Abro este post por dos motivos.
El primero, que me estoy haciendo mayor. No muy mayor, acabo de cumplir los 34. Pero sí lo suficiente como para empezar a tener perspectiva y poder comparar cosas.
Y el segundo es que, precisamente por eso, me he dado cuenta de cómo está cambiando este bendito deporte que todos los que me leéis adoramos.
Porque al final somos béticos, pero sobre todo nos gusta, nos encanta, nos apasiona, este invento llamado fútbol. Y es justo de lo que vengo a hablar aquí. De cómo ha cambiado el fútbol.
No quiero repetir otros posts de puretas ni nada por el estilo. Precisamente los jugadores son la parte del fútbol que menos me preocupa. Me preocupa la tendencia que esto lleva y hacia dónde se va a ver abocado en no mucho tiempo.
Estamos, ahora mismo, en la racha más larga de la historia en la que sólo Real Madrid y Barcelona ganan la Liga. Desde que el Valencia se alzara con el trofeo en 2004, sólo ha habido dos opciones. A o B. B o A. El resto de equipos se han convertido en comparsas.
Lejos quedan ya aquellas temporadas de finales de los 90 donde los partidos entusiasmaban, los equipos tenían, todos, sus figuras, sus internacionales, sus jugones. Donde cualquiera le podía ganar a cualquiera. Donde el dinero fluía, y había (o eso se creía) pastel para todos.
Es cierto que aquello estaba propiciado por dirigentes (nosotros lo sabemos bien) más dignos de la camorra que del deporte, con el espectáculo Gil-Caneda como el máximo exponente. Pero también es verdad que los campos estaban llenos. La gente hablaba de fútbol. Las ciudades vibraban con sus clubes. Y de esta época, el mejor partido que he presenciado en mi vida. Valladolid 3 - Barcelona 1. Era el Barça de Robson, Ronaldo, Giovanni... Zorrilla reventaba.
Miremos lo que tenemos ahora. Un resquebrajamiento abismal entre dos y el resto. Una Liga donde un equipo puede gastar 120 millones en un jugador cuando los demás luchan por poder pagar un millón. Donde los salarios en los grandes multiplican por 20 al resto de salarios. Donde un filial del Real Madrid se gasta más dinero en fichajes que el Valencia. Donde la gente no va a los campos, un Getafe (mitad de la tabla) sufre para meter a 5000 personas. Donde se enciende la TV y sólo se habla de dos equipos. Donde, cada año más, la Segunda y la Segunda B son categorías donde se entra por dinero, y no por méritos o deméritos deportivos. Donde históricos ya no están, ni nunca volverán.
Es cierto que había que poner orden en el caos. Es cierto. Pero no se puede poner orden a costa de hacer añicos este deporte. La tendencia es la ruina. La total y absoluta ruina. Y esto sucederá de repente, no paulatinamente. Un año, simplemente, las televisiones no podrán pagar un dinero que no tienen. Ese año, muchos clubes no podrán vivir. Ese año, todo desaparecerá. Menos los que ya sabemos.
Por ello, y éxitos de la selección aparte, se hace imprescindible una revolución. Una TOTAL revolución. Se trata de sobrevivir. No sé si esa revolución pasa por venta conjunta de derechos, por reestructuración de categorías, por crear un campeonato aparte sin los que nos contaminan... No lo sé. Mi intención es que este post sirva para que la gente aporte ideas.
Pero lo que no puede ser es que el fútbol se parezca tanto a la vida corrupta de ahí fuera. La vida en la que los poderosos (los bancos) mangonean a los pobres, y encima estos les rinden pleitesía.
Me niego.
Quiero volver a ver los estadios llenos. Quiero que la gente de Badajoz sea de su Badajoz. Que la gente de Zamora sea del Zamora.
Hagamos algo
El primero, que me estoy haciendo mayor. No muy mayor, acabo de cumplir los 34. Pero sí lo suficiente como para empezar a tener perspectiva y poder comparar cosas.
Y el segundo es que, precisamente por eso, me he dado cuenta de cómo está cambiando este bendito deporte que todos los que me leéis adoramos.
Porque al final somos béticos, pero sobre todo nos gusta, nos encanta, nos apasiona, este invento llamado fútbol. Y es justo de lo que vengo a hablar aquí. De cómo ha cambiado el fútbol.
No quiero repetir otros posts de puretas ni nada por el estilo. Precisamente los jugadores son la parte del fútbol que menos me preocupa. Me preocupa la tendencia que esto lleva y hacia dónde se va a ver abocado en no mucho tiempo.
Estamos, ahora mismo, en la racha más larga de la historia en la que sólo Real Madrid y Barcelona ganan la Liga. Desde que el Valencia se alzara con el trofeo en 2004, sólo ha habido dos opciones. A o B. B o A. El resto de equipos se han convertido en comparsas.
Lejos quedan ya aquellas temporadas de finales de los 90 donde los partidos entusiasmaban, los equipos tenían, todos, sus figuras, sus internacionales, sus jugones. Donde cualquiera le podía ganar a cualquiera. Donde el dinero fluía, y había (o eso se creía) pastel para todos.
Es cierto que aquello estaba propiciado por dirigentes (nosotros lo sabemos bien) más dignos de la camorra que del deporte, con el espectáculo Gil-Caneda como el máximo exponente. Pero también es verdad que los campos estaban llenos. La gente hablaba de fútbol. Las ciudades vibraban con sus clubes. Y de esta época, el mejor partido que he presenciado en mi vida. Valladolid 3 - Barcelona 1. Era el Barça de Robson, Ronaldo, Giovanni... Zorrilla reventaba.
Miremos lo que tenemos ahora. Un resquebrajamiento abismal entre dos y el resto. Una Liga donde un equipo puede gastar 120 millones en un jugador cuando los demás luchan por poder pagar un millón. Donde los salarios en los grandes multiplican por 20 al resto de salarios. Donde un filial del Real Madrid se gasta más dinero en fichajes que el Valencia. Donde la gente no va a los campos, un Getafe (mitad de la tabla) sufre para meter a 5000 personas. Donde se enciende la TV y sólo se habla de dos equipos. Donde, cada año más, la Segunda y la Segunda B son categorías donde se entra por dinero, y no por méritos o deméritos deportivos. Donde históricos ya no están, ni nunca volverán.
Es cierto que había que poner orden en el caos. Es cierto. Pero no se puede poner orden a costa de hacer añicos este deporte. La tendencia es la ruina. La total y absoluta ruina. Y esto sucederá de repente, no paulatinamente. Un año, simplemente, las televisiones no podrán pagar un dinero que no tienen. Ese año, muchos clubes no podrán vivir. Ese año, todo desaparecerá. Menos los que ya sabemos.
Por ello, y éxitos de la selección aparte, se hace imprescindible una revolución. Una TOTAL revolución. Se trata de sobrevivir. No sé si esa revolución pasa por venta conjunta de derechos, por reestructuración de categorías, por crear un campeonato aparte sin los que nos contaminan... No lo sé. Mi intención es que este post sirva para que la gente aporte ideas.
Pero lo que no puede ser es que el fútbol se parezca tanto a la vida corrupta de ahí fuera. La vida en la que los poderosos (los bancos) mangonean a los pobres, y encima estos les rinden pleitesía.
Me niego.
Quiero volver a ver los estadios llenos. Quiero que la gente de Badajoz sea de su Badajoz. Que la gente de Zamora sea del Zamora.
Hagamos algo
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