Marek Hamsik tardará en olvidar la escena vivida el pasado jueves. La joven estrella del Nápoles fue asaltada pasadas las ocho de la tarde, tras el entrenamiento de su equipo, cuando se disponía a hacer la compra en un establecimiento cercano al estadio de Sao Paolo.
Mientras Hamsik esperaba en la cola del aparcamiento, dos atracadores se presentaron a bordo de una moto y golpearon el cristal de su coche con la culata de una pistola. Muchos aficionados del equipo partenopeo, especialmente numerosos en el barrio donde se encuentra el estadio napolitano, reconocieron rápidamente a la víctima -que finalmente salió ilesa del incidente-.
Algunos de estos 'tifosi' se acercaron a socorrer al jugador, que no podía mover su coche al estar atrapado en ambas direcciones, pero uno de los atracadores les invitó a quedarse al margen apuntándoles con la pistola. Preso del pánico y de frente a una estampa estrambótica, Hamsik decidió entregar a los asaltantes todo el dinero que llevaba en efectivo -alrededor de 800 euros-, además de un reloj Rolex y una bolsa con las llaves de casa, un móvil, tarjetas de crédito, pasaporte y otros documentos.
Pasado el susto, Hamsik se trasladó poco después a una comisaría cercana para denunciar los hechos. La descripción apenas llegaba a una moto scooter de color marrón y dos personas tapadas con sus cascos.
"He conocido el miedo a morir"
"Ha sido un momento pero me ha bastado para conocer el miedo a morir. Ha sido terrible, me he quedado en 'shock', aunque por suerte estoy bien y sólo espero de olvidar esto pronto", aseguró el protagonista de esta historia, de tan sólo 21 años, unas horas después de lo sucedido.
El delantero eslovaco no ha sido el único futbolista del Nápoles en vivir una situación así. Hace escasamente un mes fue Andrea Russotto, una de las apuestas de futuro del club, quien sufrió una escena parecida. A Russotto le robaron su BMW, pero consiguió recuperarlo poco después.
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Mientras Hamsik esperaba en la cola del aparcamiento, dos atracadores se presentaron a bordo de una moto y golpearon el cristal de su coche con la culata de una pistola. Muchos aficionados del equipo partenopeo, especialmente numerosos en el barrio donde se encuentra el estadio napolitano, reconocieron rápidamente a la víctima -que finalmente salió ilesa del incidente-.
Algunos de estos 'tifosi' se acercaron a socorrer al jugador, que no podía mover su coche al estar atrapado en ambas direcciones, pero uno de los atracadores les invitó a quedarse al margen apuntándoles con la pistola. Preso del pánico y de frente a una estampa estrambótica, Hamsik decidió entregar a los asaltantes todo el dinero que llevaba en efectivo -alrededor de 800 euros-, además de un reloj Rolex y una bolsa con las llaves de casa, un móvil, tarjetas de crédito, pasaporte y otros documentos.
Pasado el susto, Hamsik se trasladó poco después a una comisaría cercana para denunciar los hechos. La descripción apenas llegaba a una moto scooter de color marrón y dos personas tapadas con sus cascos.
"He conocido el miedo a morir"
"Ha sido un momento pero me ha bastado para conocer el miedo a morir. Ha sido terrible, me he quedado en 'shock', aunque por suerte estoy bien y sólo espero de olvidar esto pronto", aseguró el protagonista de esta historia, de tan sólo 21 años, unas horas después de lo sucedido.
El delantero eslovaco no ha sido el único futbolista del Nápoles en vivir una situación así. Hace escasamente un mes fue Andrea Russotto, una de las apuestas de futuro del club, quien sufrió una escena parecida. A Russotto le robaron su BMW, pero consiguió recuperarlo poco después.
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