"22 de junio de 2002. Pasaban las diez de la mañana y España entera se encontraba pegada al televisor. La selección española dirigida por José Antonio Camacho tenía la posibilidad de disputar por primera vez las semifinales de un Mundial de fútbol. Pero entonces apareció Gamal Mahmoud Ahmed Al-Ghandour. El colegiado egipcio emergió en el campo de Gwangju y se convirtió en el protagonista del partido y la persona más querida y odiada a la vez. Querida en Corea del Sur, porque en España no le querían ni ver después de que este señor echara por tierra todo el trabajo de España, anulando un tanto legal al combinado español. Joaquín se internó por la banda derecha, centró sobre la línea, y Morientes empujó el esférico a la red. Gol que hubiera sido de oro de no ser por el egipcio. Más de siete años después, Al-Ghandour se defendió en Fiebre Maldini y echó todas las culpas a los jueces de línea. Es más, el colegiado de Egipto, recuerda el partido entre coreanos y españoles como "uno de los mejores" arbitrajes que ha hecho en toda su carrera.

En el programa de Canal+ Fútbol, el que fuera colegiado repasó una a una las jugadas polémicas del encuentro. Sobre el primer gol anulado por presunta falta de Iván Helguera, Al-Ghandour lo explicó de la siguiente manera. "Fue una falta clara de Helguera en el salto. Después de que pitara, el balón entra pero yo había pitado ya", señaló.

Sobre la jugada que más revuelo organizó, el gol de Morientes a pase de Joaquín, el asiático echó balones fuera y culpó de todo a los asistentes. "Tuvimos grandes errores por culpa de los linieres. En el gol de Morientes el juez levanta el banderín cuando la pelota no ha salido. Tuve que fiarme de su decisión y si te fijas bien, yo pito saque de puerta en el mismo momento en el que él levanta la bandera y después Morientes marca", se escudó.

Al final de la segunda parte de la prórroga, el otro linier pita otro fuera de juego inventado. "Otro error del juez de línea por un fuera de juego inexistente", dijo.

"No cometí ningún error contra España. Tuve problemas y me atacaron los medios de comunicación. Muchos dijeron que yo había recibido regalos de los coreanos. Soy egipcio y no puedo aceptar ningún tipo de chantaje", manifestó.

Por último, valoró las imágenes tras el pitido final donde se veía a Helguera exaltado y un diálogo con Camacho. "Esta imagen me encanta porque yo estoy hablando normalmente con el entrenador de España y todos los jugadores se revelan contra los linieres. Ese partido fue perfecto y uno de los mejores de mi vida", terminó el señor Al-Ghandour".

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Valiente tío más impresentable. El año que más fácil hemos tenido de ganar un Mundial y nos lo mangan. No he visto un robo más descarado en mi vida, sólo comparable a los 3 goles que le anularon a España en el antiguo Wembley, partido de la Euro 96 entre Inglaterra-España, cómo no de cuartos, que también perdimos por penaltis.