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[LEFT]Alfonso Ussia, madridista hasta la médula, habla sin pelos en la lengua del equipo blanco, del Barça, de las mujeres y de los sentimientos futboleros de la monarquía. Crítico, pero merengue hasta la médula.[/LEFT]
-Su afición dura más de cincuenta años. En este tiempo, ¿qué cambios le han sorprendido más en el fútbol y en su club?
- Los jugadores eran héroes cuando yo era un niño. Y cuando me presenté a la presidencia, en el año 1991, formaba parte de un equipo de doce románticos. Pero ganó Mendoza con toda suerte de trampas que me contó él mismo porque nos llevábamos bien. Un día, hablando con Santiago Bernabeu en una celebración familiar (en la que yo pensé: ‘Estoy hablando con dios’), me dio un consejo: ‘El fútbol para que te guste, tienes que verlo desde el tercer anfiteatro. Cuanto más lejos estés de los futbolistas, mejor’. Entonces el fútbol no estaba metalizado. Ahora sólo se busca el dinero. Es absolutamente falso lo de los amores insobornables y para siempre.
-Una de las críticas que ha hecho en prensa es que los que antes eran futbolistas, ahora son maniquíes.
-Los futbolistas son seres mimados por una sociedad absurda. Se creen muy importantes cuando lo único que hacen es jugar al fútbol. He conocido el 'Real Madrid insuperable' de Puskas, Di Stefano o Gento, y eran señores normales, casados con señoras normales. No cobraban por ir a los sitios, bastante ganaban con jugar al fútbol.
-Sólo ha demostrado su simpatía públicamente por Emilio Butragueño e Iker Casillas. ¿Qué tienen?
-A Butragueño al principio lo alabé porque era un jugador creativo. Sin embargo, se agotó muy joven. Era un mercenario, como todos. En esa generación los jugadores empezaron a cambiar de modelo, a iniciar el camino que ha llevado a nuestros días. Iker Casillas se escapa de la figura del futbolista por su humildad y sinceridad.
-¿Ha sacado usted conclusiones de lo que se debe de hacer para conquistar la presidencia de un club?
-En comparación al mundo del fútbol, el mundo de la política es transparente, limpio y saludable. En unas elecciones estás indefenso cuando compites contra un presidente que ha ganado cinco ligas, que tiene todo el dominio. Es imposible la lucha contra el poder establecido, no hay reglas democráticas. Lorenzo Sanz, que era el jefe de los Ultra Sur y fue vicepresidente con Mendoza, me quemó la oficina electoral. De hecho, al propio Ramón Mendoza lo votaron 850 muertos.
-Sigamos con el club de sus amores. ¿Qué figura ha estado sobrevalorada y cual infravalorada en la historia del Real Madrid?
-Raúl ha sido excesivamente homenajeado porque es muy listo. Sin embargo, Uli Stielike no ha sido valorado por las malas relaciones que mantuvo con Juanito, todo un mito del madridismo. Uli Stielike fue, con Roberto Carlos, el más honrado.
-Dijo una vez que el fútbol era oscuro y grosero. ¿Escribiría un 'Tratado de buenas maneras' relativo a este deporte?
-Yo veo los partidos televisados y siempre veo un primer plano de un jugador y está escupiendo. Le pregunté un día a Di Stefano: ‘¿Antes escupíais tanto?’ Hay cosas que sólo se dan en el fútbol español.
-¿Pondría algún ejemplo de buenas maneras futbolísticas?
-Los ingleses tienen más civismo y no tratan de engañar tanto al árbitro como en la Liga. En España, los jugadores perjudican al deporte y al resto de compañeros. Lo más lamentable es que esta actitud prolifera más. Son ********* jugando.
-Parece que los futbolistas son el peor estamento del fútbol, ¿qué hay de la prensa?
-En los periodistas hay una involución. Cuando un periodista trata mucho a un futbolista está influido por sus filias y sus fobias. Por ejemplo, el apoyo mediático a Raúl me resulta incomprensible. Él es muy listo. Cuando yo era joven firmaban las crónicas tipos como Antonio Valencia y Jaime Capmany. El periodismo deportivo, culturalmente hablando, ha bajado el listón de forma alarmante. Sobre todo en la radio. Es agresivo en exceso. El creador fue José María García y es admirable, porque creó un estilo. Pero no por el tono.
-En su último libro 'Mujeres del reino' cita a personajes femeninos relacionados con el fútbol. Hay poca presencia de la mujer en este deporte. ¿Las echa de menos?
-Hay que reconocer que no han entrado con buen pie. La presidenta del Athletic salió pronto. Y en las juntas directivas hay pocas, como de adorno. El fútbol está muy cerrado.
-¿Debería el Ministerio de Igualdad tomar cartas en el asunto?
-Lo que tendría que hacer ese ministerio es desaparecer. Nunca puede haber intervención donde hay soberanía. La presidencia de los clubs que no son sociedades anónimas la eligen los socios. Si se presenta una mujer y consigue la confianza, adelante.
-Tampoco llegan a Primera División las mujeres entrenadoras.
-Eso es culpa de la mala educación. No serían respetadas. Hay más mujeres en el baloncesto porque los jugadores tienen más nivel cultural.
-En diferentes artículos ha mostrado su rechazo antiguos miembros de su club. Por ejemplo, Mijatovic. ¿De qué tienen culpa?
-Es un juicio de valor. Mijatovic fracasó en su labor como secretario técnico. Uno es libre de fiarse o no fiarse, y a mí no me gustaba ni cuando estaba en el Valencia.
-Imaginemos que usted se postula como entrenador del Real Madrid. ¿Qué equilibrio tiene que haber entre los canteranos y los fichajes extranjeros?
-No se puede buscar un equilibrio, tienen que ser buenos jugadores y punto. El Real Madrid está apremiado por una urgencia que también afecta a Barcelona, Milan o Manchester United. Hay una necesidad histórica que obliga a ganarlo absolutamente todo.
-¿Los jugadores españoles son los mejores?
-Lo demuestran en la Selección y en otras Ligas. El ejemplo más válido es el de los españoles que juegan en los clubs ingleses. Son todos de primer nivel y aprenden lo mejor de allí, como Fernando Torres. Además entrenan fuerte y no como aquí que sólo hacen carreritas.
-¿Qué argumento del mundo del fútbol elegiría para una obra satírica como las que usted escribe?.
-El mundo del fútbol no da más de sí. Es un mundo demasiado plano, los personajes no son interesantes y no hay la más mínima posibilidad de hacer literatura. Con figuras como la de Alfredo Di Stefano o Ladislao Kubala sí se ha hecho cine. Pero emplazo a autores brillantes como Mario Vargas Llosa a intentar escribir una biografía de los jugadores de ahora. A ver si es capaz.
[/CENTER][LEFT]Alfonso Ussia, madridista hasta la médula, habla sin pelos en la lengua del equipo blanco, del Barça, de las mujeres y de los sentimientos futboleros de la monarquía. Crítico, pero merengue hasta la médula.[/LEFT]
-Su afición dura más de cincuenta años. En este tiempo, ¿qué cambios le han sorprendido más en el fútbol y en su club?
- Los jugadores eran héroes cuando yo era un niño. Y cuando me presenté a la presidencia, en el año 1991, formaba parte de un equipo de doce románticos. Pero ganó Mendoza con toda suerte de trampas que me contó él mismo porque nos llevábamos bien. Un día, hablando con Santiago Bernabeu en una celebración familiar (en la que yo pensé: ‘Estoy hablando con dios’), me dio un consejo: ‘El fútbol para que te guste, tienes que verlo desde el tercer anfiteatro. Cuanto más lejos estés de los futbolistas, mejor’. Entonces el fútbol no estaba metalizado. Ahora sólo se busca el dinero. Es absolutamente falso lo de los amores insobornables y para siempre.
-Una de las críticas que ha hecho en prensa es que los que antes eran futbolistas, ahora son maniquíes.
-Los futbolistas son seres mimados por una sociedad absurda. Se creen muy importantes cuando lo único que hacen es jugar al fútbol. He conocido el 'Real Madrid insuperable' de Puskas, Di Stefano o Gento, y eran señores normales, casados con señoras normales. No cobraban por ir a los sitios, bastante ganaban con jugar al fútbol.
-Sólo ha demostrado su simpatía públicamente por Emilio Butragueño e Iker Casillas. ¿Qué tienen?
-A Butragueño al principio lo alabé porque era un jugador creativo. Sin embargo, se agotó muy joven. Era un mercenario, como todos. En esa generación los jugadores empezaron a cambiar de modelo, a iniciar el camino que ha llevado a nuestros días. Iker Casillas se escapa de la figura del futbolista por su humildad y sinceridad.
-¿Ha sacado usted conclusiones de lo que se debe de hacer para conquistar la presidencia de un club?
-En comparación al mundo del fútbol, el mundo de la política es transparente, limpio y saludable. En unas elecciones estás indefenso cuando compites contra un presidente que ha ganado cinco ligas, que tiene todo el dominio. Es imposible la lucha contra el poder establecido, no hay reglas democráticas. Lorenzo Sanz, que era el jefe de los Ultra Sur y fue vicepresidente con Mendoza, me quemó la oficina electoral. De hecho, al propio Ramón Mendoza lo votaron 850 muertos.
-Sigamos con el club de sus amores. ¿Qué figura ha estado sobrevalorada y cual infravalorada en la historia del Real Madrid?
-Raúl ha sido excesivamente homenajeado porque es muy listo. Sin embargo, Uli Stielike no ha sido valorado por las malas relaciones que mantuvo con Juanito, todo un mito del madridismo. Uli Stielike fue, con Roberto Carlos, el más honrado.
-Dijo una vez que el fútbol era oscuro y grosero. ¿Escribiría un 'Tratado de buenas maneras' relativo a este deporte?
-Yo veo los partidos televisados y siempre veo un primer plano de un jugador y está escupiendo. Le pregunté un día a Di Stefano: ‘¿Antes escupíais tanto?’ Hay cosas que sólo se dan en el fútbol español.
-¿Pondría algún ejemplo de buenas maneras futbolísticas?
-Los ingleses tienen más civismo y no tratan de engañar tanto al árbitro como en la Liga. En España, los jugadores perjudican al deporte y al resto de compañeros. Lo más lamentable es que esta actitud prolifera más. Son ********* jugando.
-Parece que los futbolistas son el peor estamento del fútbol, ¿qué hay de la prensa?
-En los periodistas hay una involución. Cuando un periodista trata mucho a un futbolista está influido por sus filias y sus fobias. Por ejemplo, el apoyo mediático a Raúl me resulta incomprensible. Él es muy listo. Cuando yo era joven firmaban las crónicas tipos como Antonio Valencia y Jaime Capmany. El periodismo deportivo, culturalmente hablando, ha bajado el listón de forma alarmante. Sobre todo en la radio. Es agresivo en exceso. El creador fue José María García y es admirable, porque creó un estilo. Pero no por el tono.
-En su último libro 'Mujeres del reino' cita a personajes femeninos relacionados con el fútbol. Hay poca presencia de la mujer en este deporte. ¿Las echa de menos?
-Hay que reconocer que no han entrado con buen pie. La presidenta del Athletic salió pronto. Y en las juntas directivas hay pocas, como de adorno. El fútbol está muy cerrado.
-¿Debería el Ministerio de Igualdad tomar cartas en el asunto?
-Lo que tendría que hacer ese ministerio es desaparecer. Nunca puede haber intervención donde hay soberanía. La presidencia de los clubs que no son sociedades anónimas la eligen los socios. Si se presenta una mujer y consigue la confianza, adelante.
-Tampoco llegan a Primera División las mujeres entrenadoras.
-Eso es culpa de la mala educación. No serían respetadas. Hay más mujeres en el baloncesto porque los jugadores tienen más nivel cultural.
-En diferentes artículos ha mostrado su rechazo antiguos miembros de su club. Por ejemplo, Mijatovic. ¿De qué tienen culpa?
-Es un juicio de valor. Mijatovic fracasó en su labor como secretario técnico. Uno es libre de fiarse o no fiarse, y a mí no me gustaba ni cuando estaba en el Valencia.
-Imaginemos que usted se postula como entrenador del Real Madrid. ¿Qué equilibrio tiene que haber entre los canteranos y los fichajes extranjeros?
-No se puede buscar un equilibrio, tienen que ser buenos jugadores y punto. El Real Madrid está apremiado por una urgencia que también afecta a Barcelona, Milan o Manchester United. Hay una necesidad histórica que obliga a ganarlo absolutamente todo.
-¿Los jugadores españoles son los mejores?
-Lo demuestran en la Selección y en otras Ligas. El ejemplo más válido es el de los españoles que juegan en los clubs ingleses. Son todos de primer nivel y aprenden lo mejor de allí, como Fernando Torres. Además entrenan fuerte y no como aquí que sólo hacen carreritas.
-¿Qué argumento del mundo del fútbol elegiría para una obra satírica como las que usted escribe?.
-El mundo del fútbol no da más de sí. Es un mundo demasiado plano, los personajes no son interesantes y no hay la más mínima posibilidad de hacer literatura. Con figuras como la de Alfredo Di Stefano o Ladislao Kubala sí se ha hecho cine. Pero emplazo a autores brillantes como Mario Vargas Llosa a intentar escribir una biografía de los jugadores de ahora. A ver si es capaz.
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