Mientras el paro alcanza máximos históricos, el fútbol español mantiene su política de precios desorbitados. La Liga BBVA lidera la clasificación de las entradas más caras de las cuatro grandes Ligas europeas. Con un coste medio que ronda los 53 euros, el campeonato español está por delante de la Serie A (48), la Premier inglesa (44) y, sobre todo, la Bundesliga (30).
España presenta un desnivel al alza en cuanto al precio medio y el precio mínimo. Con la salvedad de los 10 euros en la zona más alta de Mestalla, el precio menor que ofrecen el resto de clubes españoles no baja, en ningún caso, de los 25 euros. Significativo es que el importe mínimo de Getafe o Rayo sea similar al máximo que ofertan City o Leverkusen.
En Alemania, los modernos estadios son centros comerciales que, además, ofrecen precios económicos. Y eso que el PIB del país germano es superior al resto. Tanto la media, como los precios mínimos, que nunca superan los 18 euros, como los máximos, que abarcan entre los 37,50 euros del Hannover 96 y los 70 del Bayern, retratan por completo la estrategia seguida en el resto de Europa. Ofrecen una tercera categoría de precios casi ridículos y descuentos. El Werder Bremen vende entradas al público general por 11 euros, y el Borussia Mönchengladbach, por sólo 6.
¿POR QUÉ ESTA LOCURA DE PRECIOS?
Un Oviedo-La Roda cuesta 25 euros y el Leverkusen-Barça se pudo ver desde 15 euros. Aunque parezca mentira, un seguidor del Oviedo tiene que pagar 25 euros para ver cualquier partido de su equipo en Segunda B. En Leverkusen, se pudo ver la ida de octavos de la Champions ante el Barça por sólo 15 euros.
Horarios poco propicios... y la gente se queda en casa. Un lunes a las 21.00 horas o un domingo a las 21.30 no es el mejor horario para un partido de fútbol y aun así, algunos clubes siguen con la misma política de precios, por lo que muchos aficionados prefieren quedarse en casa.
Muchos estadios son muy incómodos para el aficionado. Problemas para aparcar, malos accesos, frío o calor según la época del año, buena parte de los estadios de Primera no reúnen las mejores condiciones para el aficionado. Los elevados precios no vienen acompañados de la comodidad necesaria para el espectador.
La televisión de pago para todos los bolsillos aleja de los estadios al público. La televisión manda y el fútbol de pago es apto para todos los públicos. Por 15 euros puedes ver 36 partidos de Primera al mes y otros tantos de Segunda. Esto, unido al fútbol en abierto deja al aficionado en casa.
Los horarios se desconocen y no se fomenta viajar. No hay cultura en España de viajar con tu equipo. El calendario y los horarios no se concretan con antelación y a los aficionados rivales se les pone precios prohibitivos en muchos casos.
LA BUNDESLIGA COMO MODELO
Si existiera la Champions del público, una hipotética copa que se concediera en base a la afluencia a los estadios, no la ganarían ni Barcelona ni Real Madrid. Serían segundo y cuarto, respectivamente, con el Borussia Dortmund como campeón y el Manchester United tercero. Son los únicos cuatro de Europa que promedian más de 70.000 espectadores por partido. No sería una mala noticia para nuestra Liga si no fuera porque no hay más equipos nacionales en el top 25 de esta clasificación.
Si en algunos aspectos tenemos la mejor competición del mundo, no podemos presumir de gradas llenas. Alemanes e ingleses nos golean con equipos que no consideramos grandes como Colonia, Hannover o Newcastle. Todos ellos tienen más público que los clubes españoles que no son Barça ni Madrid. También lo hacen equipos de otras Ligas menos potentes como Ajax, Rangers o Benfica.
La Bundesliga es el paraíso de los estadios llenos, con 12 clubes con asistencias superiores a los 40.000 espectadores. El éxito alemán está en su receta: precios accesibles, reducidos para los bolsillos menos pudientes, estadios bien acondicionados, las aficiones viajan porque las distancias son cortas, horarios muy familiares (15.30 horas el sábado) y además no hay violencia en la grada.
Javier Cáceres, corresponsal del alemán Suddeutsche Zeitung dice: "En España alucino con los precios, es una locura. Más que atraer, espanta gente, y además en Alemania la Liga es menos bipolar. Los clubes trabajan para llevar aficionados a las gradas, tienen un dirigente o un empleado que trabaja con las peñas y les transmite sus inquietudes".
El mejor ejemplo es que 18.000 aficionados del Dortmund viajaron a Berlín para el partido ante el Hertha, algo inviable en España. Sólo el Sporting moviliza normalmente a miles de sportinguistas.
España, tercera
Un estudio de Prime Time Sport lo confirma: Alemania promedia un gran 92% de ocupación en sus estadios, Inglaterra un 90% y España, un 74%. La Bundesliga lleva 42.690 aficionados por partido y la Premier, 35.283. España se queda en los 29.128, mientras que Italia y México también logran superar los 20.000 espectadores y Francia se acerca.En Argentina y Brasil ni siquiera llegan a esta cifra.
Por cierto, Bosch quiere implantar en el Betis el modelo Alemán, según manifestó días atrás.
España presenta un desnivel al alza en cuanto al precio medio y el precio mínimo. Con la salvedad de los 10 euros en la zona más alta de Mestalla, el precio menor que ofrecen el resto de clubes españoles no baja, en ningún caso, de los 25 euros. Significativo es que el importe mínimo de Getafe o Rayo sea similar al máximo que ofertan City o Leverkusen.
En Alemania, los modernos estadios son centros comerciales que, además, ofrecen precios económicos. Y eso que el PIB del país germano es superior al resto. Tanto la media, como los precios mínimos, que nunca superan los 18 euros, como los máximos, que abarcan entre los 37,50 euros del Hannover 96 y los 70 del Bayern, retratan por completo la estrategia seguida en el resto de Europa. Ofrecen una tercera categoría de precios casi ridículos y descuentos. El Werder Bremen vende entradas al público general por 11 euros, y el Borussia Mönchengladbach, por sólo 6.
¿POR QUÉ ESTA LOCURA DE PRECIOS?
Un Oviedo-La Roda cuesta 25 euros y el Leverkusen-Barça se pudo ver desde 15 euros. Aunque parezca mentira, un seguidor del Oviedo tiene que pagar 25 euros para ver cualquier partido de su equipo en Segunda B. En Leverkusen, se pudo ver la ida de octavos de la Champions ante el Barça por sólo 15 euros.
Horarios poco propicios... y la gente se queda en casa. Un lunes a las 21.00 horas o un domingo a las 21.30 no es el mejor horario para un partido de fútbol y aun así, algunos clubes siguen con la misma política de precios, por lo que muchos aficionados prefieren quedarse en casa.
Muchos estadios son muy incómodos para el aficionado. Problemas para aparcar, malos accesos, frío o calor según la época del año, buena parte de los estadios de Primera no reúnen las mejores condiciones para el aficionado. Los elevados precios no vienen acompañados de la comodidad necesaria para el espectador.
La televisión de pago para todos los bolsillos aleja de los estadios al público. La televisión manda y el fútbol de pago es apto para todos los públicos. Por 15 euros puedes ver 36 partidos de Primera al mes y otros tantos de Segunda. Esto, unido al fútbol en abierto deja al aficionado en casa.
Los horarios se desconocen y no se fomenta viajar. No hay cultura en España de viajar con tu equipo. El calendario y los horarios no se concretan con antelación y a los aficionados rivales se les pone precios prohibitivos en muchos casos.
LA BUNDESLIGA COMO MODELO
Si existiera la Champions del público, una hipotética copa que se concediera en base a la afluencia a los estadios, no la ganarían ni Barcelona ni Real Madrid. Serían segundo y cuarto, respectivamente, con el Borussia Dortmund como campeón y el Manchester United tercero. Son los únicos cuatro de Europa que promedian más de 70.000 espectadores por partido. No sería una mala noticia para nuestra Liga si no fuera porque no hay más equipos nacionales en el top 25 de esta clasificación.
Si en algunos aspectos tenemos la mejor competición del mundo, no podemos presumir de gradas llenas. Alemanes e ingleses nos golean con equipos que no consideramos grandes como Colonia, Hannover o Newcastle. Todos ellos tienen más público que los clubes españoles que no son Barça ni Madrid. También lo hacen equipos de otras Ligas menos potentes como Ajax, Rangers o Benfica.
La Bundesliga es el paraíso de los estadios llenos, con 12 clubes con asistencias superiores a los 40.000 espectadores. El éxito alemán está en su receta: precios accesibles, reducidos para los bolsillos menos pudientes, estadios bien acondicionados, las aficiones viajan porque las distancias son cortas, horarios muy familiares (15.30 horas el sábado) y además no hay violencia en la grada.
Javier Cáceres, corresponsal del alemán Suddeutsche Zeitung dice: "En España alucino con los precios, es una locura. Más que atraer, espanta gente, y además en Alemania la Liga es menos bipolar. Los clubes trabajan para llevar aficionados a las gradas, tienen un dirigente o un empleado que trabaja con las peñas y les transmite sus inquietudes".
El mejor ejemplo es que 18.000 aficionados del Dortmund viajaron a Berlín para el partido ante el Hertha, algo inviable en España. Sólo el Sporting moviliza normalmente a miles de sportinguistas.
España, tercera
Un estudio de Prime Time Sport lo confirma: Alemania promedia un gran 92% de ocupación en sus estadios, Inglaterra un 90% y España, un 74%. La Bundesliga lleva 42.690 aficionados por partido y la Premier, 35.283. España se queda en los 29.128, mientras que Italia y México también logran superar los 20.000 espectadores y Francia se acerca.En Argentina y Brasil ni siquiera llegan a esta cifra.
Por cierto, Bosch quiere implantar en el Betis el modelo Alemán, según manifestó días atrás.
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