¿Moral?
Los gastos del presidente (ejecutivo) bético brillan por su falta de decoro
La deriva del baloncesto en Sevilla va a más año tras año hasta que llegue el día que el barco naufrague con el capitán, la tripulación y los polizones; tampoco es mucho más boyante el panorama de la ACB, envuelto en polémicas desde hace dos décadas entre los líos con los pasaportes, con la FEB, con la Euroliga, con el sistema de competición, con el número de equipos en liza, con el marasmo presupuestario tras evaporarse el dinero público, con los contratos por debajo del mínimo salarial… En fin, nunca se ha querido arreglar nada y así estamos en 2017.
Por San Pablo, tras salvar el match-ball de la desaparición con la inestimable ayuda del Betis… o de Ángel Haro, hincha de la canasta desde sus tiempos mozos en Villaverde del Río, la zozobra instalada desde hace mucho es más que palpable. Fernando Moral se ha puesto cómodo y disfruta de su posición de presidente. Disfruta él. Punto.
Habría que preguntarse varias cuestiones para calibrar por qué el Betis Energía Plus malvive en la penúltima plaza de la Liga y va camino del hoyo. Luego, la ACB o los despachos o los políticos o los tribunales (está por ver que la decisión sobre el canon se cumpla) igual permiten que el ex Caja, con tres décadas de historia a sus espaldas, prosiga en la élite, pero ése es otro cantar.
Moral resolvió en Barcelona en su día el entuerto con Meythaler y Galilea; sus contactos políticos valieron para ayudar a que el Betis salvara el club. Sin embargo, desde antes ya se percibía cierto tufo a interés propio, no por la entidad. Logró la pasada campaña una contraprestación económica por sus funciones como presidente ejecutivo (¿los anteriores no lo eran?) y una serie de privilegios no muy decorosos, como el uso de un coche de alquiler a cuenta de la caja verdiblanca, siendo de Sevilla, o pasar todo tipo de gastos, no siempre relacionados con su actividad como ejecutivo.
Tampoco escatima en viajes y esta misma campaña estuvo de paseo por China con Ramón Alarcón, responsable de Marketing y Comunicación del Betis, para entablar relaciones con posibles patrocinadores o, quién sabe, compradores. Hasta la fecha nada se sabe de aquella visita a Oriente. Lo mismo eran vacaciones. Igual que también cruzó el charco con Berni Rodríguez para ir a Nueva York… a ver a Kristaps Porzingis y quizás a Willy Hernangómez, quien tiene mucho aprecio al presidente (lo llamaba Fer) desde su estancia por estos lares cedido por el Madrid; no hay constancia de los beneficios para el club de aquel desplazamiento. Desde luego, a Moral le gustan más los desplazamientos de larga distancia que acudir a diario a las oficinas del pabellón, donde cada vez aparece menos.
También merece un capítulo aparte la entrega de llaves de la parcela deportiva a Berni, que intercambió el papel de jugador a secretario técnico en su último año de contrato y el presidente le dio dos más de regalo… a alguien sin experiencia. Acaso pensó que sin director deportivo, ni general, le fue la cosa bien en la cancha el curso pasado con Luis Casimiro.
Por las canchas de baloncesto también ha cogido fama su afición por los selfies, una moda que trasciende cualquier tipo de edad. Y lo último que circula por la ACB es la petición de Moral de cambiar la fecha de una reunión de la Liga por el robusto argumento de que coincide con la Feria, una razón de peso. Y más con el equipo enfrascado por salvar los muebles deportivos y no dar con los huesos en la LEB.
En el Betis están mirando con lupa la gestión de Moral y, si bien parece que su cabeza no peligra, planean colocar un director general que vigile las cuentas tras este primer año de transición tras la compra.
Juan de la Huerga (Diario de Sevilla)
PD: el viajecito a China con el niño de la Rubiales... y otro director general más, que para eso estamos pagando lo de atarnos a un cadáver como es el baloncesto ACB (o LEB) en esta ciudad.
Los gastos del presidente (ejecutivo) bético brillan por su falta de decoro
La deriva del baloncesto en Sevilla va a más año tras año hasta que llegue el día que el barco naufrague con el capitán, la tripulación y los polizones; tampoco es mucho más boyante el panorama de la ACB, envuelto en polémicas desde hace dos décadas entre los líos con los pasaportes, con la FEB, con la Euroliga, con el sistema de competición, con el número de equipos en liza, con el marasmo presupuestario tras evaporarse el dinero público, con los contratos por debajo del mínimo salarial… En fin, nunca se ha querido arreglar nada y así estamos en 2017.
Por San Pablo, tras salvar el match-ball de la desaparición con la inestimable ayuda del Betis… o de Ángel Haro, hincha de la canasta desde sus tiempos mozos en Villaverde del Río, la zozobra instalada desde hace mucho es más que palpable. Fernando Moral se ha puesto cómodo y disfruta de su posición de presidente. Disfruta él. Punto.
Habría que preguntarse varias cuestiones para calibrar por qué el Betis Energía Plus malvive en la penúltima plaza de la Liga y va camino del hoyo. Luego, la ACB o los despachos o los políticos o los tribunales (está por ver que la decisión sobre el canon se cumpla) igual permiten que el ex Caja, con tres décadas de historia a sus espaldas, prosiga en la élite, pero ése es otro cantar.
Moral resolvió en Barcelona en su día el entuerto con Meythaler y Galilea; sus contactos políticos valieron para ayudar a que el Betis salvara el club. Sin embargo, desde antes ya se percibía cierto tufo a interés propio, no por la entidad. Logró la pasada campaña una contraprestación económica por sus funciones como presidente ejecutivo (¿los anteriores no lo eran?) y una serie de privilegios no muy decorosos, como el uso de un coche de alquiler a cuenta de la caja verdiblanca, siendo de Sevilla, o pasar todo tipo de gastos, no siempre relacionados con su actividad como ejecutivo.
Tampoco escatima en viajes y esta misma campaña estuvo de paseo por China con Ramón Alarcón, responsable de Marketing y Comunicación del Betis, para entablar relaciones con posibles patrocinadores o, quién sabe, compradores. Hasta la fecha nada se sabe de aquella visita a Oriente. Lo mismo eran vacaciones. Igual que también cruzó el charco con Berni Rodríguez para ir a Nueva York… a ver a Kristaps Porzingis y quizás a Willy Hernangómez, quien tiene mucho aprecio al presidente (lo llamaba Fer) desde su estancia por estos lares cedido por el Madrid; no hay constancia de los beneficios para el club de aquel desplazamiento. Desde luego, a Moral le gustan más los desplazamientos de larga distancia que acudir a diario a las oficinas del pabellón, donde cada vez aparece menos.
También merece un capítulo aparte la entrega de llaves de la parcela deportiva a Berni, que intercambió el papel de jugador a secretario técnico en su último año de contrato y el presidente le dio dos más de regalo… a alguien sin experiencia. Acaso pensó que sin director deportivo, ni general, le fue la cosa bien en la cancha el curso pasado con Luis Casimiro.
Por las canchas de baloncesto también ha cogido fama su afición por los selfies, una moda que trasciende cualquier tipo de edad. Y lo último que circula por la ACB es la petición de Moral de cambiar la fecha de una reunión de la Liga por el robusto argumento de que coincide con la Feria, una razón de peso. Y más con el equipo enfrascado por salvar los muebles deportivos y no dar con los huesos en la LEB.
En el Betis están mirando con lupa la gestión de Moral y, si bien parece que su cabeza no peligra, planean colocar un director general que vigile las cuentas tras este primer año de transición tras la compra.
Juan de la Huerga (Diario de Sevilla)
PD: el viajecito a China con el niño de la Rubiales... y otro director general más, que para eso estamos pagando lo de atarnos a un cadáver como es el baloncesto ACB (o LEB) en esta ciudad.
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