En primer lugar feliz año a todos los béticos. A ver si podemos salir de ahí abajo con la llegada de Luis Fernández. Bueno, me gustaría enseñaros la entrevista que le hicieron a Oliveira en la revista "Don Balón" en la que critica al glorioso. No quiero juzgar así que aquí os dejo las perlas que soltó el carioca...
En el Betis logró la Copa del Rey y una plaza para la Champions. Todo se torció cuando el ligamento de su rodilla cedió. Tras discutir con Lopera se marchó al Milan, lugar donde sus goles están empezando a llegar.
Tan sólo estuvo tres años en nuestro país, pero lo extraña enormemente. En Milán ha aterrizado con buen pie. Se le nota orgulloso por formar parte de un grande de Europa y se siente importante dentro del colectivo rossonero. Ahora bien, Sevilla es otra cosa. Además, la situación personal no acompaña. Su hermana mayor, María de Lourdes, fue secuestrada en Sao Paulo el pasado 4 de octubre y la policía todavía no ha conseguido liberarla. A Oliveira se le ve entero, aunque con la mirada algo perdida. Recibió encantado la visita de Don Balón en Milanello y, pese al drama familiar por el que está atravesando, habló, en un idioma a mitad de camino entre el español y el italiano, durante tres cuartos de hora de manera abierta y tierna. Un profesional que rebosa humanidad.
DB. -Después de varios meses en Milán, ¿cómo valora su aterrizaje en uno de los mejores clubs del continente?
-Lo cierto es que me está costando un poco adaptarme. Las expectativas han sido enormes desde mi llegada, y no es que yo rehuya de mis responsabilidades, al contrario, me motivan, pero el equipo no pasa por un buen momento. Estamos sufriendo mucho desde el principio y las lesiones no nos han ayudado.
DB. -Dicen que, para un jugador, la adaptación al fútbol italiano es de las más complicadas.
-Yo todavía me siento en pleno proceso de aprendizaje. Las diferencias con el fútbol que se practica en España o en Brasil son enormes.
DB. -El problema es que la paciencia en un club como el Milan no es demasiada...
-Yo creo que lo estoy haciendo bien, aunque tengo claro que mi obligación es marcar. Considero que mi rendimiento, a nivel de grupo, es positivo, ya que aquí es tan importante el trabajo que hagas para el equipo como los goles que anotes.
DB. -¿Por qué se resisten las dianas?
-Porque este es un fútbol muy distinto, con pocos espacios, donde los delanteros con un poco de técnica están muy vigilados. Pero esta es sólo una fase de adaptación, como también me pasó en Valencia, y sé que pronto acabará.
DB. -Además, las comparaciones y las referencias continuas a Shevchenko no deben de ser agradables.
-Yo no tengo esa sensación. Éste es un club enorme, que está por encima de cualquier persona. Desde que llegué, el vestuario, sobre todo los capitanes Maldini y Costacurta, me ha recibido con los brazos abiertos. No tengo la sensación de que me comparen con nadie. Antes de fichar, hablé con los brasileños del equipo (Dida, Serginho, Cafú y Kaká) y todos me recomendaron que el Milan era la mejor opción.
DB. -Al fin y al cabo, el objetivo de todo jugador es llegar un día a un club como éste.
-Por eso estoy disfrutando tanto de esta experiencia. No es que no considere grandes los equipos donde estuve antes, pero aquí todo es diferente. El Milan está arriba del todo, no hay nada por encima, y por eso me siento feliz aquí.
DB. -A nivel personal, ¿qué tal le trata la vida en Italia?
-Bastante bien. Salvo el frío, al que no acabo de acostumbrarme, todo está perfecto. Además, estoy aprendiendo a abrigarme mejor, así que no hay ningún problema.
DB. -En España, a nivel de clima, no tenía esas dificultades...
-Para nada. Yo adoro España. Aún tengo mi casa en Sevilla y no pienso en venderla, porque cuando tengo algunos días libres en el Milan me gusta regresar allí. Es un país muy especial para mí, en Valencia nació mi niño y en Sevilla mi niña.
DB. -El fútbol italiano todavía anda algo tocado tras el escándalo de corrupción del pasado verano. ¿Usted siente que el calcio está deprimido?
-Si te fijas en los futbolistas dirías que todo está normal, que no pasa nada. Pero la prensa y el entorno no paran de hablar del tema, así que todavía se respira un ambiente extraño. El proceso terminó, y nosotros los jugadores debemos ayudar a normalizar la situación.
DB. -¿Nota que el Milan esté obligado a pasarlo mal, pese a haber cumplido ya su condena?
-No lo sé, yo sólo sé que estamos sufriendo mucho. Al castigo se ha sumado una plaga de lesiones y todo lo que nos ocurre parece que tenga que ser negativo. Pero estoy convencido de que esto cambiará, porque mis compañeros son fuertes y duros de cabeza.
DB. -Quizás el marco perfecto para alterar esa dinámica sea la Liga de Campeones, el único gran objetivo del club este año.
-El Scudetto es imposible. Ya será un éxito quedar entre los cuatro primeros y ganar una plaza para la Copa de Europa. Así que todos pensamos en la Liga de Campeones. Es cierto que ahora quizá haya algunos equipos con un nivel un poco superior al nuestro, pero ésta es una competición en la que todo es posible.Tras la final de Estambul contra el Liverpool, aquí lo tienen muy presente.
DB. -Si se imagina llegando a la final, ¿contra qué equipo le gustaría jugarla?
-Me daría igual porque una final de la Liga de Campeones es lo máximo. Nuestro objetivo es llegar hasta ella y ganarla, más allá de contra quien sea.
DB. -Con un jugador como Kaká, seguro que nadie descarta al Milan para hacerse con el trofeo. ¿Qué hace tan diferente a su compatriota?
-La personalidad. Yo le conozco desde su etapa en Brasil, y es un chaval muy educado, que tiene la cabeza muy bien puesta. Vive tan sólo para jugar y para entrenarse. Futbolísticamente, su talento está fuera de toda duda y todos sabemos que tiene ante sí un futuro espléndido.
DB. -Ya ha pasado algún tiempo desde su convulsa salida de Sevilla. ¿Con qué cree que se quedó el beticismo de Ricardo Oliveira?
-No tengo ni idea. No sé lo que pensará la gente de mí, y de verdad, no me importa. Lo que me interesa es que tengo la conciencia muy tranquila porque estoy seguro de que siempre actué bien con el Betis. En el último año ocurrió de todo, tanto por parte de la prensa, como por parte del club y por la mía propia. Ha habido cruce de declaraciones, se han publicado muchas mentiras y tanto el Betis como yo nos las hemos creído. Las relaciones se tensaron demasiado.
DB. -Tras su regreso de Brasil este verano, no vivió unos dias fáciles precisamente.
-La mayoría de la gente me recibió mal, aunque no todo el mundo. Todavía hay muchas personas que me siguen queriendo y respetando, que creen que yo siempre he actuado de buena fe.
DB. -De todo lo que se dijo, ¿qué fue lo que le hizo más daño?
-Las palabras del presidente, Pepe León, quien me acusó de hacer mucho daño al beticismo. Bajo mi punta de vista, su intención era descargarse de toda responsabilidad y hacer creer a la gente que yo era el único culpable. De todos modos, yo estaba tranquilo y lo primero que hice al llegar a España fue llamarle, a él y a Lopera.
DB. -¿Qué les dijo?
-Les pedí permirso para ir a entrenarme a la Ciudad Deportiva y me lo negaron porque primero querían reunirse conmigo y con mi representante. Provocaron mi traspaso. Yo me había lesionado jugando para el club en una competición importante y me quitaron la ficha para poner a otro. Me faltaron al respeto como persona y como profesional. Yo siempre lo di todo por el Betis y jamás pedí un euro de más, aunque creyera que no era justo lo que me pagaban. Pero desde que me negué a jugar un partido en el que estaba lesionado, contra el Mónaco en la previa de la Liga de Campeones, Lopera no quiso hablar más conmigo.
DB. -Desgraciadamente para el Betis, Oliveira y Joaquín se marcharon y la situación no ha mejorado demasiado.
-Es que no éramos nosotros los que causábamos los problemas. Yo desde Italia seguí muy pendiente de todo lo que pasó en España y sé que a Joaquín se lo hicieron pasar muy mal. Lopera le hizo mucho daño, tanto a él como a su familia. Fue muy triste, pero espero que la situación cambie pronto y el Betis vuelva a estar donde se merece, porque yo lo quiero mucho y soy un aficionado más.
DB. -Tampoco le pusieron las cosas muy fáciles en Valencia. No debe de ser sencillo adaptarse para un joven brasileño cuando su entrenador reconoce públicamente que no la ha visto jugar nunca.
-Mi llegada fue muy extraña y en mis primeros meses sufrí mucho. Pero bueno, las cosas se arreglaron poco a poco y al final completamos un año precioso. Pese a mis problemas con el idioma y mi fase de adaptación, ganamos la Liga y la Copa de la UEFA. Yo no fui protagonista, pero aporté mi granito de arena.
DB. -Pues para pasarlo tan mal en sus primeros días, dejó un golazo en el Camp Nou de vaselina que todavía mucha gente debe de recordar en Valencia.
-Es cierto. Es que el Barcelona siempre se me ha dado muy bien y contra ellos he hecho muchos goles y grandes partidos. Es uno de los grandes del fútbol mundial, un equipazo, y eso es siempre una motivación especial.
DB. -¿Es el mejor gol que ha marcado nunca?
-Ese gol fue muy importante para mí porque eran mis primeros pasos en España, pero aún hay otro gol mejor en el Camp Nou contra el Barcelona, con el Betis. Fue un pase largo de Assunçao, yo controlé el balón en velocidad y remate al palo largo. Fue un tanto precioso. Aquel fue un partidazo, acabamos 3-3 y Joaquín marcó dos goles.
DB. -La historia no acaba ahí. Usted debutó con Brasil contra Catalunya precisamente en el Camp Nou y también mojó. ¿Hoy en día, le queda un poco lejos la Seleçao?
-Yo he pasado un año complicado y en Brasil también ha habido muchos cambios, empezando por la comisión técnica. Dunga ha llegado con sus ideas y todos tenemos que respetarle. Me llamó para la última convocatoria y me animó a seguir trabajando porque tengo posibilidades de entrar en el equipo. Han llegado muchos jugadores nuevos, algunos que jamás pensaron en vestir la camiseta de la canarinha, así que hay que tener paciencia y ver cómo rinden estos futbolistas.
DB. -Tras lo ocurrido en Alemania, puede que un lavado de imagen fuera necesario.
-Obviamente, la Copa del Mundo fue un fracaso tremendo y éste es el principal motivo de esta pequeña revolución. No se dio una buena imagen y la ley del fútbol dicta que cuando las cosas no funcionan bien, siempre hay cambios.
DB. -Al menos, el fútbol brasileño pudo recuperar algo de su prestigio en Japón, con la victoria del Internacional frente al Barcelona en el Mundial de Clubs.
-Nosotros somos muy competitivos y siempre estamos ahi dando guerra. Nadie daba un euro por el Internacional, todos pensaban que el Barcelona sería el campeón. David contra Goliath. Pero los que conocemos el fútbol sabemos que todo se decide en el campo. Fuera del terreno de juego se puede decir cualquier cosa, pero dentro todo funciona de manera distinta.
DB. -Brasil es una fuente inagotable de jóvenes talentos. Más allá de los Ronaldinho o Kaká, ¿qué nombre cree que marcará el futuro del fútbol de su país?
-Hay muchos futbolistas que podría citar con gran futuro, o por lo menos que tienen la expectativa de llegar muy alto. Pero bajo mi punto de vista, el jugador con mayor potencial es Daniel Alves. A simple vista, no es un tipo distinto o que haga grandes cosas, pero estoy seguro de que va a tener muchísimo éxito. Es fuerte, hábil, ambicioso y con gran carácter competitivo.
DB. -Parece que están de moda los defensas, cualquiera hubiera esperado que citase a un delantero.
-Por eso Daniel es muy especial. Es capaz de hacer lo que hace desde una posición en el campo muy poco vistosa. En el fútbol hay once jugadores, y de vez en cuando está bien que futbolistas que no tengan tanta atención mediática sean reconocidos.
donbalon.com
Saludos a todos
En el Betis logró la Copa del Rey y una plaza para la Champions. Todo se torció cuando el ligamento de su rodilla cedió. Tras discutir con Lopera se marchó al Milan, lugar donde sus goles están empezando a llegar.
Tan sólo estuvo tres años en nuestro país, pero lo extraña enormemente. En Milán ha aterrizado con buen pie. Se le nota orgulloso por formar parte de un grande de Europa y se siente importante dentro del colectivo rossonero. Ahora bien, Sevilla es otra cosa. Además, la situación personal no acompaña. Su hermana mayor, María de Lourdes, fue secuestrada en Sao Paulo el pasado 4 de octubre y la policía todavía no ha conseguido liberarla. A Oliveira se le ve entero, aunque con la mirada algo perdida. Recibió encantado la visita de Don Balón en Milanello y, pese al drama familiar por el que está atravesando, habló, en un idioma a mitad de camino entre el español y el italiano, durante tres cuartos de hora de manera abierta y tierna. Un profesional que rebosa humanidad.
DB. -Después de varios meses en Milán, ¿cómo valora su aterrizaje en uno de los mejores clubs del continente?
-Lo cierto es que me está costando un poco adaptarme. Las expectativas han sido enormes desde mi llegada, y no es que yo rehuya de mis responsabilidades, al contrario, me motivan, pero el equipo no pasa por un buen momento. Estamos sufriendo mucho desde el principio y las lesiones no nos han ayudado.
DB. -Dicen que, para un jugador, la adaptación al fútbol italiano es de las más complicadas.
-Yo todavía me siento en pleno proceso de aprendizaje. Las diferencias con el fútbol que se practica en España o en Brasil son enormes.
DB. -El problema es que la paciencia en un club como el Milan no es demasiada...
-Yo creo que lo estoy haciendo bien, aunque tengo claro que mi obligación es marcar. Considero que mi rendimiento, a nivel de grupo, es positivo, ya que aquí es tan importante el trabajo que hagas para el equipo como los goles que anotes.
DB. -¿Por qué se resisten las dianas?
-Porque este es un fútbol muy distinto, con pocos espacios, donde los delanteros con un poco de técnica están muy vigilados. Pero esta es sólo una fase de adaptación, como también me pasó en Valencia, y sé que pronto acabará.
DB. -Además, las comparaciones y las referencias continuas a Shevchenko no deben de ser agradables.
-Yo no tengo esa sensación. Éste es un club enorme, que está por encima de cualquier persona. Desde que llegué, el vestuario, sobre todo los capitanes Maldini y Costacurta, me ha recibido con los brazos abiertos. No tengo la sensación de que me comparen con nadie. Antes de fichar, hablé con los brasileños del equipo (Dida, Serginho, Cafú y Kaká) y todos me recomendaron que el Milan era la mejor opción.
DB. -Al fin y al cabo, el objetivo de todo jugador es llegar un día a un club como éste.
-Por eso estoy disfrutando tanto de esta experiencia. No es que no considere grandes los equipos donde estuve antes, pero aquí todo es diferente. El Milan está arriba del todo, no hay nada por encima, y por eso me siento feliz aquí.
DB. -A nivel personal, ¿qué tal le trata la vida en Italia?
-Bastante bien. Salvo el frío, al que no acabo de acostumbrarme, todo está perfecto. Además, estoy aprendiendo a abrigarme mejor, así que no hay ningún problema.
DB. -En España, a nivel de clima, no tenía esas dificultades...
-Para nada. Yo adoro España. Aún tengo mi casa en Sevilla y no pienso en venderla, porque cuando tengo algunos días libres en el Milan me gusta regresar allí. Es un país muy especial para mí, en Valencia nació mi niño y en Sevilla mi niña.
DB. -El fútbol italiano todavía anda algo tocado tras el escándalo de corrupción del pasado verano. ¿Usted siente que el calcio está deprimido?
-Si te fijas en los futbolistas dirías que todo está normal, que no pasa nada. Pero la prensa y el entorno no paran de hablar del tema, así que todavía se respira un ambiente extraño. El proceso terminó, y nosotros los jugadores debemos ayudar a normalizar la situación.
DB. -¿Nota que el Milan esté obligado a pasarlo mal, pese a haber cumplido ya su condena?
-No lo sé, yo sólo sé que estamos sufriendo mucho. Al castigo se ha sumado una plaga de lesiones y todo lo que nos ocurre parece que tenga que ser negativo. Pero estoy convencido de que esto cambiará, porque mis compañeros son fuertes y duros de cabeza.
DB. -Quizás el marco perfecto para alterar esa dinámica sea la Liga de Campeones, el único gran objetivo del club este año.
-El Scudetto es imposible. Ya será un éxito quedar entre los cuatro primeros y ganar una plaza para la Copa de Europa. Así que todos pensamos en la Liga de Campeones. Es cierto que ahora quizá haya algunos equipos con un nivel un poco superior al nuestro, pero ésta es una competición en la que todo es posible.Tras la final de Estambul contra el Liverpool, aquí lo tienen muy presente.
DB. -Si se imagina llegando a la final, ¿contra qué equipo le gustaría jugarla?
-Me daría igual porque una final de la Liga de Campeones es lo máximo. Nuestro objetivo es llegar hasta ella y ganarla, más allá de contra quien sea.
DB. -Con un jugador como Kaká, seguro que nadie descarta al Milan para hacerse con el trofeo. ¿Qué hace tan diferente a su compatriota?
-La personalidad. Yo le conozco desde su etapa en Brasil, y es un chaval muy educado, que tiene la cabeza muy bien puesta. Vive tan sólo para jugar y para entrenarse. Futbolísticamente, su talento está fuera de toda duda y todos sabemos que tiene ante sí un futuro espléndido.
DB. -Ya ha pasado algún tiempo desde su convulsa salida de Sevilla. ¿Con qué cree que se quedó el beticismo de Ricardo Oliveira?
-No tengo ni idea. No sé lo que pensará la gente de mí, y de verdad, no me importa. Lo que me interesa es que tengo la conciencia muy tranquila porque estoy seguro de que siempre actué bien con el Betis. En el último año ocurrió de todo, tanto por parte de la prensa, como por parte del club y por la mía propia. Ha habido cruce de declaraciones, se han publicado muchas mentiras y tanto el Betis como yo nos las hemos creído. Las relaciones se tensaron demasiado.
DB. -Tras su regreso de Brasil este verano, no vivió unos dias fáciles precisamente.
-La mayoría de la gente me recibió mal, aunque no todo el mundo. Todavía hay muchas personas que me siguen queriendo y respetando, que creen que yo siempre he actuado de buena fe.
DB. -De todo lo que se dijo, ¿qué fue lo que le hizo más daño?
-Las palabras del presidente, Pepe León, quien me acusó de hacer mucho daño al beticismo. Bajo mi punta de vista, su intención era descargarse de toda responsabilidad y hacer creer a la gente que yo era el único culpable. De todos modos, yo estaba tranquilo y lo primero que hice al llegar a España fue llamarle, a él y a Lopera.
DB. -¿Qué les dijo?
-Les pedí permirso para ir a entrenarme a la Ciudad Deportiva y me lo negaron porque primero querían reunirse conmigo y con mi representante. Provocaron mi traspaso. Yo me había lesionado jugando para el club en una competición importante y me quitaron la ficha para poner a otro. Me faltaron al respeto como persona y como profesional. Yo siempre lo di todo por el Betis y jamás pedí un euro de más, aunque creyera que no era justo lo que me pagaban. Pero desde que me negué a jugar un partido en el que estaba lesionado, contra el Mónaco en la previa de la Liga de Campeones, Lopera no quiso hablar más conmigo.
DB. -Desgraciadamente para el Betis, Oliveira y Joaquín se marcharon y la situación no ha mejorado demasiado.
-Es que no éramos nosotros los que causábamos los problemas. Yo desde Italia seguí muy pendiente de todo lo que pasó en España y sé que a Joaquín se lo hicieron pasar muy mal. Lopera le hizo mucho daño, tanto a él como a su familia. Fue muy triste, pero espero que la situación cambie pronto y el Betis vuelva a estar donde se merece, porque yo lo quiero mucho y soy un aficionado más.
DB. -Tampoco le pusieron las cosas muy fáciles en Valencia. No debe de ser sencillo adaptarse para un joven brasileño cuando su entrenador reconoce públicamente que no la ha visto jugar nunca.
-Mi llegada fue muy extraña y en mis primeros meses sufrí mucho. Pero bueno, las cosas se arreglaron poco a poco y al final completamos un año precioso. Pese a mis problemas con el idioma y mi fase de adaptación, ganamos la Liga y la Copa de la UEFA. Yo no fui protagonista, pero aporté mi granito de arena.
DB. -Pues para pasarlo tan mal en sus primeros días, dejó un golazo en el Camp Nou de vaselina que todavía mucha gente debe de recordar en Valencia.
-Es cierto. Es que el Barcelona siempre se me ha dado muy bien y contra ellos he hecho muchos goles y grandes partidos. Es uno de los grandes del fútbol mundial, un equipazo, y eso es siempre una motivación especial.
DB. -¿Es el mejor gol que ha marcado nunca?
-Ese gol fue muy importante para mí porque eran mis primeros pasos en España, pero aún hay otro gol mejor en el Camp Nou contra el Barcelona, con el Betis. Fue un pase largo de Assunçao, yo controlé el balón en velocidad y remate al palo largo. Fue un tanto precioso. Aquel fue un partidazo, acabamos 3-3 y Joaquín marcó dos goles.
DB. -La historia no acaba ahí. Usted debutó con Brasil contra Catalunya precisamente en el Camp Nou y también mojó. ¿Hoy en día, le queda un poco lejos la Seleçao?
-Yo he pasado un año complicado y en Brasil también ha habido muchos cambios, empezando por la comisión técnica. Dunga ha llegado con sus ideas y todos tenemos que respetarle. Me llamó para la última convocatoria y me animó a seguir trabajando porque tengo posibilidades de entrar en el equipo. Han llegado muchos jugadores nuevos, algunos que jamás pensaron en vestir la camiseta de la canarinha, así que hay que tener paciencia y ver cómo rinden estos futbolistas.
DB. -Tras lo ocurrido en Alemania, puede que un lavado de imagen fuera necesario.
-Obviamente, la Copa del Mundo fue un fracaso tremendo y éste es el principal motivo de esta pequeña revolución. No se dio una buena imagen y la ley del fútbol dicta que cuando las cosas no funcionan bien, siempre hay cambios.
DB. -Al menos, el fútbol brasileño pudo recuperar algo de su prestigio en Japón, con la victoria del Internacional frente al Barcelona en el Mundial de Clubs.
-Nosotros somos muy competitivos y siempre estamos ahi dando guerra. Nadie daba un euro por el Internacional, todos pensaban que el Barcelona sería el campeón. David contra Goliath. Pero los que conocemos el fútbol sabemos que todo se decide en el campo. Fuera del terreno de juego se puede decir cualquier cosa, pero dentro todo funciona de manera distinta.
DB. -Brasil es una fuente inagotable de jóvenes talentos. Más allá de los Ronaldinho o Kaká, ¿qué nombre cree que marcará el futuro del fútbol de su país?
-Hay muchos futbolistas que podría citar con gran futuro, o por lo menos que tienen la expectativa de llegar muy alto. Pero bajo mi punto de vista, el jugador con mayor potencial es Daniel Alves. A simple vista, no es un tipo distinto o que haga grandes cosas, pero estoy seguro de que va a tener muchísimo éxito. Es fuerte, hábil, ambicioso y con gran carácter competitivo.
DB. -Parece que están de moda los defensas, cualquiera hubiera esperado que citase a un delantero.
-Por eso Daniel es muy especial. Es capaz de hacer lo que hace desde una posición en el campo muy poco vistosa. En el fútbol hay once jugadores, y de vez en cuando está bien que futbolistas que no tengan tanta atención mediática sean reconocidos.
donbalon.com
Saludos a todos
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