Probablemente, el mejor zurdo que tenemos en esta plantilla, un jugador que, desde que ha llegado, se ha comportado como un profesional, aceptando ser la última opción sin alzar jamás la voz ni dar la nota. Y cuando en verano tuvo la oportunidad de irse, lo hizo con elegancia y dignidad.
Algo de lo que no puede presumir quien le entrena. O, mejor dicho, quien le desprecia. A mí no se me olvidan los partidazos que le he visto hacer con su selección, ni la ilusión con la que llegó al Betis, aunque nunca ha contado con el cariño de la gente, dispuesta a encumbrar a manzanas podridas que se tapan con edredones verdiblancos desde niños y cargar las tintas contra jugadores que no han tenido la posibilidad de demostrar su valía.
Cuando otros compatriotas, compañeros, le pidan referencias para venir aquí, por ejemplo Pranjic, lo más normal es que les diga que ni se les ocurra, que aquí tenemos una dirección de risa y un entrenador voluble, caprichoso y que sienta a la gente sin el menor motivo.
Cuesta un mundo que se fichen cracks de talla mundial para que se les desprecie de esta manera. Y no es el único, véase Monzón o Ricardo.
Ánimo, Marko, algunos seguimos creyendo en ti.
Algo de lo que no puede presumir quien le entrena. O, mejor dicho, quien le desprecia. A mí no se me olvidan los partidazos que le he visto hacer con su selección, ni la ilusión con la que llegó al Betis, aunque nunca ha contado con el cariño de la gente, dispuesta a encumbrar a manzanas podridas que se tapan con edredones verdiblancos desde niños y cargar las tintas contra jugadores que no han tenido la posibilidad de demostrar su valía.
Cuando otros compatriotas, compañeros, le pidan referencias para venir aquí, por ejemplo Pranjic, lo más normal es que les diga que ni se les ocurra, que aquí tenemos una dirección de risa y un entrenador voluble, caprichoso y que sienta a la gente sin el menor motivo.
Cuesta un mundo que se fichen cracks de talla mundial para que se les desprecie de esta manera. Y no es el único, véase Monzón o Ricardo.
Ánimo, Marko, algunos seguimos creyendo en ti.
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