Nuevo jarro de agua helada para un Betis que se desangra sobre la hierba por la impericia de este grupo de futbolistas y por las erróneas decisiones de quienes se han encargado de conducir a la nave a este naufragio tan difícil de soportar para los suyos. Quienes destituyeron a Pepe Mel del cargo de entrenador probablemente desconocían las consecuencias de su decisión, pero ese día sacaron del Betis al hombre que sostenía el edificio, a la persona que hacía que todo funcionara más o menos por mucho que su equipo ya fuera colista de la clasificación en esos momentos. Y a partir de ese instante se ha podido comprobar que el Betis, este Betis por supuesto, era un gigante con los pies de barro, con una estructura organizativa en la que no se atisba quien pueda tomar las decisiones adecuadas para enderezar el rumbo, y con un equipo que no le da para aprovechar siquiera el hecho de ponerse por delante en su visita al Celta bien prontito.
El problema del Betis, está claro, no se ubicaba en el banquillo y prácticamente da igual quien sea el ocupante del mismo, pues ninguno se acerca, de momento, a la trascendencia de Pepe Mel para soportar los embates del temporal. Es verdad que el madrileño llevaba sumados sólo diez puntos, son los datos objetivos y, por tanto, no admiten ninguna discusión, pero igual de irrefutable es que después de su salida, con rivales de menor nivel muchos de ellos, la adición de puntos se ha quedado en uno más. Pero es evidente que esa página ya pertenece a un libro diferente y quien sí perdura es este Betis ahora entrenado por un Gabriel Humberto Calderón que apostó por tratar de meterle ánimos a los suyos con una buena inyección de palabras, con un discurso mucho más optimista. Pero en el fútbol eso sirve hasta que aparece un rival enfrente y busca exactamente lo mismo, entonces todo se fundamenta en el nivel de cada uno y la verdad es que el balance de los verdiblancos volvió a ser decepcionante en su visita a Balaídos.
Lo fue, además, con el agravante de que el viento empezó a soplar de popa muy pronto. El arranque fue prometedor para un Betis que aparentaba más ganas que otros días, para un equipo, el de Calderón, que superaba de cabo a rabo al Celta en esa puesta en escena. Los béticos ya habían tenido la opción de marcar en el minuto 11 a través de Salva Sevilla, pero su tanto era mal invalidado por Hernández Hernández a instancias de uno de sus auxiliares. Pero ni siquiera eso condujo a un paso atrás, la consigna de Calderón era apretar al rival cerca de Yoel, algo que se convertiría en decisivo en aquellos instantes cuando Fontás dio un mal pase y la pelota le llegó a Juanfran por la derecha. Un buen centro, Leo Baptistao no llega en posición adelantada y Rubén Castro aparece por detrás para hacer justicia en el marcador. El Betis se ponía por delante, buena noticia.
Así debería ser para cualquier equipo de Primera División, sobre todo cuando se trata del colista de la tabla y está tan necesitado. En teoría, era una manera de fortalecer las ideas, de comprobar que el entrenador recién llegado tenía razón en ese planteamiento con cuatro defensas atrás, dos medios de contención, tres mediapuntas con Salva Sevilla como falso interior izquierdo, y Rubén Castro arriba. Más o menos el dibujo que más veces había utilizado Mel durante su etapa como entrenador, aunque con nombres diferentes, Leo Baptistao por ejemplo.
A ver si mañana sacan una crónica del WBA con la misma PORQUERÍA de titular.
Nuevo jarro de agua helada para un Betis que se desangra sobre la hierba por la impericia de este grupo de futbolistas y por las erróneas decisiones de quienes se han encargado de conducir a la nave a este naufragio tan difícil de soportar para los suyos. Quienes destituyeron a Pepe Mel del cargo de entrenador probablemente desconocían las consecuencias de su decisión, pero ese día sacaron del Betis al hombre que sostenía el edificio, a la persona que hacía que todo funcionara más o menos por mucho que su equipo ya fuera colista de la clasificación en esos momentos. Y a partir de ese instante se ha podido comprobar que el Betis, este Betis por supuesto, era un gigante con los pies de barro, con una estructura organizativa en la que no se atisba quien pueda tomar las decisiones adecuadas para enderezar el rumbo, y con un equipo que no le da para aprovechar siquiera el hecho de ponerse por delante en su visita al Celta bien prontito.
El problema del Betis, está claro, no se ubicaba en el banquillo y prácticamente da igual quien sea el ocupante del mismo, pues ninguno se acerca, de momento, a la trascendencia de Pepe Mel para soportar los embates del temporal. Es verdad que el madrileño llevaba sumados sólo diez puntos, son los datos objetivos y, por tanto, no admiten ninguna discusión, pero igual de irrefutable es que después de su salida, con rivales de menor nivel muchos de ellos, la adición de puntos se ha quedado en uno más. Pero es evidente que esa página ya pertenece a un libro diferente y quien sí perdura es este Betis ahora entrenado por un Gabriel Humberto Calderón que apostó por tratar de meterle ánimos a los suyos con una buena inyección de palabras, con un discurso mucho más optimista. Pero en el fútbol eso sirve hasta que aparece un rival enfrente y busca exactamente lo mismo, entonces todo se fundamenta en el nivel de cada uno y la verdad es que el balance de los verdiblancos volvió a ser decepcionante en su visita a Balaídos.
Lo fue, además, con el agravante de que el viento empezó a soplar de popa muy pronto. El arranque fue prometedor para un Betis que aparentaba más ganas que otros días, para un equipo, el de Calderón, que superaba de cabo a rabo al Celta en esa puesta en escena. Los béticos ya habían tenido la opción de marcar en el minuto 11 a través de Salva Sevilla, pero su tanto era mal invalidado por Hernández Hernández a instancias de uno de sus auxiliares. Pero ni siquiera eso condujo a un paso atrás, la consigna de Calderón era apretar al rival cerca de Yoel, algo que se convertiría en decisivo en aquellos instantes cuando Fontás dio un mal pase y la pelota le llegó a Juanfran por la derecha. Un buen centro, Leo Baptistao no llega en posición adelantada y Rubén Castro aparece por detrás para hacer justicia en el marcador. El Betis se ponía por delante, buena noticia.
Así debería ser para cualquier equipo de Primera División, sobre todo cuando se trata del colista de la tabla y está tan necesitado. En teoría, era una manera de fortalecer las ideas, de comprobar que el entrenador recién llegado tenía razón en ese planteamiento con cuatro defensas atrás, dos medios de contención, tres mediapuntas con Salva Sevilla como falso interior izquierdo, y Rubén Castro arriba. Más o menos el dibujo que más veces había utilizado Mel durante su etapa como entrenador, aunque con nombres diferentes, Leo Baptistao por ejemplo.
A ver si mañana sacan una crónica del WBA con la misma PORQUERÍA de titular.
Es leer el titular y ya saber que es de Míster Empero.
Yo ya lo dije y lo sigo diciendo. En 2 semanas esta en descenso, sino al tiempo.
No creo, hoy no ha jugado mal el Albion, ha sido un partidazo en general. Como curiosidad está poniendo a Anelka en la derecha como hacía con Castro, permutando con un grandote arriba, en este caso Anichebe por Molina.
Offtopic: el que se ha salido del pellejo esta jornada ha sido Adrián, que ha parado todo contra el Cherzi.
No te piques BM, has sido tú el primero que has soltado eso.
Yo no quiero que fracase, es más, me importa 3 rábanos lo que haga mientras esté bien lejitos de aquí.
Me he reido por tu comentario soberbio, que es lo que me ha parecido.
A ver, es cierto que el comentario se puede interpretar de forma ofensiva, pero para nada lo he escrito con esa intencion, lo he escrito con un poco de guasa, de cachondeo...
De todas formas si a molestado a alguien pues que reviente....
No hombre, si le a molestado a alguien que me perdone...
A ver, es cierto que el comentario se puede interpretar de forma ofensiva, pero para nada lo he escrito con esa intencion, lo he escrito con un poco de guasa, de cachondeo...
De todas formas si a molestado a alguien pues que reviente....
No hombre, si le a molestado a alguien que me perdone...
La próxima vez mejon esperate a que termine el partido, al cabesa nunca se le puede dar por muerto...
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