ACS no gana este año para sustos. A los conocidos problemas con su inversión en Iberdrola, en manos ya de la banca, se suman los de sus principales accionistas. Por la presión de los acreedores, los Albertos han vendido un 3,4% de la constructora, cuyo presidente, Florentino Pérez, acumula una deuda de 600 millones por su 11% del capital.
Pese al repunte de los últimos días, el holding liderados por los March –tienen el 18%- está registrando su peor año desde que salió a bolsa, en diciembre de 1997. Si se tienen en cuentas las cotizaciones anteriores de Ginés Navarro y OCP, las dos empresas que dieron lugar junto a Auxini a la actual ACS, el comportamiento de 2012 sería el peor en veinte años.
Un desplome del 30% en lo que va de ejercicio y de más de un 40% en los últimos doce meses que han puesto contra las cuerdas a los propios accionistas. La alerta la dio la propia Corporación Financiera Alba, que en febrero de 2011 se desprendió de un 5% de la constructora por 535,1 millones. La sociedad de cartera de los March vendieron las acciones a 34 euros, un 155% por encima de cómo se pagan ahora los títulos de ACS. Y eso que los banqueros habían adquirido su participación en metálico.
En enero de este curso, la banca presionó a los Albertos, que se asociaron con Florentino en aquella Navidad de 1997 al aportar los activos de su empresa Imex, Los conocidos empresarios, dueños en su día de Banco Zaragozano y accionistas de FCC, fueron elevando su participación en ACS hasta el 13% con compras de acciones financiadas con préstamos bancarios.
La garantía de tales créditos, por unos 580 millones de euros, eran los propios títulos de la compañía, por lo que al bajar en bolsa debían poner dinero para cubrir el importe de la deuda, que obviamente se mantenía invariable. Fruto de esa ecuación macabra, la banca le ha exigido a los dos primos que vendan parcialmente su participación para hacer frente a sus obligaciones financieras.
Presión a corto plazo
Una situación que es muy parecida a la que tiene Florentino Pérez. El presidente del Real Madrid, que está de pretemporada en Los Ángeles (Estados Unidos), adeuda 606,87 millones vinculados a sus 39,39 millones de acciones de ACS. De ese pasivo financiero, 278 millones vencen a corto plazo, mientras que los restantes 328,8 restantes expiran a largo.
Esos préstamos están asociados a su 11% del holding, que en las últimas cuentas públicas a 31 de marzo de su sociedad patrimonial –Inversiones Vesan- lo tiene tasado en 787 millones de euros. Sin embargo, hoy en día ese paquete apenas vale 500 millones, por lo que la deuda es ya mayor a lo que el mercado le daría a Florentino Pérez si decidiera venderlo o tuviera que hacerlo obligado por los acreedores.
Fuentes próximas al empresario aseguran que su posición es mucho más cómoda que la que tenían los Albertos, ya que parte de sus acciones proceden de su participación inicial en OCP. Pero varios analistas ya están sopesando en sus valoraciones el riesgo que supone que dos de los tres mayores accionistas de ACS tengan una deuda personal tan elevada. La situación es similar a la de Ibedrola, que hasta hace unas semanas tenía a su mayor inversor, la propia ACS, con una participación del 14,8% que los bancos han ido ejecutando poco a poco al no poder hacer frente a las garantías.
Pese al repunte de los últimos días, el holding liderados por los March –tienen el 18%- está registrando su peor año desde que salió a bolsa, en diciembre de 1997. Si se tienen en cuentas las cotizaciones anteriores de Ginés Navarro y OCP, las dos empresas que dieron lugar junto a Auxini a la actual ACS, el comportamiento de 2012 sería el peor en veinte años.
Un desplome del 30% en lo que va de ejercicio y de más de un 40% en los últimos doce meses que han puesto contra las cuerdas a los propios accionistas. La alerta la dio la propia Corporación Financiera Alba, que en febrero de 2011 se desprendió de un 5% de la constructora por 535,1 millones. La sociedad de cartera de los March vendieron las acciones a 34 euros, un 155% por encima de cómo se pagan ahora los títulos de ACS. Y eso que los banqueros habían adquirido su participación en metálico.
En enero de este curso, la banca presionó a los Albertos, que se asociaron con Florentino en aquella Navidad de 1997 al aportar los activos de su empresa Imex, Los conocidos empresarios, dueños en su día de Banco Zaragozano y accionistas de FCC, fueron elevando su participación en ACS hasta el 13% con compras de acciones financiadas con préstamos bancarios.
La garantía de tales créditos, por unos 580 millones de euros, eran los propios títulos de la compañía, por lo que al bajar en bolsa debían poner dinero para cubrir el importe de la deuda, que obviamente se mantenía invariable. Fruto de esa ecuación macabra, la banca le ha exigido a los dos primos que vendan parcialmente su participación para hacer frente a sus obligaciones financieras.
Presión a corto plazo
Una situación que es muy parecida a la que tiene Florentino Pérez. El presidente del Real Madrid, que está de pretemporada en Los Ángeles (Estados Unidos), adeuda 606,87 millones vinculados a sus 39,39 millones de acciones de ACS. De ese pasivo financiero, 278 millones vencen a corto plazo, mientras que los restantes 328,8 restantes expiran a largo.
Esos préstamos están asociados a su 11% del holding, que en las últimas cuentas públicas a 31 de marzo de su sociedad patrimonial –Inversiones Vesan- lo tiene tasado en 787 millones de euros. Sin embargo, hoy en día ese paquete apenas vale 500 millones, por lo que la deuda es ya mayor a lo que el mercado le daría a Florentino Pérez si decidiera venderlo o tuviera que hacerlo obligado por los acreedores.
Fuentes próximas al empresario aseguran que su posición es mucho más cómoda que la que tenían los Albertos, ya que parte de sus acciones proceden de su participación inicial en OCP. Pero varios analistas ya están sopesando en sus valoraciones el riesgo que supone que dos de los tres mayores accionistas de ACS tengan una deuda personal tan elevada. La situación es similar a la de Ibedrola, que hasta hace unas semanas tenía a su mayor inversor, la propia ACS, con una participación del 14,8% que los bancos han ido ejecutando poco a poco al no poder hacer frente a las garantías.
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