Re: describamos que es el betis
Ahora Betis, que vas a cumplir cien años, reverdea más que nunca en los corazones de tus hijos la filosofía verdiblanca, la fe del incansable, la constancia incorruptible del que ama de verdad y quiere más en la derrota que en la Victoria, por que sabe que en la Sima, en el abismo, en el Ocaso, es donde más falta hace el aliento y la sonrisa de tu gente, de todos aquellos que te dan forma y sentido. De esos hijos tuyos, chicos y grandes, jóvenes y viejos, que han ido creciendo contigo desde que Papa Jones, los Castillo, los Hermosa, los Wesolowski y muchos otros te dieran a luz un 12 de Septiembre de hace hoy casi cien años. Cien años siendo tuyos, cien años yendo a verte cada quince días, cien años sintiendo lo mismo al entrar por la puerta verde de nuestra casa, al subir el primer escalón de tus viejas escaleras, cien años sintiendo esa cosa, ese cosquilleo indescriptible al encontrarnos contigo un día cualquiera, ya fuera el Palamós o el Chelsea el que te esperaba en la verde pradera heliopolitana.
Hoy, tu sangre verde corre ciega de amor y locura por nuestras venas, hoy, mal que algunos se empeñen en darte muerte, estás más vivo que nunca en nuestros corazones. Porque tú Betis, eres distinto desde tu nacimiento. Porque Tú, Betis, naciste de la injusticia, y por eso, eres calle, vida y pueblo. Tú, Betis, tienes alma de perdedor, y llevas contigo a todos aquellos que por sufridores y perdedores han aprendido a querer más allá del éxito, y por ende, a valorar y disfrutar como nadie de cada una de tus humildes y legendarias Victorias. El Betis, nuestro Betis, es algo que va más allá de lo deportivo, es una manera de entender el mundo y la vida, una filosofía labrada en años y años de estar a la sombra y no existir para nada ni nadie que no fueran los béticos.
El Betis, no alardea de sevillana, porque es un sentimiento Universal. Nacimos a orillas del Guadalquivir, es cierto, y estamos orgullosos de ello, pero el Betis va mucho más allá de las fronteras de su casa, por eso somos “Béticos del Universo. El Betis y el bético no se obsesionan con ser grandes, porque saben que la grandeza está en ser del Betis, en haber nacido bético. El Betis huye de la lógica, porque depende, en su ser artista, de la inspiración para encumbrarse y encumbrarnos cuando nadie espera nada de él. El Betis es el latigazo, el fogonazo de magia, y es ahí precisamente donde vive el Betis, entre la Sima y la Cima, entre el cielo y el suelo, porque no entendemos de término medio, porque no sabemos vivir sin nuestro equipo, sin sentirnos diferentes por ser del Betis.
Ahora, Betis, que vas a cumplir cien años, nos sigues teniendo a tu lado, siempre juntos, y como en el 35 donde ganamos la última Liga Democrática y Republicana, allí estaban tus gargantas verdiblancas en Santander. Allí, en tierras cántabras, se obró de nuevo el milagro cuando ya estábamos algunos echando el corazón por la boca. Y Allí estaba tu gente, como en Utrera hace años, o en Anfield Road no hace tantos. Allí estaban, a tu lado como siempre, ¿el número? Da igual, a nosotros no nos importa el número, nunca nos ha importado porque hemos sido siempre los mismos.
Ahora Betis, que vas a cumplir cien años nos homenajeamos todos el pasado día 27 en “Villa Luisa”, y para demostrarle al mundo que estamos vivos, allí estuvimos todos, los que no pudieron estar pero estaban y los que estuvieron de cuerpo presente: La afición, Gordillo, Rogelio, Del Sol, Ortega, Rincón, Esnaola, Cardeñosa, Iriondo, Jaramillo, las plantillas campeonas de Copa en el 77 y en el 2005, así como la finalista del 97, Serra Ferrer, y muchos otros que enumerarlos aquí sería imposible y que han escrito con letras de oro la singular Historia de este Betis, y que han sido embajadores del verde, blanco y verde, allí por donde han ido. Va por todos ellos, ya que sin ellos, El Betis no sería el Betis, y es que ellos y nosotros, TODOS, somos el Betis.
Ahora Betis, que vas a cumplir cien años, reverdea más que nunca en los corazones de tus hijos la filosofía verdiblanca, la fe del incansable, la constancia incorruptible del que ama de verdad y quiere más en la derrota que en la Victoria, por que sabe que en la Sima, en el abismo, en el Ocaso, es donde más falta hace el aliento y la sonrisa de tu gente, de todos aquellos que te dan forma y sentido. De esos hijos tuyos, chicos y grandes, jóvenes y viejos, que han ido creciendo contigo desde que Papa Jones, los Castillo, los Hermosa, los Wesolowski y muchos otros te dieran a luz un 12 de Septiembre de hace hoy casi cien años. Cien años siendo tuyos, cien años yendo a verte cada quince días, cien años sintiendo lo mismo al entrar por la puerta verde de nuestra casa, al subir el primer escalón de tus viejas escaleras, cien años sintiendo esa cosa, ese cosquilleo indescriptible al encontrarnos contigo un día cualquiera, ya fuera el Palamós o el Chelsea el que te esperaba en la verde pradera heliopolitana.
Hoy, tu sangre verde corre ciega de amor y locura por nuestras venas, hoy, mal que algunos se empeñen en darte muerte, estás más vivo que nunca en nuestros corazones. Porque tú Betis, eres distinto desde tu nacimiento. Porque Tú, Betis, naciste de la injusticia, y por eso, eres calle, vida y pueblo. Tú, Betis, tienes alma de perdedor, y llevas contigo a todos aquellos que por sufridores y perdedores han aprendido a querer más allá del éxito, y por ende, a valorar y disfrutar como nadie de cada una de tus humildes y legendarias Victorias. El Betis, nuestro Betis, es algo que va más allá de lo deportivo, es una manera de entender el mundo y la vida, una filosofía labrada en años y años de estar a la sombra y no existir para nada ni nadie que no fueran los béticos.
El Betis, no alardea de sevillana, porque es un sentimiento Universal. Nacimos a orillas del Guadalquivir, es cierto, y estamos orgullosos de ello, pero el Betis va mucho más allá de las fronteras de su casa, por eso somos “Béticos del Universo. El Betis y el bético no se obsesionan con ser grandes, porque saben que la grandeza está en ser del Betis, en haber nacido bético. El Betis huye de la lógica, porque depende, en su ser artista, de la inspiración para encumbrarse y encumbrarnos cuando nadie espera nada de él. El Betis es el latigazo, el fogonazo de magia, y es ahí precisamente donde vive el Betis, entre la Sima y la Cima, entre el cielo y el suelo, porque no entendemos de término medio, porque no sabemos vivir sin nuestro equipo, sin sentirnos diferentes por ser del Betis.
Ahora, Betis, que vas a cumplir cien años, nos sigues teniendo a tu lado, siempre juntos, y como en el 35 donde ganamos la última Liga Democrática y Republicana, allí estaban tus gargantas verdiblancas en Santander. Allí, en tierras cántabras, se obró de nuevo el milagro cuando ya estábamos algunos echando el corazón por la boca. Y Allí estaba tu gente, como en Utrera hace años, o en Anfield Road no hace tantos. Allí estaban, a tu lado como siempre, ¿el número? Da igual, a nosotros no nos importa el número, nunca nos ha importado porque hemos sido siempre los mismos.
Ahora Betis, que vas a cumplir cien años nos homenajeamos todos el pasado día 27 en “Villa Luisa”, y para demostrarle al mundo que estamos vivos, allí estuvimos todos, los que no pudieron estar pero estaban y los que estuvieron de cuerpo presente: La afición, Gordillo, Rogelio, Del Sol, Ortega, Rincón, Esnaola, Cardeñosa, Iriondo, Jaramillo, las plantillas campeonas de Copa en el 77 y en el 2005, así como la finalista del 97, Serra Ferrer, y muchos otros que enumerarlos aquí sería imposible y que han escrito con letras de oro la singular Historia de este Betis, y que han sido embajadores del verde, blanco y verde, allí por donde han ido. Va por todos ellos, ya que sin ellos, El Betis no sería el Betis, y es que ellos y nosotros, TODOS, somos el Betis.
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