Gustavo Poyet, ahora en el Shangai Shenhua de China, volvió a cargar contra la afición del Betis en una entrevista al diario Ovación. El extécnico verdiblanco ya le había dado varios tortazos verbales a la hinchada heliopolitana estando en su banquillo: "No le he contado esto a mucha gente, pero mi experiencia en Betis fue la peor que tuve como entrenador, lejos. Fue todo muy inesperado. No tengo mucha explicación de lo que pasó. Fui a dirigir a Betis por una sola razón: la afición del equipo. Por el recuerdo que yo tenía, de los 90 y pico, de lo que era ir a jugar al estadio Benito Villamarín. Era una hermosura aunque fuera en contra. Era un lugar espectacular para ir. Y me encontré con algo totalmente diferente. Una situación alterada, con mucho nerviosismo y mucha división. Mucha agresividad".
"Ellos mismos dicen que están hartos de todo lo que está pasando, pero toda esa agresividad, o esa calentura, los nubla a la hora de ser realistas. Y eso fue en contra del equipo, independientemente que los resultados no ayudaron. Yo acepto mi responsabilidad, pero las condiciones para que el equipo jugara bien y se soltara no estaban dadas. Hay cosas que no pueden ir juntas, aunque uno crea que sí. Y entonces era mejor que se terminara. No había que darle más vueltas. Me fui muy desilusionado y dolido", continuaba.
Poyet dice que su estancia en el Villamarín le "abrió mucho los ojos de cara a tomar decisiones para el futuro. Ahora estudiaría una propuesta de otra manera, mucho más a fondo, sobre todo. Como siempre, las malas experiencias sirven de mucho".
Desde que se marchó Poyet, el Betis ha ganado con Víctor Sánchez del Amo tres partidos (uno de Copa) y empatado otro en el Benito Villamarín, a la espera de enfrentarse al Leganés.
Con dos cojönes...
"Ellos mismos dicen que están hartos de todo lo que está pasando, pero toda esa agresividad, o esa calentura, los nubla a la hora de ser realistas. Y eso fue en contra del equipo, independientemente que los resultados no ayudaron. Yo acepto mi responsabilidad, pero las condiciones para que el equipo jugara bien y se soltara no estaban dadas. Hay cosas que no pueden ir juntas, aunque uno crea que sí. Y entonces era mejor que se terminara. No había que darle más vueltas. Me fui muy desilusionado y dolido", continuaba.
Poyet dice que su estancia en el Villamarín le "abrió mucho los ojos de cara a tomar decisiones para el futuro. Ahora estudiaría una propuesta de otra manera, mucho más a fondo, sobre todo. Como siempre, las malas experiencias sirven de mucho".
Desde que se marchó Poyet, el Betis ha ganado con Víctor Sánchez del Amo tres partidos (uno de Copa) y empatado otro en el Benito Villamarín, a la espera de enfrentarse al Leganés.
Con dos cojönes...
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