La Tercera, un rincón olvidado
Repasamos una competición olvidada dentro del fútbol español, que también existe. Una categoría que en su día, llegó a destacar. Con el paso del tiempo, sus equipos, y esta propia competición, mueren. // Imágenes: futboldaragon,ABC y futbolbalear
Dentro del fútbol español, hay decenas de categorías. A medida que bajamos el escalón, nos encontramos con situaciones más precarias. Con equipos más humildes. Con históricos en horas bajas. Con sueños de unos pocos, que se rompieron para siempre. Con sueños de otros pocos, que buscan hacerse realidad. Es la cara y la cruz de una categoría, que día a día, se acerca a lo más hondo del pozo.
Historia
La Tercera División del fútbol español, vio la luz en la temporada 1929/30. En un principio, era realmente la tercera categoría de nuestro fútbol, pero con la creación de la Segunda División “B”, pasó a su actual cuarto nivel. En su primera edición, contenía a 33 equipos, divididos en 8 grupos. El primer campeón de la categoría fue el Castellón, que venció por 3-2 ante el Recreativo de Huelva, decano en el mundo del balompié.
Como el resto de categorías, la competición se paralizó con la llegada de la Guerra Civil, aunque hasta 1940, no se volvió a restablecer. Tras esta vuelta, volvió a ser suprimida, hasta la 43/44, en la que se repuso indefinidamente. La última reestructuración se dio hace 33 temporadas, con la creación y distribución de todas las categorías en grupos autonómicos, siendo la SD Tenisca, el único equipo que ha participado en todas sus ediciones.
Actual organización
Los distintos equipos que conforman la Tercera División española, se dividen en 18 grupos, que son competencia de las Federaciones territoriales, aunque estén regidos en cierto modo, por la RFEF. Normalmente, comprenden unos 20 equipos cada grupo, teniendo en cuenta que en Andalucía, el grupo se subdivide en dos (uniendo además a las ciudades autónomas). Los 4 primeros clasificados, participan en el playoff de ascenso a Segunda División B, y los 4 últimos, descienden a divisiones de ámbito regional. El sistema de emparejamiento en playoff, es similar al que se realiza en Segunda B, y el campeón de cada grupo, obtiene el premio de clasificarse para la Copa del Rey.
En caída libre
Antiguamente, este fútbol era mucho más seguido. Los campos de pueblos y ciudades se llenaban, porque jugaba el equipo de esa localidad. Las camisetas deshilachadas y los curiosos y tan diferentes balones que distan de los de la actualidad, hacían acto de presencia, para que los aficionados disfrutaran in situ de un bonito espectáculo, que con la llegada del denominado fútbol negocio, ha caído en picado.
Hoy día, son muchos los equipos que han tenido y tienen problemas económicos. Equipos que no han sido capaces de conseguir la cantidad de dinero que habían previsto, o bien, que han gastado más de lo que en realidad tenían. Conjuntos que viven un calvario, porque no son capaces ni de cubrir un desplazamiento. Y en estos casos, la historia no acaba igual que en el fútbol profesional: desaparecen.
Históricos que se marchan
El fútbol es un deporte muy bonito. Alegre y triste. Y también son sensaciones. Sensación de ganar un partido clave, de perder un encuentro vital, de marcar un gol histórico en el último minuto, de ascender por primera vez de categoría, de sentir que estás en un sueño del que no quieres despertar… Imagínense que un día, de la noche a la mañana, se quedan sin fútbol. Se quedan sin equipo. Sin volver a ver al conjunto que durante tantos años has animado, al conjunto que tanto has sentido y defendido, aquel que te hacía sentir el fútbol de una manera diferente, que te alegraba las tardes, que te permitía sacar una sonrisa al ver que había ganado, al que te daba tristeza no poder ir a ver.
Esta horrible situación, se ha dado en esta categoría. Como por ejemplo es el caso del CF Palencia, AD Ceuta, o en categoría superior, y más reciente, la desaparición de la UD Salamanca. A todos estos equipos los preceden otros muchos, y lamentablemente, no van a ser los últimos. Si a esto añadimos aquellos equipos, que en su momento estuvieron cerca de desaparecer, podríamos hacer una lista interminable (Real Oviedo, Burgos CF...) más todos los equipos que suman impagos. Es la cruda realidad del fútbol modesto, decenas de equipos lanzan su SOS al aire.
A buen seguro, a nadie le gustaría vivir esta situación. Todavía recuerdo las palabras de Eva, aficionada del CF Palencia, tras la desaparición de su club: “Cuando pierdes a tu equipo, no sabes qué hacer. No tienes ganas de nada. Sientes dolor, rabia, que has perdido algo importante en tu vida, y que ya no va a volver a ser lo mismo. Los domingos ya no son iguales, no tienen sentido”.
Quizás, algún día, no tengamos que volver a escuchar esto. Volver a ver lágrimas en los ojos de aficionados, que más que perder un club de fútbol, han perdido parte de su vida.
Ejemplos a seguir
Entre tanta precaria situación, afortunadamente, hay equipos que sí han sabido movilizarse. Equipos que han realizado una especie de refundación (el mejor ejemplo, la SD Compostela), para intentar recuperar parte de su historia. Clubes desaparecidos que vuelven a competir desde abajo, buscando volver a recuperar parte de esa historia de la que algún día formaron parte. Comenzando desde abajo, y con el apoyo de aquellos que deciden confiar en estos nuevos proyectos.
Son muchísimos los equipos que siguen, y han seguido estas directrices. Podemos destacar algunos como el ya mencionado proyecto del Compostela, que tras una nefasta temporada en lo económico, se le vino el mundo encima. Pero en competición regional, consiguió el ascenso a Tercera, y de ahí, la próxima temporada a Segunda B. Todo ello, con una afición que se ha mantenido firme, y ha sabido esperar a que llegara su hora.
Otro ejemplo entre los muchos que se pueden destacar, son los dos clubes que surgieron en Logroño tras la desaparición del histórico Club Deportivo Logroñés: SD Logroñés y UD Logroñés. Ambos actualmente en Segunda División “B”. Los primeros crearon un club en Regional, y tras pasar dos años en Tercera, consiguieron el ascenso a Segunda “B”. Los segundos, surgieron mediante una refundación del Varea, y ocuparon su plaza (acababa de ascender a la tercera categoría del fútbol español). Actualmente comparten casa (Las Gaunas) y aunque muchos creen que lo más idóneo sería una fusión, ambos conjuntos prefieren ser independientes dentro de una misma ciudad.
Son sólo algunos ejemplos, entre otros muchos, de las intenciones de unos aficionados que se dignan a no perder a su equipo, y buscan proseguir, sea donde sea, con aquel equipo que tantas alegrías y tristezas los ha brindado.
Clubes de accionariado popular
Pero no son los únicos clubes que son un ejemplo a seguir. Porque también hay otros equipos, que sólo forman parte de los aficionados. Quienes son los encargados de gestionar el equipo, ya no sólo animándolo. Estos son los clubes de accionariado popular. Caracterizados por buscar precios económicos, que cada socio disponga de una acción, y por tanto de un único voto, que se desarrollen fuertes vínculos con la comunidad local…etc. El mejor ejemplo, el del CAP Ciudad de Murcia. Un club que surgió en 2010 de la mano de más de 50 aficionados, que cansados de un mazazo tras otro, con el apoyo a clubes que no veían la luz al final del túnel, decidieron fundar un nuevo equipo siguiendo las directrices del United de Manchester, pionero en el CAP. Era una idea innovadora en España, y ha tenido mucho apoyo. Actualmente se encuentra en Preferente Autonómica, pero espera dar pronto el salto la próxima temporada, a la Tercera División Española.
Un club que sí está en Tercera, y que recientemente ha adoptado las bases de estos equipos es el UC Ceares, que actualmente se encuentra en puestos de playoff de ascenso a Segunda B, en el grupo asturiano. Otro buen ejemplo de un fútbol diferente, que buscará hacerse hueco en este mundo deportivo enfocado hacia el negocio, con el paso de los años.
Sin cobrar “ni un duro”
La situación económica que se vive en la categoría, es compleja. Tan sólo algunos equipos (y muy pocos) pueden presumir de que sus jugadores vivan prácticamente del fútbol. Generalmente son clubes que ya mantienen un modelo a seguir, y ya han estado anteriormente en categorías superiores. Más allá de estos equipos, tenemos también a diferentes conjuntos, que o bien, pagan cantidades no muy altas a sus jugadores, como son muchos casos, o pagan por victoria a los suyos.
A pesar de todo, sin duda alguna, la mayor parte de los clubes que están presentes en Tercera, son los que mantienen un limitado y pequeño presupuesto. Sus jugadores juegan al fútbol “por amor al arte”, y este modelo se repite mayoritariamente en todos los grupos. Sus exigencias no son las mismas, pero el objetivo es la salvación generalmente, y demostrar a cualquiera, que el fútbol también comprende de entendimiento y sacrificio, a cambio de nada.
La complejidad de ascender
Si algo se sabe de antemano en esta complicada categoría, es el hecho de ascender. Una tarea muy difícil para los 72 equipos, que a final de temporada luchan por el mismo. Sólo pueden quedar 18, y el tiempo ha demostrado que generalmente sólo aquellos que finalizan la liga en los primeros puestos, tienen más probabilidades de conseguir ese meritorio ascenso. Y ante esta complejidad, también son muchos conjuntos los que saben que tras un descenso de categoría, recuperar la competición perdida es muy difícil.
Campos cementerio
Esta singular denominación, se la han ganado a la fuerza cientos y cientos de campos, ya no sólo a nivel de Tercera División, sino en todas las categorías. Los altos precios, y la actual crisis, son dos aspectos que no concuerdan, y afectan duramente. Mares de asientos y asientos vacíos, esperando gente que vuelva a poblarlos. Gente que salte de alegría, que viva de nuevo el fútbol, que anime a su equipo como si no hubiera mañana, y que en especial, pase un rato entretenido. Que al menos, pueda durante un rato olvidarse de sus problemas, y disfrute de un verdadero espectáculo.
Y la pregunta es: ¿es este realmente el fútbol que queremos? ¿Nos conforta ver campos vacíos y desapariciones de equipos históricos? La solución es muy sencilla. Simplemente depende de nosotros. Depende de nosotros que el fútbol en España pase de ser desastroso, a ser como el de antes: puro, igualado y de nivel. Los invito a reflexionar, porque aquí hay uno, que prefiere luchar por el fútbol.
La Tercera, un rincón olvidado | VAVEL.com
Repasamos una competición olvidada dentro del fútbol español, que también existe. Una categoría que en su día, llegó a destacar. Con el paso del tiempo, sus equipos, y esta propia competición, mueren. // Imágenes: futboldaragon,ABC y futbolbalear
Dentro del fútbol español, hay decenas de categorías. A medida que bajamos el escalón, nos encontramos con situaciones más precarias. Con equipos más humildes. Con históricos en horas bajas. Con sueños de unos pocos, que se rompieron para siempre. Con sueños de otros pocos, que buscan hacerse realidad. Es la cara y la cruz de una categoría, que día a día, se acerca a lo más hondo del pozo.
Historia
La Tercera División del fútbol español, vio la luz en la temporada 1929/30. En un principio, era realmente la tercera categoría de nuestro fútbol, pero con la creación de la Segunda División “B”, pasó a su actual cuarto nivel. En su primera edición, contenía a 33 equipos, divididos en 8 grupos. El primer campeón de la categoría fue el Castellón, que venció por 3-2 ante el Recreativo de Huelva, decano en el mundo del balompié.
Como el resto de categorías, la competición se paralizó con la llegada de la Guerra Civil, aunque hasta 1940, no se volvió a restablecer. Tras esta vuelta, volvió a ser suprimida, hasta la 43/44, en la que se repuso indefinidamente. La última reestructuración se dio hace 33 temporadas, con la creación y distribución de todas las categorías en grupos autonómicos, siendo la SD Tenisca, el único equipo que ha participado en todas sus ediciones.
Actual organización
Los distintos equipos que conforman la Tercera División española, se dividen en 18 grupos, que son competencia de las Federaciones territoriales, aunque estén regidos en cierto modo, por la RFEF. Normalmente, comprenden unos 20 equipos cada grupo, teniendo en cuenta que en Andalucía, el grupo se subdivide en dos (uniendo además a las ciudades autónomas). Los 4 primeros clasificados, participan en el playoff de ascenso a Segunda División B, y los 4 últimos, descienden a divisiones de ámbito regional. El sistema de emparejamiento en playoff, es similar al que se realiza en Segunda B, y el campeón de cada grupo, obtiene el premio de clasificarse para la Copa del Rey.
En caída libre
Antiguamente, este fútbol era mucho más seguido. Los campos de pueblos y ciudades se llenaban, porque jugaba el equipo de esa localidad. Las camisetas deshilachadas y los curiosos y tan diferentes balones que distan de los de la actualidad, hacían acto de presencia, para que los aficionados disfrutaran in situ de un bonito espectáculo, que con la llegada del denominado fútbol negocio, ha caído en picado.
Hoy día, son muchos los equipos que han tenido y tienen problemas económicos. Equipos que no han sido capaces de conseguir la cantidad de dinero que habían previsto, o bien, que han gastado más de lo que en realidad tenían. Conjuntos que viven un calvario, porque no son capaces ni de cubrir un desplazamiento. Y en estos casos, la historia no acaba igual que en el fútbol profesional: desaparecen.
Históricos que se marchan
El fútbol es un deporte muy bonito. Alegre y triste. Y también son sensaciones. Sensación de ganar un partido clave, de perder un encuentro vital, de marcar un gol histórico en el último minuto, de ascender por primera vez de categoría, de sentir que estás en un sueño del que no quieres despertar… Imagínense que un día, de la noche a la mañana, se quedan sin fútbol. Se quedan sin equipo. Sin volver a ver al conjunto que durante tantos años has animado, al conjunto que tanto has sentido y defendido, aquel que te hacía sentir el fútbol de una manera diferente, que te alegraba las tardes, que te permitía sacar una sonrisa al ver que había ganado, al que te daba tristeza no poder ir a ver.
Esta horrible situación, se ha dado en esta categoría. Como por ejemplo es el caso del CF Palencia, AD Ceuta, o en categoría superior, y más reciente, la desaparición de la UD Salamanca. A todos estos equipos los preceden otros muchos, y lamentablemente, no van a ser los últimos. Si a esto añadimos aquellos equipos, que en su momento estuvieron cerca de desaparecer, podríamos hacer una lista interminable (Real Oviedo, Burgos CF...) más todos los equipos que suman impagos. Es la cruda realidad del fútbol modesto, decenas de equipos lanzan su SOS al aire.
A buen seguro, a nadie le gustaría vivir esta situación. Todavía recuerdo las palabras de Eva, aficionada del CF Palencia, tras la desaparición de su club: “Cuando pierdes a tu equipo, no sabes qué hacer. No tienes ganas de nada. Sientes dolor, rabia, que has perdido algo importante en tu vida, y que ya no va a volver a ser lo mismo. Los domingos ya no son iguales, no tienen sentido”.
Quizás, algún día, no tengamos que volver a escuchar esto. Volver a ver lágrimas en los ojos de aficionados, que más que perder un club de fútbol, han perdido parte de su vida.
Ejemplos a seguir
Entre tanta precaria situación, afortunadamente, hay equipos que sí han sabido movilizarse. Equipos que han realizado una especie de refundación (el mejor ejemplo, la SD Compostela), para intentar recuperar parte de su historia. Clubes desaparecidos que vuelven a competir desde abajo, buscando volver a recuperar parte de esa historia de la que algún día formaron parte. Comenzando desde abajo, y con el apoyo de aquellos que deciden confiar en estos nuevos proyectos.
Son muchísimos los equipos que siguen, y han seguido estas directrices. Podemos destacar algunos como el ya mencionado proyecto del Compostela, que tras una nefasta temporada en lo económico, se le vino el mundo encima. Pero en competición regional, consiguió el ascenso a Tercera, y de ahí, la próxima temporada a Segunda B. Todo ello, con una afición que se ha mantenido firme, y ha sabido esperar a que llegara su hora.
Otro ejemplo entre los muchos que se pueden destacar, son los dos clubes que surgieron en Logroño tras la desaparición del histórico Club Deportivo Logroñés: SD Logroñés y UD Logroñés. Ambos actualmente en Segunda División “B”. Los primeros crearon un club en Regional, y tras pasar dos años en Tercera, consiguieron el ascenso a Segunda “B”. Los segundos, surgieron mediante una refundación del Varea, y ocuparon su plaza (acababa de ascender a la tercera categoría del fútbol español). Actualmente comparten casa (Las Gaunas) y aunque muchos creen que lo más idóneo sería una fusión, ambos conjuntos prefieren ser independientes dentro de una misma ciudad.
Son sólo algunos ejemplos, entre otros muchos, de las intenciones de unos aficionados que se dignan a no perder a su equipo, y buscan proseguir, sea donde sea, con aquel equipo que tantas alegrías y tristezas los ha brindado.
Clubes de accionariado popular
Pero no son los únicos clubes que son un ejemplo a seguir. Porque también hay otros equipos, que sólo forman parte de los aficionados. Quienes son los encargados de gestionar el equipo, ya no sólo animándolo. Estos son los clubes de accionariado popular. Caracterizados por buscar precios económicos, que cada socio disponga de una acción, y por tanto de un único voto, que se desarrollen fuertes vínculos con la comunidad local…etc. El mejor ejemplo, el del CAP Ciudad de Murcia. Un club que surgió en 2010 de la mano de más de 50 aficionados, que cansados de un mazazo tras otro, con el apoyo a clubes que no veían la luz al final del túnel, decidieron fundar un nuevo equipo siguiendo las directrices del United de Manchester, pionero en el CAP. Era una idea innovadora en España, y ha tenido mucho apoyo. Actualmente se encuentra en Preferente Autonómica, pero espera dar pronto el salto la próxima temporada, a la Tercera División Española.
Un club que sí está en Tercera, y que recientemente ha adoptado las bases de estos equipos es el UC Ceares, que actualmente se encuentra en puestos de playoff de ascenso a Segunda B, en el grupo asturiano. Otro buen ejemplo de un fútbol diferente, que buscará hacerse hueco en este mundo deportivo enfocado hacia el negocio, con el paso de los años.
Sin cobrar “ni un duro”
La situación económica que se vive en la categoría, es compleja. Tan sólo algunos equipos (y muy pocos) pueden presumir de que sus jugadores vivan prácticamente del fútbol. Generalmente son clubes que ya mantienen un modelo a seguir, y ya han estado anteriormente en categorías superiores. Más allá de estos equipos, tenemos también a diferentes conjuntos, que o bien, pagan cantidades no muy altas a sus jugadores, como son muchos casos, o pagan por victoria a los suyos.
A pesar de todo, sin duda alguna, la mayor parte de los clubes que están presentes en Tercera, son los que mantienen un limitado y pequeño presupuesto. Sus jugadores juegan al fútbol “por amor al arte”, y este modelo se repite mayoritariamente en todos los grupos. Sus exigencias no son las mismas, pero el objetivo es la salvación generalmente, y demostrar a cualquiera, que el fútbol también comprende de entendimiento y sacrificio, a cambio de nada.
La complejidad de ascender
Si algo se sabe de antemano en esta complicada categoría, es el hecho de ascender. Una tarea muy difícil para los 72 equipos, que a final de temporada luchan por el mismo. Sólo pueden quedar 18, y el tiempo ha demostrado que generalmente sólo aquellos que finalizan la liga en los primeros puestos, tienen más probabilidades de conseguir ese meritorio ascenso. Y ante esta complejidad, también son muchos conjuntos los que saben que tras un descenso de categoría, recuperar la competición perdida es muy difícil.
Campos cementerio
Esta singular denominación, se la han ganado a la fuerza cientos y cientos de campos, ya no sólo a nivel de Tercera División, sino en todas las categorías. Los altos precios, y la actual crisis, son dos aspectos que no concuerdan, y afectan duramente. Mares de asientos y asientos vacíos, esperando gente que vuelva a poblarlos. Gente que salte de alegría, que viva de nuevo el fútbol, que anime a su equipo como si no hubiera mañana, y que en especial, pase un rato entretenido. Que al menos, pueda durante un rato olvidarse de sus problemas, y disfrute de un verdadero espectáculo.
Y la pregunta es: ¿es este realmente el fútbol que queremos? ¿Nos conforta ver campos vacíos y desapariciones de equipos históricos? La solución es muy sencilla. Simplemente depende de nosotros. Depende de nosotros que el fútbol en España pase de ser desastroso, a ser como el de antes: puro, igualado y de nivel. Los invito a reflexionar, porque aquí hay uno, que prefiere luchar por el fútbol.
La Tercera, un rincón olvidado | VAVEL.com
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