Diversos diarios se han hecho eco hoy de esta curiosa noticia. Según, por ejemplo, El Mundo Deportivo:
“Rematar de cabeza es uno de los recursos que todo futbolista ha utilizado a lo largo de su carrera, pero ahora podría verse sometido a debate a raíz de la última medida de la Federación Estadounidense de Fútbol, que ha prohibido su uso en los menores de 10 años.
El pasado 9 de noviembre, el organismo decidió que los cabezazos fueran terminantemente prohibidos en los partidos de chicos y chicas de menos de 10 años, puesto que numerosos estudios apuntan a que habría una relación entre los remates y las conmociones cerebrales.
La Federación Estadounidense de Fútbol habría decidido estudiar la problemática después de que una asociación de padres presentara una demanda en la que alegaba que 50.000 niños de Estados Unidos sufrieron conmociones jugando a ‘soccer’.
Por el momento, la decisión solo afecta al país norteamericano, pero no se descarta que la FIFA tome nota y decida aplicar una norma a nivel global que impida que los más jóvenes rematen de cabeza para evitar posibles afectaciones físicas.”
Como diría el bueno de Astérix: “Ils sont fous, ces américains!” (o traducido al román paladino: ¡como una chota están estos yanquis!).
Resulta cuando menos sorprendente que en EE.UU. los niños estén autorizados a usar armas (en campos de tiro, por ejemplo) y tengan fácil acceso a ellas desde edades muy tempranas, y sin embargo, como medida de protección hacia ellos, se prohíban los ****** kinder, jugar al balón prisionero o las versiones infantiles del cuento de Caperucita Roja en que figure explícitamente que entre las viandas que la mocita lleva a su abuela en el canasto se encuentra una botella de vino. ¿Inconcebible? Tal vez aquí, pero no allá, en un extraño país donde jugar “al matar” está prohibido para los niños en varios estados…, a menos que en vez de pelota se usen balas:
“Rematar de cabeza es uno de los recursos que todo futbolista ha utilizado a lo largo de su carrera, pero ahora podría verse sometido a debate a raíz de la última medida de la Federación Estadounidense de Fútbol, que ha prohibido su uso en los menores de 10 años.
El pasado 9 de noviembre, el organismo decidió que los cabezazos fueran terminantemente prohibidos en los partidos de chicos y chicas de menos de 10 años, puesto que numerosos estudios apuntan a que habría una relación entre los remates y las conmociones cerebrales.
La Federación Estadounidense de Fútbol habría decidido estudiar la problemática después de que una asociación de padres presentara una demanda en la que alegaba que 50.000 niños de Estados Unidos sufrieron conmociones jugando a ‘soccer’.
Por el momento, la decisión solo afecta al país norteamericano, pero no se descarta que la FIFA tome nota y decida aplicar una norma a nivel global que impida que los más jóvenes rematen de cabeza para evitar posibles afectaciones físicas.”
Como diría el bueno de Astérix: “Ils sont fous, ces américains!” (o traducido al román paladino: ¡como una chota están estos yanquis!).
Resulta cuando menos sorprendente que en EE.UU. los niños estén autorizados a usar armas (en campos de tiro, por ejemplo) y tengan fácil acceso a ellas desde edades muy tempranas, y sin embargo, como medida de protección hacia ellos, se prohíban los ****** kinder, jugar al balón prisionero o las versiones infantiles del cuento de Caperucita Roja en que figure explícitamente que entre las viandas que la mocita lleva a su abuela en el canasto se encuentra una botella de vino. ¿Inconcebible? Tal vez aquí, pero no allá, en un extraño país donde jugar “al matar” está prohibido para los niños en varios estados…, a menos que en vez de pelota se usen balas:
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