JESUS ALCAIDE | CARLOS E. CARBAJOSA
MADRID.- "Si lo que me estás preguntando es qué vamos a hacer ahora mismo, lo que te puedo decir es que ya hemos fichado al top para este verano".
-"¿Te refieres a Cristiano?"
-"El top es el top. Es Cristiano, no hay otro. Lo que pasa es que es mejor no decir nada ahora".
-"¿Y por qué no se puede decir? Es el mejor momento, ahora que las cosas van tan mal y que la gente necesita algo que les dé ilusión en medio de lo que está pasando...".
-"No, es mejor no decir nada porque hay unas cláusulas que nos impiden anunciarlo ahora mismo. Para nosotros sería el momento adecuado, pero no debemos hacerlo... Pero, a ¿que no está mal?".
La conversación continuó, pero éste es el extracto más llamativo del diálogo que el pasado lunes, apenas dos días después de la derrota en el Camp Nou, mantuvieron un directivo del Real Madrid con una persona de su más íntima confianza y de su entorno laboral privado. El directivo en cuestión no es otro que Pedro Trapote, uno de los hombres de máxima confianza de Ramón Calderón. Como Trapote, al menos otros dos máximos dirigentes del club están filtrando esta noticia.
Es la consecuencia más importante de las recientes conquistas del presidente: la llegada del crack portugués al Real Madrid para dentro de medio año. Pero pocos, más bien nadie, olvidan el gigantesco resbalón que significó el pasado verano la negativa de Cristiano a firmar por el club del Santiago Bernabéu. Como se recordará, la llegada del último Balón de Oro se convirtió en el grueso de la información futbolística estival, por encima de la que proporcionaban día a día los Juegos Olímpicos de Pekín.
El ataque definitivo por Cristiano se decidió justo un día después de que el jugador concediera una entrevista al diario portugués Público, el pasado 6 de agosto, en la que acabó con el culebrón del verano: "Me quedo en el Manchester United". Para que eso fuera así, poco antes se celebró una reunión entre el jugador y su entrenador, Alex Ferguson, en la que éste le hizo ver su "pacto de hombre y caballero" con el club inglés y la afición de Old Trafford.
En los días posteriores al fiasco, Calderón aseguró que el Real Madrid sólo había "movido ficha" por el portugués cuando éste hizo pública su intención de recalar en el Santiago Bernabéu: "Ese asunto ya está olvidado. Tuvo una gran repercusión, pero nosotros no lo provocamos. El jugador dijo que quería venir porque para él, el Madrid era un sueño, y nosotros recibimos esa información y fuimos felices de conocerla. Después de eso, hablé con el Manchester, pero David Gill [presidente ejecutivo] fue muy claro y dijo que no querían traspasarlo bajo ninguna circunstancia. Nosotros queremos tener una buena relación con todos los grandes clubes de Europa, y el Manchester es uno de los mejores, por lo que quisiera tener una buena relación con ellos siempre". Según directivos del Madrid, Cristiano "ya casi es historia en el Manchester".
De momento, el Manchester ha otorgado al crack portugués el dorsal número 10 para participar en Tokio en el Mundialito de Clubes, torneo sucesor de la legendaria Copa Intercontinental.