Cuando llegó a mis oidos la definitiva marcha de Juande Ramos, sostuve una casual charla con mi vecino Antonio, más optimista que bético, acerca del devenir del posible futuro cercano, a nivel deportivo de la Entidad nervionense:
- "Ahora, se les acabó la papilla". "Esto es el principio del declive", dijo.
- "Lo siento, Antonio, pero creo que están confundiendo tus deseos con la realidad, amigo", le respondí, sabedor de lo impulsivo que es.
Primero, llegó la tarde balompédica, y desde los carruseles radiofónicos locales (más en éstos, normal), hasta los nacionales (a esas alturas, ya daba la impresión de estar todo contagiado en la misma dirección), sólo encontraba plácemes y agasajos. La polémica de Juande Ramos, en escasas horas, había concluido. Abrumado por el cúmulo de circunstancias, no era capaz de establecer siquiera alguna crítica sobre la misma.
Parecía presagiarse lo que iba a suceder. Ya de noche, los parámetros continuaron igual. Jiménez, ya no sólo era el protagonista del encuentro, sino que inclusive, por todo lo que un servidor a esas alturas llevaba oyendo, el mismo Valencia CF, parecía haber dejado de existir en muchos sentidos. Entonces pensé que si en vez de haber sido el equipo Ché, el rival de los de Nervión, hubiera sido esta noche el Barcelona o el Madrid, quizá la prensa nacional se hubiera, como de costumbre en aplicarles el protagonismo habitual. Pero no, no era ese el caso. El asunto es que tras los habituales protegidos por los medios, quizá empiecen a surgir nuevos mimados, vaya usté a saber el por qué esa desmesura. Ríanse de Santi Ortega o del Araújo.
Tras el propiciado clima, llegaron los goles y de nuevo, todos fueron felices.
Sin embargo, tras lo esperado, reflexioné cuando recordé la reciente victoria verdiblanca contra el Mallorca hacía 3 semanas. Recordé las incidencias y el expulsado jugador balear. Recordé también, con anhelo, cuando hace doce años ganamos por 3 a 0 al Valencia (¡ vaya tiempos, don Lorenzo !), y también intenté ponerme en el fondo de los corazones tristes y deseos del resto de los castigados béticos, cuando, puestos a pedir, seguro que desearíamos ganar durante 3 años consecutivos al mismo rival (¡ y qué rival ! quien contablizaba por victorias todas sus salidas ligueras), aunque hubiera sido por uno a cero.
Pero en el lugar de los béticos tan aborregados y loperistas, jamás me pondré, pues el viejo proverbio: "si a un ciego, por mucho que le coloques una lámpara delante, seguirá siendo ciego", quizá se aplique bien al caso. Y esos acostumbrados, lo peor, es que siguen "felices" en el lodo que los embadurna vertido desde el Fontanal y con su Radio Betis -que al menos borró la retransmisión del "maestro" de la SER-, pero poco más.
y el miércoles, de nuevo a por ellos (dicho mejor que nunca por Recontra) y de nuevo a la inopia de la ruleta, una inopia sólo convertida en pronóstico favorable por los que se dejan la garganta cada domingo en Villamarín y aplauden a rabiar...¿entre los que se hallan los conformistas?
Lo dicho, una infatigable caravana hacia Heliópolis dispuesta a ganar. La cosa, es que personalmente también me gustaría conseguir un 3 a 0...pero no contra el Osasuna (herida histórica aparte), con todos los respetos hacia los rojillos, sino contra el Valencia. Lo malo, es que contra ellos ya jugamos.
Saludos.
- "Ahora, se les acabó la papilla". "Esto es el principio del declive", dijo.
- "Lo siento, Antonio, pero creo que están confundiendo tus deseos con la realidad, amigo", le respondí, sabedor de lo impulsivo que es.
Primero, llegó la tarde balompédica, y desde los carruseles radiofónicos locales (más en éstos, normal), hasta los nacionales (a esas alturas, ya daba la impresión de estar todo contagiado en la misma dirección), sólo encontraba plácemes y agasajos. La polémica de Juande Ramos, en escasas horas, había concluido. Abrumado por el cúmulo de circunstancias, no era capaz de establecer siquiera alguna crítica sobre la misma.
Parecía presagiarse lo que iba a suceder. Ya de noche, los parámetros continuaron igual. Jiménez, ya no sólo era el protagonista del encuentro, sino que inclusive, por todo lo que un servidor a esas alturas llevaba oyendo, el mismo Valencia CF, parecía haber dejado de existir en muchos sentidos. Entonces pensé que si en vez de haber sido el equipo Ché, el rival de los de Nervión, hubiera sido esta noche el Barcelona o el Madrid, quizá la prensa nacional se hubiera, como de costumbre en aplicarles el protagonismo habitual. Pero no, no era ese el caso. El asunto es que tras los habituales protegidos por los medios, quizá empiecen a surgir nuevos mimados, vaya usté a saber el por qué esa desmesura. Ríanse de Santi Ortega o del Araújo.
Tras el propiciado clima, llegaron los goles y de nuevo, todos fueron felices.
Sin embargo, tras lo esperado, reflexioné cuando recordé la reciente victoria verdiblanca contra el Mallorca hacía 3 semanas. Recordé las incidencias y el expulsado jugador balear. Recordé también, con anhelo, cuando hace doce años ganamos por 3 a 0 al Valencia (¡ vaya tiempos, don Lorenzo !), y también intenté ponerme en el fondo de los corazones tristes y deseos del resto de los castigados béticos, cuando, puestos a pedir, seguro que desearíamos ganar durante 3 años consecutivos al mismo rival (¡ y qué rival ! quien contablizaba por victorias todas sus salidas ligueras), aunque hubiera sido por uno a cero.
Pero en el lugar de los béticos tan aborregados y loperistas, jamás me pondré, pues el viejo proverbio: "si a un ciego, por mucho que le coloques una lámpara delante, seguirá siendo ciego", quizá se aplique bien al caso. Y esos acostumbrados, lo peor, es que siguen "felices" en el lodo que los embadurna vertido desde el Fontanal y con su Radio Betis -que al menos borró la retransmisión del "maestro" de la SER-, pero poco más.
y el miércoles, de nuevo a por ellos (dicho mejor que nunca por Recontra) y de nuevo a la inopia de la ruleta, una inopia sólo convertida en pronóstico favorable por los que se dejan la garganta cada domingo en Villamarín y aplauden a rabiar...¿entre los que se hallan los conformistas?
Lo dicho, una infatigable caravana hacia Heliópolis dispuesta a ganar. La cosa, es que personalmente también me gustaría conseguir un 3 a 0...pero no contra el Osasuna (herida histórica aparte), con todos los respetos hacia los rojillos, sino contra el Valencia. Lo malo, es que contra ellos ya jugamos.
Saludos.