperaba.
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