Y resulta que en el Bella hay una Escuela de Fútbol. Es la Escuela de Fútbol de la U.D. Bellavista. Un centenar de nenes y nenas se une a casi los 300 federados que tiene este humilde club en todas sus categorías. Y resulta que llevan años gestionando la ilusión de cientos de niños que empiezan a darle patadas a la pelota y que sueñan con ser futbolistas no ya como Castro o Beñat, sino como su hermano que con unos años más juega en alevines o infantiles en esas categorías en las que dos equipos juegan a su liga y todos los demás... a jugar.
Es más, esa Escuela de Fútbol también tiene sitio para aquellos niños no tan "buenos" como para ser escogidos entre los equipos de competición, y compiten, se unen a las ligas municipales donde se sienten importantes. Y por qué ligas??? pues fácil, porque hay más Escuelas de Fútbol, están ya inventadas y hacen encajes de bolillos para seguir adelante, con voluntarios y comprometidos hombres y mujeres que cubren cada peldaño que está por encima de los niños.
Por todo lo anterior es por lo que me hace sentir esta polémica (en la que ahora mismo participo) como sucio. Sucio porque parece que se han inventado dos escuelas y que son únicas, o por lo menos hacen parecernos no de ellas mismas, sino de la de enfrente. Son dos Escuelas más de fútbol, con su vertiente intimista (que hay que cuidar para no dar espectáculos que pueden pasar de tonterías a bochornos) que no son ni siquiera paralelas, ni competencia, ni tienen siquiera similitudes, salvo el nexo de unión de un nombre que ya es leyenda en el Betis y suena muy bien para una Escuela de Fútbol.
Si no fuesemos lo que somos, no alzaríamos la voz en búsqueda de genuinidad de lo que es simplemente genuino si lo cuidamos, no si lo comparamos, ni para bien ni para mal. No olvidemos que la Escuela de Fútbol de un club de primera no es la cantera del club. Nada más lejos de la realidad. Es, digamos, lo más parecido a un buen colegio privado entre públicos. Un buen colegio que coge su prestigio no sólo de su buena organización, sino de su implicación con el entorno, su motivación y esfuerzo en hacer de esos alumnos no sólo mejor futbolistas, sino personas.
El resto de las escuelas hacen lo mismo, en su justa medida y también condicionados por las estrecheces de presupuesto, que hay que ver las carambolas que hay que hacer para que sigan vivas.
De ahí que me haya sorprendido y mucho cualquier amago de conflicto entre dos formas de hacer lo mismo que sólo tienen, o deberían tener, en común el nombre de un gran chaval. Y sobre todo como personajes peculiares y prescindibles aprovechan para sacar el cuello desplumado de donde se han ido a esconder.
Buena Escuela la del Bella, felicidades desde aquí... A las demás mis deseos de luchar por niños que a través del deporte sean mejores ciudadanos, que nos harán falta.
Es más, esa Escuela de Fútbol también tiene sitio para aquellos niños no tan "buenos" como para ser escogidos entre los equipos de competición, y compiten, se unen a las ligas municipales donde se sienten importantes. Y por qué ligas??? pues fácil, porque hay más Escuelas de Fútbol, están ya inventadas y hacen encajes de bolillos para seguir adelante, con voluntarios y comprometidos hombres y mujeres que cubren cada peldaño que está por encima de los niños.
Por todo lo anterior es por lo que me hace sentir esta polémica (en la que ahora mismo participo) como sucio. Sucio porque parece que se han inventado dos escuelas y que son únicas, o por lo menos hacen parecernos no de ellas mismas, sino de la de enfrente. Son dos Escuelas más de fútbol, con su vertiente intimista (que hay que cuidar para no dar espectáculos que pueden pasar de tonterías a bochornos) que no son ni siquiera paralelas, ni competencia, ni tienen siquiera similitudes, salvo el nexo de unión de un nombre que ya es leyenda en el Betis y suena muy bien para una Escuela de Fútbol.
Si no fuesemos lo que somos, no alzaríamos la voz en búsqueda de genuinidad de lo que es simplemente genuino si lo cuidamos, no si lo comparamos, ni para bien ni para mal. No olvidemos que la Escuela de Fútbol de un club de primera no es la cantera del club. Nada más lejos de la realidad. Es, digamos, lo más parecido a un buen colegio privado entre públicos. Un buen colegio que coge su prestigio no sólo de su buena organización, sino de su implicación con el entorno, su motivación y esfuerzo en hacer de esos alumnos no sólo mejor futbolistas, sino personas.
El resto de las escuelas hacen lo mismo, en su justa medida y también condicionados por las estrecheces de presupuesto, que hay que ver las carambolas que hay que hacer para que sigan vivas.
De ahí que me haya sorprendido y mucho cualquier amago de conflicto entre dos formas de hacer lo mismo que sólo tienen, o deberían tener, en común el nombre de un gran chaval. Y sobre todo como personajes peculiares y prescindibles aprovechan para sacar el cuello desplumado de donde se han ido a esconder.
Buena Escuela la del Bella, felicidades desde aquí... A las demás mis deseos de luchar por niños que a través del deporte sean mejores ciudadanos, que nos harán falta.
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