En Sevilla nacen con dos quilos de coca....que tranquilidad.
Pobre Malagueño, se ha tenido que hacer de un equipo de fuera de su ciudad porque en su propia ciudad no sigue al Málaga ni el tato, que triste lo vuestro
No se dan más casos porque el análisis de orina sólo se detecta si se ha tomado en los 4 días previos (a partir del cuarto día se elimina completamente salvo que haya una metabolización más lenta).
Estoy convencido que los jugadores toman este tipo de sustancias por el motivo reseñado.
Te garantizo yo y algunos más que hay que los toman poco antes de jugar.
Tampoco hacen controles sorpresa, no vaya a ser que se quede la gente heladita.
Te garantizo yo y algunos más que hay que los toman poco antes de jugar.
Tampoco hacen controles sorpresa, no vaya a ser que se quede la gente heladita.
Yo he visto con mis propios ojos a un jugador de aqui tomar cocaina y a los pocos dias jugar una final de copa y ganarla..
Yo he visto con mis propios ojos a un jugador de aqui tomar cocaina y a los pocos dias jugar una final de copa y ganarla..
En un análisis básico se disimula a los pocos días (no sé cuántos, pero a la semana o así), pero en un análisis más concienzudo la pueden detectar mucho tiempo después.
Quisllo, por nuestra relación de traca......ahí tienes mi privado para hacerme la confidencia.
Me lo debes.
con mis propios ojos he visto yo meterse a este a este jugador del recre, vamos que lo sabe ya toda Huelva...hoy a jugado contra el mallorca y ha salido como las motos wajaja ese le hacen un control hoy y lo pillan fijo
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Editado por última vez por xtreme; https://www.betisweb.com/foro/member/101566-xtreme en 29/03/14, 20:50:21.
- El tatuaje de su espalda simplificaba un modo de ser que le ha acabado pasando una durísima factura
- Célebre por sus timbas de póker, le iba tanto la noche que le apodaron Dani 'Beefeater' en Granada
"No puedo más, porque ni yo mismo me comprendo". La letra de Canelita, una de las preferidas de Dani Benítez (Lloseta, Mallorca, 1987), da vueltas y vueltas en la cabeza del futbolista del Granada en estos días oscuros, tras dar positivo por cocaína en un partido con el Betis, sin comprender muy bien cómo se ha precipitado su abrupto descenso a los infiernos.
Un incomprendido. Iniciado como una de las grandes promesas del país y acabado como un 'enfant terrible', tras protagonizar el primer caso de dopaje detectado en el fútbol español en la última década, Benítez siempre ha dicho sentirse un incomprendido. Su imagen pública, deteriorada en los últimos años por sus extravagancias y su inconmensurable afición a la noche, contrastaba con el perfil íntimo que relataba su gente cercana. "Dani era una persona entrañable. Hay que conocerle. Un chaval que necesita cariño, pero que también te da mucho. Y como futbolista tenía cualidades de top. Absolutamente. Con su talento podía haber llegado a donde quisisera. Sólo debía tener la cabeza centrada", analizaba Fabri, probablemente el entrenador que mejor comprendió a Benítez, que más partido le sacó. También de quien mejores consejos desatendió.
Tan top le veía Fabri, que un día se inventó que la Juventus venía para fichar al zurdo, y todo el mundo le dio bola. En la prensa se lio parda. Y Dani Benítez se partía de la risa. Eran tiempos felices, 2010-11, con el futbolista ídolo en Granada tras protagonizar los ascensos consecutivos a Segunda y a Primera, y clubes notables interesándose, éstos sí, en contratarle. Valencia, Betis, Sevilla. En la entidad de Nervión manejaron informes sociológicos que desaconsejaron su fichaje. Entonces tenía pareja y acababa de ser padre de un niño. Fue su etapa más estable. Y aun así, Benítez ya estaba bajo sospecha.
Nacido en un pueblo de Mallorca, de familia humilde, Dani Benítez se crio bajo la ley de la calle. Durante cinco años practicó el boxeo. "Yo era una pieza. Si no hubiera tenido el fútbol, habría hecho cosas muy malas. De mis amigos de Mallorca, el que mejor está es disc-jockey, pero el resto está en la calle, con sus historias. Hay que ser listo: la vida te pone los caminos y tienes que seguir el adecuado", contó en una entrevista con el Ideal.
Lo sacaron de ahí el fútbol y su madre, Antonia, su gran guía. Benítez superó a duras penas el palo de su fallecimiento, en 2010, a causa de un cáncer. "Lo era todo para mí, todo". Fue entonces cuando comenzó su ritual de visitas al cementerio de San José. Lo hacía permanentemente, siempre antes de cada partido. Él, ateo, decía que le serenaba, que encontraba paz. Recordaba a su madre y limpiaba lápidas de colegas caídos. "Gente que no tuvo mi suerte...".
En Granada se decía que sólo había otro lugar que pisara más Benítez, las discotecas. Dani Beefeater, le apodó el pueblo. Él mismo, con toda naturalidad, narraba sus preferidas: "Me gustan Ganivet y Fórum Copas, estos son los presentables... Y para tapas el Chikito, que es el mejor". La lista se fue actualizando con los tiempos. Ahora moraba mucho en Mae West, donde planeaba alguna de sus famosas timbas de póker, su otra gran afición, para muchos su gran perdición. Paralelamente, su carrera frenó.
Firmado por Quique Pina para su entramado mercantilista, jugaba en el Granada pero pertenecía al Udinese. Otro de los que no se atrevieron a acogerle, inquietos por su intensa actividad extradeportiva. Otro de los que se temían que acabara pasando lo que ha pasado, lo que estaba escrito en su propio cuerpo. Entre sus numerosos tatuajes, Benítez mostraba mucho el que cubría el lumbar de su espalda. Decía: "Mi vida loca".
Phil Jackson tambien le daba, y ahí lo tienes con más anillos NBA que nadie. Peor, mucho peor es la coca
Cierto, yo le doy a la marijuana todos los días y estoy física y mentalmente como una rosa, y también esa gente vestida con capuchas que me persiguen todo el día y se meten debajo de mi cama y en el microondas...
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