Re: ¿Porqué la selección ya no juega aquí?
Yo no estoy de acuerdo con que la Selección Nacional tenga una sede fija. Teniendo en cuenta que en nuestro país la cultura de club está afianzadísima, muy por encima del equipo nacional, y que los triunfos de la Selección son más bien escasos pues sería contraproducente que todos los partidos se jugaran en un estadio, sobre todo si lo que se pretende es llenarlo. Sería justo recordar que la noche del 12-1 nuestro antiguo estadio no estaba lleno, ni mucho menos, y que es a partir de esa noche cuando Miguel Muñoz decide declarar Sevilla como sede oficial. Coinciden esos tiempos con dos excelentes actuaciones españolas en la Eurocopa de Francia y el Mundial de México, esas actuaciones, y la llegada a la Selección de jugadores del Madrid de la Quinta del Buitre muy carismáticos y con enganche hace que los partidos de España en los estadios de nuestra ciudad sean un rotundo éxito de público, hasta pasado el fracasado Mundial de Italia 90. A partir de ahí, y seamos claros, la fiebre por la Roja se pierde, llegando a verse entradas ridículas en los campos ante rivales de medio pelo. Sólo el canto del cisne de noviembre de 1993 ante Dinamarca (gol de Hierro) hace recordar viejos tiempos que nunca volverían. La salida en falso de la Selección de Sevilla no fue de recibo en ese partido ante Armenia, pero entiendo que si realmente queremos que la Selección sea el equipo de todos, debe ir a todos sitios, y en toda la geografía española hay ciudades y estadios que están encantados de ver partidos de la Roja.
Yo no estoy de acuerdo con que la Selección Nacional tenga una sede fija. Teniendo en cuenta que en nuestro país la cultura de club está afianzadísima, muy por encima del equipo nacional, y que los triunfos de la Selección son más bien escasos pues sería contraproducente que todos los partidos se jugaran en un estadio, sobre todo si lo que se pretende es llenarlo. Sería justo recordar que la noche del 12-1 nuestro antiguo estadio no estaba lleno, ni mucho menos, y que es a partir de esa noche cuando Miguel Muñoz decide declarar Sevilla como sede oficial. Coinciden esos tiempos con dos excelentes actuaciones españolas en la Eurocopa de Francia y el Mundial de México, esas actuaciones, y la llegada a la Selección de jugadores del Madrid de la Quinta del Buitre muy carismáticos y con enganche hace que los partidos de España en los estadios de nuestra ciudad sean un rotundo éxito de público, hasta pasado el fracasado Mundial de Italia 90. A partir de ahí, y seamos claros, la fiebre por la Roja se pierde, llegando a verse entradas ridículas en los campos ante rivales de medio pelo. Sólo el canto del cisne de noviembre de 1993 ante Dinamarca (gol de Hierro) hace recordar viejos tiempos que nunca volverían. La salida en falso de la Selección de Sevilla no fue de recibo en ese partido ante Armenia, pero entiendo que si realmente queremos que la Selección sea el equipo de todos, debe ir a todos sitios, y en toda la geografía española hay ciudades y estadios que están encantados de ver partidos de la Roja.
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