Básicamente, se demuestra la hipocresía de un entrenador que fue, es y, por desgracia, seguirá siendo, idolatrado por un sector de la afición por logros conseguidos en el pasado, y que en la actualidad, se dedica a querer tener siempre la razón, y a desangrar constantemente a un club tan vivo como es el Real Betis Balompié.No le hace ningún bien a la entidad, y al ritmo que vamos (los dos próximos partidos son frente a Sevilla y Barcelona), nos hundiremos en el descenso y entonces vendrán las lágrimas.Si el señor que regenta el banquillo verdiblanco fuera un hombre hecho y derecho, y sobre todo, como él dice ser, un bético sobre todas las cosas, dimitiría. Sería lo mejor para el club y para él, que parece ser es lo único que le interesa: él.Así que sólo queda rezar porque la situación mejore, de la forma que sea necesaria, pero que mejore, y que podamos aunarnos todos los béticos del universo para cantar eso de “estamos apiñados como balas de cañón…”, sin tener que pitar y criticar semana tras semana a un hombre que se ríe a diario de la afición.Porque el Betis son los béticos, y sin los béticos, el Betis se queda en nada.Básicamente, se demuestra la hipocresía de un entrenador que fue, es y, por desgracia, seguirá siendo, idolatrado por un sector de la afición por logros conseguidos en el pasado, y que en la actualidad, se dedica a querer tener siempre la razón, y a desangrar constantemente a un club tan vivo como es el Real Betis Balompié.No le hace ningún bien a la entidad, y al ritmo que vamos (los dos próximos partidos son frente a Sevilla y Barcelona), nos hundiremos en el descenso y entonces vendrán las lágrimas.Si el señor que regenta el banquillo verdiblanco fuera un hombre hecho y derecho, y sobre todo, como él dice ser, un bético sobre todas las cosas, dimitiría. Sería lo mejor para el club y para él, que parece ser es lo único que le interesa: él.Así que sólo queda rezar porque la situación mejore, de la forma que sea necesaria, pero que mejore, y que podamos aunarnos todos los béticos del universo para cantar eso de “estamos apiñados como balas de cañón…”, sin tener que pitar y criticar semana tras semana a un hombre que se ríe a diario de la afición.Porque el Betis son los béticos, y sin los béticos, el Betis se queda en nada.
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