Re: El rincón de Mel
Es imposible que solo pasara una noche.
Originalmente publicado por Quo vadis?
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Voy a ilustrar con una breve fábula las últimas discusiones sobre Mel, como lo de Ceballos.
Fábula de Joseph Mel y la cabra
Hubo una vez un entrenador, llamado Joseph Mel, que también era historiador, violinista, traductor de árabe, arqueólogo y proctólogo, que acudió a una rueda de prensa previa a un partido.
Un rumor llenó la sala mientras Joseph trataba de que su enorme cabeza atravesara la puerta.
-Ahí está, el ídolo.
-Qué guapo es.
Tras grandes esfuerzos, consiguió introducir su desmesurado cabezón en la sala y se sentó.
-Bien, señores -dijo- ejem, ejem.
-Bravo! Bravo!
-Qué bien tose!
-Joseph! Joseph! -gritó Javier Mérida- ¡fírmame el condón que te dejaste ayer en mi culo!
-¡Péete e imprégnanos con tu esencia!
-Tranquilos, tranquilos, *******s míos -continuó Joseph Mel- quiero comunicaros a todos que he pasado la noche en vela dando vueltas alrededor de mi cabeza, consultando libros de Historia del Arte y Filosofía para niños lentos, y he encontrado la solución para el problema que tenemos en el extremo derecho.
-Ilústranos, ilústranos, Dios!
-Pues bien, resulta que la solución la tenía en casa: mi hija Tetis tiene una mascota, la cabra Paquita, que tuvo que abandonar la legión por quedarse embarazada de un sargento borracho que no quiso ocuparse de su descendencia. Mi hija Tetis la adoptó porque la confundió con un galgo -confusión bastante frecuente y normal- y ahora está en casa. Resulta que la cabra Paquita ganó la carrera de cabras anual del cuartel, por lo que ¡su presencia nos aportará la velocidad que nos falta en el extremo derecho, aparte de que por haber sido militar, es bastante disciplinada!
Aplausos,vítores, golpes sobre en las mesas, retumbaron en la sala:
-¡Genio! -cantaron todos, mientras Joseph se retiraba- ¡Genio de los banquillos! ¡Genio de los banquillos! ¡Genio de los banquillos!
Al día siguiente, saltó el equipo al campo. La cabra Paquita se situó en su puesto de extremo derecho. Cuando comenzó el partido, la cabra, en lugar de correr tras el balón, se puso a comer hierba.
-Pero esto que es? Qué hace la cabra comiendo en lugar de jugar? -gritó un *******.
-Cabra cabrona, corre, cabra, corre -gritó otro *******.
-Obedece a tu míster, traidora, desagradecida!
A lo que la cabra, tras un rato de pacer tranquilamente, giró la cabeza y miró al grupo de *******s:
-¿Y qué quieren que haga? ¿Es que acaso no han visto ustedes... que soy una cabra?
Fábula de Joseph Mel y la cabra
Hubo una vez un entrenador, llamado Joseph Mel, que también era historiador, violinista, traductor de árabe, arqueólogo y proctólogo, que acudió a una rueda de prensa previa a un partido.
Un rumor llenó la sala mientras Joseph trataba de que su enorme cabeza atravesara la puerta.
-Ahí está, el ídolo.
-Qué guapo es.
Tras grandes esfuerzos, consiguió introducir su desmesurado cabezón en la sala y se sentó.
-Bien, señores -dijo- ejem, ejem.
-Bravo! Bravo!
-Qué bien tose!
-Joseph! Joseph! -gritó Javier Mérida- ¡fírmame el condón que te dejaste ayer en mi culo!
-¡Péete e imprégnanos con tu esencia!
-Tranquilos, tranquilos, *******s míos -continuó Joseph Mel- quiero comunicaros a todos que he pasado la noche en vela dando vueltas alrededor de mi cabeza, consultando libros de Historia del Arte y Filosofía para niños lentos, y he encontrado la solución para el problema que tenemos en el extremo derecho.
-Ilústranos, ilústranos, Dios!
-Pues bien, resulta que la solución la tenía en casa: mi hija Tetis tiene una mascota, la cabra Paquita, que tuvo que abandonar la legión por quedarse embarazada de un sargento borracho que no quiso ocuparse de su descendencia. Mi hija Tetis la adoptó porque la confundió con un galgo -confusión bastante frecuente y normal- y ahora está en casa. Resulta que la cabra Paquita ganó la carrera de cabras anual del cuartel, por lo que ¡su presencia nos aportará la velocidad que nos falta en el extremo derecho, aparte de que por haber sido militar, es bastante disciplinada!
Aplausos,vítores, golpes sobre en las mesas, retumbaron en la sala:
-¡Genio! -cantaron todos, mientras Joseph se retiraba- ¡Genio de los banquillos! ¡Genio de los banquillos! ¡Genio de los banquillos!
Al día siguiente, saltó el equipo al campo. La cabra Paquita se situó en su puesto de extremo derecho. Cuando comenzó el partido, la cabra, en lugar de correr tras el balón, se puso a comer hierba.
-Pero esto que es? Qué hace la cabra comiendo en lugar de jugar? -gritó un *******.
-Cabra cabrona, corre, cabra, corre -gritó otro *******.
-Obedece a tu míster, traidora, desagradecida!
A lo que la cabra, tras un rato de pacer tranquilamente, giró la cabeza y miró al grupo de *******s:
-¿Y qué quieren que haga? ¿Es que acaso no han visto ustedes... que soy una cabra?
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