Pues eso, aqui esta la noticia.
Me trae tan buenos recuerdos (por la ilusion que nos dio su fichaje, claro esta)
Se mueve River. Busca alternativas. Aprovecha el cupo de extranjeros que tiene libre e indaga en el mercado porque desde allí aparecen más alternativas. Ayer, le ofrecieron a Denilson, aquel brasileño de la famosa bicicleta que dejaba un surco por la izquierda cada vez que arrancaba y que deslumbró con su pase millonario al Betis de España y sus actuaciones en la selección brasileña, y todos en Núñez se ilusionan con tenerlo...
Lo claro es que apenas arrancaron las negociaciones. Que falta mucho para decir que el brasileño ya es jugador de River. Pero el tema entusiasma. El presidente José María Aguilar le dijo ayer a Clarín: "Hay muchas ofertas en este mercado. Y a River le llegan un montón por día. Ya nos pasó con los técnicos que nos ofrecían permanentemente y a montones, y esto es igual. En ese contexto, un agente FIFA reconocido por River nos ofreció a Denilson. Es un apellido rutilante que a priori entusiasma, pero hay que esperar, el campeonato arranca el 10 de febrero".
Por lo pronto, el técnico Diego Simeone quiere ver un par de videos del jugador e interiorizarse de cómo está hoy Denilson física y futbolísticamente porque sus últimos equipos fueron de Arabia Saudita y Estados Unidos: estuvo un año Al- Nasr (2006-2007) y seis meses en FC Dallas, y entonces hay dudas en ese sentido.
Promesa futbolística en las inferiores, pinta de crack, Denilson inició su carrera profesional en el San Pablo, de Brasil. Allí, en la ciudad paulista, empezó a lucir su mágica zurda, ésa que logró deslumbrar, primero, a su país, y luego al mundo entero, tras debutar en el seleccionado brasileño, en el que se consagró campeón de la Copa América (1997), de la Copa Confederaciones (1997) y de la Copa del Mundo (2002), defendiendo, en total, 61 veces la camiseta verde amarela.
Rápidamente supo ganarse el reconocimiento de propios y extraños. Y, pese a que su habilidad ya estaba casi en boca de todos, su salto a la fama se produjo verdaderamente en 1998, cuando se convirtió en el fichaje más caro del mundo de la pelota: Betis pagó 36 millones de dólares para contar con sus servicios, una cifra récord para ese entonces.
En el club español, sin embargo, las cosas no le salieron de la mejor manera. Y en la ciudad sevillana no pudieron disfrutar de su mejor juego. Por eso, tras un desempeño irregular y luego de dos años, fue cedido a Flamengo.
Regresó en 2001 a Betis. Pero, como en su primera etapa, no pudo exhibir sus cualidades. En 2005 partió hacia Francia. ¿Su destino? Burdeos. Allí quiso probar mejor suerte. Pero no pudo: jugó sólo un año.
Si se diera la llegada de Denilson, el tema del volante por izquierda, cuestión que tiene preocupado al nuevo DT, estaría solucionado. Igual, Simeone y su gente sigue teniendo en carpeta a Andrés D'Alessandro, quien continúa peleando por su salida del Zaragoza por más que hoy en River ya lo descartan como posible incorporación. Por lo pronto, en Núñez se ilusionan con Denilson, el apellido "rutilante" que ayer revolucionó a River.
Me trae tan buenos recuerdos (por la ilusion que nos dio su fichaje, claro esta)
Se mueve River. Busca alternativas. Aprovecha el cupo de extranjeros que tiene libre e indaga en el mercado porque desde allí aparecen más alternativas. Ayer, le ofrecieron a Denilson, aquel brasileño de la famosa bicicleta que dejaba un surco por la izquierda cada vez que arrancaba y que deslumbró con su pase millonario al Betis de España y sus actuaciones en la selección brasileña, y todos en Núñez se ilusionan con tenerlo...
Lo claro es que apenas arrancaron las negociaciones. Que falta mucho para decir que el brasileño ya es jugador de River. Pero el tema entusiasma. El presidente José María Aguilar le dijo ayer a Clarín: "Hay muchas ofertas en este mercado. Y a River le llegan un montón por día. Ya nos pasó con los técnicos que nos ofrecían permanentemente y a montones, y esto es igual. En ese contexto, un agente FIFA reconocido por River nos ofreció a Denilson. Es un apellido rutilante que a priori entusiasma, pero hay que esperar, el campeonato arranca el 10 de febrero".
Por lo pronto, el técnico Diego Simeone quiere ver un par de videos del jugador e interiorizarse de cómo está hoy Denilson física y futbolísticamente porque sus últimos equipos fueron de Arabia Saudita y Estados Unidos: estuvo un año Al- Nasr (2006-2007) y seis meses en FC Dallas, y entonces hay dudas en ese sentido.
Promesa futbolística en las inferiores, pinta de crack, Denilson inició su carrera profesional en el San Pablo, de Brasil. Allí, en la ciudad paulista, empezó a lucir su mágica zurda, ésa que logró deslumbrar, primero, a su país, y luego al mundo entero, tras debutar en el seleccionado brasileño, en el que se consagró campeón de la Copa América (1997), de la Copa Confederaciones (1997) y de la Copa del Mundo (2002), defendiendo, en total, 61 veces la camiseta verde amarela.
Rápidamente supo ganarse el reconocimiento de propios y extraños. Y, pese a que su habilidad ya estaba casi en boca de todos, su salto a la fama se produjo verdaderamente en 1998, cuando se convirtió en el fichaje más caro del mundo de la pelota: Betis pagó 36 millones de dólares para contar con sus servicios, una cifra récord para ese entonces.
En el club español, sin embargo, las cosas no le salieron de la mejor manera. Y en la ciudad sevillana no pudieron disfrutar de su mejor juego. Por eso, tras un desempeño irregular y luego de dos años, fue cedido a Flamengo.
Regresó en 2001 a Betis. Pero, como en su primera etapa, no pudo exhibir sus cualidades. En 2005 partió hacia Francia. ¿Su destino? Burdeos. Allí quiso probar mejor suerte. Pero no pudo: jugó sólo un año.
Si se diera la llegada de Denilson, el tema del volante por izquierda, cuestión que tiene preocupado al nuevo DT, estaría solucionado. Igual, Simeone y su gente sigue teniendo en carpeta a Andrés D'Alessandro, quien continúa peleando por su salida del Zaragoza por más que hoy en River ya lo descartan como posible incorporación. Por lo pronto, en Núñez se ilusionan con Denilson, el apellido "rutilante" que ayer revolucionó a River.
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