Discurso de José Rodríguez de la Borbolla en el Acto de homenaje a los hermanos Cuéllar organizado por la Agrupación de Béticos Veteranos el 27 de Enero de 2012
"Sr Presidente de la Fundación del Real Betis Balompié
Miembros de la Agrupación de Béticos Veteranos
Hermanos Cuéllar
Béticos todos… hermanos de sangre verde…
Ante todo, permitidme que muestre mi más profundo agradecimiento por haberme dado la oportunidad de intervenir en este acto… Este acto que no es sólo un homenaje a los hermanos Cuéllar, sino que es, también, un homenaje a todos los béticos comprometidos y de buena casta que están trabajando por hacer que el Betis reconquiste su identidad y pueda volver a transitar por la senda de sus esencias. Y para que, con ello, vaya contribuyendo a nuestra felicidad, ya que el fin primero y último del Betis es hacer felices a los Béticos.
……………………
Dijo un clásico que “la primera condición para la felicidad del hombre es ser hijo de una ciudad famosa”. Los béticos somos hijos de Sevilla, ciudad famosa donde las haya, con lo que tenemos una primera condición para alcanzar la felicidad.
¿Por qué? Pues porque toda ciudad famosa transmite a sus hijos valores positivos, seguridad en el propio destino, conciencia de tener un sitio en el mundo, capacidad para luchar por un futuro mejor, sentido de pertenencia a una colectividad con posibilidades de afrontar retos trascendentes…
Pensemos en Roma, por ejemplo. Con independencia de que en Roma también hubiera muchos ************* y muchos ****** –se me vienen a la cabeza, por ejemplo, Golfus de Roma y el mismo Calígula-; con independencia de ello, digo, Roma trasmitió a sus hijos y más allá de sus hijos, en su tiempo y más allá de su tiempo, valores como la capacidad de superación, la primacía del mérito sobre el dinero, la conciencia del individuo y el valor de la ciudadanía, la importancia del bien común y de la cosa pública, la Res Publica… Valores y principios que han marcado la civilización hasta nuestros días.
………………………..
Así también Sevilla… Sevilla es una ciudad vieja y compleja, de las más viejas y complejas del mundo, que tiene muchas almas y muchas maneras de ser vivida, pero que, en su síntesis, transmite a sus hijos valores y criterios hermosos y bellos…
En efecto, Sevilla tiene, por ejemplo un alma campera y un alma urbana… un alma folklórica y populachera; y un alma culta e ilustrada en profundidad… un alma envidiosa, mezquina e inquisitorial; y un alma tolerante, generosa y compasiva… un alma pícara, desahogada y fullera; y un alma rigurosa y seria en el trabajo… Y Sevilla tiene, también, un alma sevillista y un alma bética…
Pues bien, los hermanos Cuéllar son una buena muestra, la mejor muestra, de las buenas almas de Sevilla…
¿Por qué? Pues porque son una muestra, una buena muestra, de las capas medias de Sevilla, de esas capas medias de Sevilla que incluyen desde abogados hasta tenderos, desde taberneros hasta arquitectos, desde profesores hasta comerciantes, desde escritores, periodistas y artistas varios hasta médicos y cirujanos, desde empresarios innovadores hasta artesanos celosos de las tradiciones… Son representantes de esas capas medias que, desde hace ya varios siglos, han venido moldeando la mejor Sevilla, una Sevilla amante de trabajo bien hecho y contraria a la fullería; una Sevilla seria y rigurosa, pero no malaje; una Sevilla generadora de iniciativas y de riquezas, pero no ostentosa ni alardeadora; una Sevilla exhuberante y creadora, pero contenida y no desmesurada; una Sevilla elíptica, imaginativa y con gracia, pero no de los “grasiosos” profesionales; una Sevilla, en fin, con el estilo y el canon de vida que refleja, mejor que nada, el canon de nuestra Semana Santa, obra y muestra máxima del canon, el alma y el estilo de vida de las capas medias que la han conformado a lo largo de los dos últimos siglos…
Pues bien, los hermanos Cuéllar son una buena muestra de esas capas medias de Sevilla, de esos sevillanos que han contribuido a la mejor Sevilla.
………………………
Pasemos ahora al Betis y los Cuéllar… El Betis, afirmo yo, señores, es una de las creaciones colectivas más singulares de la Historia de la Humanidad. Y lo es en tal grado que debería haber figurado en alguno de los libros de Stefan Zweig dedicados a la divulgación de los “Momentos Estelares de la Humanidad”. Así, incluso, lo tenía pensado tan gran autor, biógrafo y ensayista donde los haya. A mis oídos ha llegado, en efecto, la noticia del hallazgo de un manuscrito, encontrado en los archivos de un residente judío de la ciudad de Petrópolis, en Brasil, manuscrito que contiene, en alemán, el guión-esquema de un texto titulado “Aquella noche en Sevilla, en la calle Mercedes de Velilla”. De más está decir que dicho título no puede referirse a otra cosa que no sea la fundación del Betis, lo cual confirma la opinión de Zweig sobre la grandeza, relevancia y singularidad del Betis y de su destino.
Y no hay por qué sorprenderse… Porque, señores, ¿es que cabe algo igual en el mundo de los humanos a lo que significa el Real Betis Balompié? ¿Cabe más seguridad en los propios valores? ¿Cabe una esperanza más inmarchitable en los corazones? ¿Cabe un amor más inconmensurable a lo propio del ser más íntimo de uno? ¿Cabe una fe más honda en el propio destino, que aquella que se trasluce en ese grito telúrico de “¡Viva el Betis manque pierda!”? No, no existe nada igual, respondo yo. No existe nada igual. Sólo se me ocurre compararlo con la actitud de los Tercios de Flandes, de esos Tercios que habían aterrorizado y domeñado el mundo, y que, en su primera derrota, en los campos de Rocroi, cuando los franceses, admirados de su valor y entrega, les ofrecieron la vida a cambio de la rendición, respondieron con la cabeza alta: “Somos españoles, señores: nosotros no nos rendimos”. Parafraseando a Marquina, en aquello de “España y yo somos así, señora”, nosotros podemos decir, siempre mirando a los ojos de los otros:”El Betis y nosotros somos así, señores”.
………………………
Ese Betis nuestro, ese Betis hechura de los béticos, ese Betis hechura de los buenos sevillanos, ese Betis resultado de los afanes vitales y del compromiso con la historia de las buenas castas de Sevilla…, cayó un día, en 1992, en manos de un impresentable. Ese Betis nuestro fue secuestrado por alguien que, más que de Sevilla, parece proceder de algún mundo subterráneo, en el que la mezquindad, la ruindad y la falta de respeto por todo lo digno tienen su asiento. En manos de un falso profeta que, adulando a las buenas masas béticas; prometiendo paraísos imaginarios; practicando la adoración al becerro de oro; y practicando la vieja amenaza de “o yo, o el diluvio”, condujo al Betis al precipicio de la pérdida de su identidad e hizo que los béticos se sintieran inmersos en un infierno vital.
Ese camino de perdición llegó a su momento culminante el 28 de febrero de 2007, cuando, con ocasión de un encuentro con el otro equipo de la ciudad, ese Calígula de pacotilla entronizó su propio busto en el solar del beticismo, transformó la tragedia en farsa, y puso, con ello, a todos los béticos ante el espejo de su propia degradación. Hubo que esperar hasta entonces, pero a partir de entonces todo empezó a ser distinto.
…………………………
A partir de entonces, en efecto, se revitalizaron las agrupaciones de béticos en pro de la regeneración del Betis; a partir de entonces, se crearon nuevas Agrupaciones y Entidades dirigidas a movilizar a más y más béticos en el proceso de reconquista del Real Betis; a partir de entonces, los hermanos Cuéllar, elegidos como máximos representantes de la Liga de Juristas Béticos y de la Fundación Heliópolis, personificaron y supieron encarnar al máximo las aspiraciones del Belicismo.
Los Cuéllar se entregaron a la causa bética sin afán de protagonismo, sin ambición de poder alguno y sabiendo estar más allá de los intereses de cualquier grupo o fracción. Pensando y actuando sólo por el bien del Betis, tal como hizo en su día, por el bien de Roma, el famoso Lucio Quinto Cincinato, patricio romano que fue llamado a ejercer la Dictadura sobre Roma en tiempos difíciles y que supo renunciar a la misma en cuanto, con su acción y bajo su dirección, Roma quedó liberada de sus riesgos. Los Cuéllar se han movido sólo por el sentimiento bético, seguramente queriendo no tener que decirle nunca más al Betis lo que dice la vieja copla:
“No siento en el mundo más
que tengas tan mal sonío
siendo de tan buen metal”.
Fruto de su actuación, y fruto de la actuación de tantos y tantos béticos, fue, entre otras cosas, la magna manifestación del 15-J de 2009, fecha en la que la masa social bética inundó calles y plazas de Sevilla clamando por la liberación. Fruto de su actuación han sido decisivas resoluciones de la Justicia. Fruto de su actuación ha sido el avance en la unidad de los béticos y la apertura de una ventana al futuro.
………………………………………
Hoy estamos ante una nueva situación. Hoy tenemos aire para la esperanza. Hoy, señores, podemos repetir, pensando en el Betis, aquellos versos de Don Antonio Machado que decían:
“Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril
y el sol de mayo
algunas hojas verdes
le han salido”.
Hoy reverdece nuestra ilusión. Reverdece nuestra ilusión gracias a la labor de muchos béticos buenos, de muchas mujeres y hombres béticos que, hechos día a día en el beticismo, han practicado lo que han aprendido desde su infancia…
……………………………………
Dijo Rainer María Rilke que “la verdadera patria del hombre es la infancia”. Y eso es verdad. Es en la infancia donde el hombre se configura para toda la vida. Es en la infancia donde uno se reconforta y se reconoce en su estirpe, en sus castas; es en la infancia donde uno conforma los afectos y las pertenencias fundamentales; es desde la infancia desde donde uno empieza a amar el sitio de su origen, su sitio en el mundo; es en la infancia donde uno interioriza los valores que van a definir su vida toda…
La infancia, las estirpes, el sitio del que uno es…A fin de cuentas, es verdad aquello que dice:
“Abuelos, padres y tíos…
De los buenos manantiales
Nacen los grandes ríos”.
Termino. Y termino pronunciando cinco vivas:
Vivan los Cuéllar y sus castas
Vivan los buenos béticos
Viva el Real Betis Balompié
Viva el Betis manque pierda
Viva Sevilla, nuestra nación y nuestra madre
Gracias por su atención."
Desde Betisweb tambien queremos dar nuestos agradeciemiento público a D. Adolfo Cuellar y D. Miguel Cuellar, que simpre han estado dispuesto a ayudarnos en todo lo que hemos necesitado...
"Sr Presidente de la Fundación del Real Betis Balompié
Miembros de la Agrupación de Béticos Veteranos
Hermanos Cuéllar
Béticos todos… hermanos de sangre verde…
Ante todo, permitidme que muestre mi más profundo agradecimiento por haberme dado la oportunidad de intervenir en este acto… Este acto que no es sólo un homenaje a los hermanos Cuéllar, sino que es, también, un homenaje a todos los béticos comprometidos y de buena casta que están trabajando por hacer que el Betis reconquiste su identidad y pueda volver a transitar por la senda de sus esencias. Y para que, con ello, vaya contribuyendo a nuestra felicidad, ya que el fin primero y último del Betis es hacer felices a los Béticos.
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Dijo un clásico que “la primera condición para la felicidad del hombre es ser hijo de una ciudad famosa”. Los béticos somos hijos de Sevilla, ciudad famosa donde las haya, con lo que tenemos una primera condición para alcanzar la felicidad.
¿Por qué? Pues porque toda ciudad famosa transmite a sus hijos valores positivos, seguridad en el propio destino, conciencia de tener un sitio en el mundo, capacidad para luchar por un futuro mejor, sentido de pertenencia a una colectividad con posibilidades de afrontar retos trascendentes…
Pensemos en Roma, por ejemplo. Con independencia de que en Roma también hubiera muchos ************* y muchos ****** –se me vienen a la cabeza, por ejemplo, Golfus de Roma y el mismo Calígula-; con independencia de ello, digo, Roma trasmitió a sus hijos y más allá de sus hijos, en su tiempo y más allá de su tiempo, valores como la capacidad de superación, la primacía del mérito sobre el dinero, la conciencia del individuo y el valor de la ciudadanía, la importancia del bien común y de la cosa pública, la Res Publica… Valores y principios que han marcado la civilización hasta nuestros días.
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Así también Sevilla… Sevilla es una ciudad vieja y compleja, de las más viejas y complejas del mundo, que tiene muchas almas y muchas maneras de ser vivida, pero que, en su síntesis, transmite a sus hijos valores y criterios hermosos y bellos…
En efecto, Sevilla tiene, por ejemplo un alma campera y un alma urbana… un alma folklórica y populachera; y un alma culta e ilustrada en profundidad… un alma envidiosa, mezquina e inquisitorial; y un alma tolerante, generosa y compasiva… un alma pícara, desahogada y fullera; y un alma rigurosa y seria en el trabajo… Y Sevilla tiene, también, un alma sevillista y un alma bética…
Pues bien, los hermanos Cuéllar son una buena muestra, la mejor muestra, de las buenas almas de Sevilla…
¿Por qué? Pues porque son una muestra, una buena muestra, de las capas medias de Sevilla, de esas capas medias de Sevilla que incluyen desde abogados hasta tenderos, desde taberneros hasta arquitectos, desde profesores hasta comerciantes, desde escritores, periodistas y artistas varios hasta médicos y cirujanos, desde empresarios innovadores hasta artesanos celosos de las tradiciones… Son representantes de esas capas medias que, desde hace ya varios siglos, han venido moldeando la mejor Sevilla, una Sevilla amante de trabajo bien hecho y contraria a la fullería; una Sevilla seria y rigurosa, pero no malaje; una Sevilla generadora de iniciativas y de riquezas, pero no ostentosa ni alardeadora; una Sevilla exhuberante y creadora, pero contenida y no desmesurada; una Sevilla elíptica, imaginativa y con gracia, pero no de los “grasiosos” profesionales; una Sevilla, en fin, con el estilo y el canon de vida que refleja, mejor que nada, el canon de nuestra Semana Santa, obra y muestra máxima del canon, el alma y el estilo de vida de las capas medias que la han conformado a lo largo de los dos últimos siglos…
Pues bien, los hermanos Cuéllar son una buena muestra de esas capas medias de Sevilla, de esos sevillanos que han contribuido a la mejor Sevilla.
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Pasemos ahora al Betis y los Cuéllar… El Betis, afirmo yo, señores, es una de las creaciones colectivas más singulares de la Historia de la Humanidad. Y lo es en tal grado que debería haber figurado en alguno de los libros de Stefan Zweig dedicados a la divulgación de los “Momentos Estelares de la Humanidad”. Así, incluso, lo tenía pensado tan gran autor, biógrafo y ensayista donde los haya. A mis oídos ha llegado, en efecto, la noticia del hallazgo de un manuscrito, encontrado en los archivos de un residente judío de la ciudad de Petrópolis, en Brasil, manuscrito que contiene, en alemán, el guión-esquema de un texto titulado “Aquella noche en Sevilla, en la calle Mercedes de Velilla”. De más está decir que dicho título no puede referirse a otra cosa que no sea la fundación del Betis, lo cual confirma la opinión de Zweig sobre la grandeza, relevancia y singularidad del Betis y de su destino.
Y no hay por qué sorprenderse… Porque, señores, ¿es que cabe algo igual en el mundo de los humanos a lo que significa el Real Betis Balompié? ¿Cabe más seguridad en los propios valores? ¿Cabe una esperanza más inmarchitable en los corazones? ¿Cabe un amor más inconmensurable a lo propio del ser más íntimo de uno? ¿Cabe una fe más honda en el propio destino, que aquella que se trasluce en ese grito telúrico de “¡Viva el Betis manque pierda!”? No, no existe nada igual, respondo yo. No existe nada igual. Sólo se me ocurre compararlo con la actitud de los Tercios de Flandes, de esos Tercios que habían aterrorizado y domeñado el mundo, y que, en su primera derrota, en los campos de Rocroi, cuando los franceses, admirados de su valor y entrega, les ofrecieron la vida a cambio de la rendición, respondieron con la cabeza alta: “Somos españoles, señores: nosotros no nos rendimos”. Parafraseando a Marquina, en aquello de “España y yo somos así, señora”, nosotros podemos decir, siempre mirando a los ojos de los otros:”El Betis y nosotros somos así, señores”.
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Ese Betis nuestro, ese Betis hechura de los béticos, ese Betis hechura de los buenos sevillanos, ese Betis resultado de los afanes vitales y del compromiso con la historia de las buenas castas de Sevilla…, cayó un día, en 1992, en manos de un impresentable. Ese Betis nuestro fue secuestrado por alguien que, más que de Sevilla, parece proceder de algún mundo subterráneo, en el que la mezquindad, la ruindad y la falta de respeto por todo lo digno tienen su asiento. En manos de un falso profeta que, adulando a las buenas masas béticas; prometiendo paraísos imaginarios; practicando la adoración al becerro de oro; y practicando la vieja amenaza de “o yo, o el diluvio”, condujo al Betis al precipicio de la pérdida de su identidad e hizo que los béticos se sintieran inmersos en un infierno vital.
Ese camino de perdición llegó a su momento culminante el 28 de febrero de 2007, cuando, con ocasión de un encuentro con el otro equipo de la ciudad, ese Calígula de pacotilla entronizó su propio busto en el solar del beticismo, transformó la tragedia en farsa, y puso, con ello, a todos los béticos ante el espejo de su propia degradación. Hubo que esperar hasta entonces, pero a partir de entonces todo empezó a ser distinto.
…………………………
A partir de entonces, en efecto, se revitalizaron las agrupaciones de béticos en pro de la regeneración del Betis; a partir de entonces, se crearon nuevas Agrupaciones y Entidades dirigidas a movilizar a más y más béticos en el proceso de reconquista del Real Betis; a partir de entonces, los hermanos Cuéllar, elegidos como máximos representantes de la Liga de Juristas Béticos y de la Fundación Heliópolis, personificaron y supieron encarnar al máximo las aspiraciones del Belicismo.
Los Cuéllar se entregaron a la causa bética sin afán de protagonismo, sin ambición de poder alguno y sabiendo estar más allá de los intereses de cualquier grupo o fracción. Pensando y actuando sólo por el bien del Betis, tal como hizo en su día, por el bien de Roma, el famoso Lucio Quinto Cincinato, patricio romano que fue llamado a ejercer la Dictadura sobre Roma en tiempos difíciles y que supo renunciar a la misma en cuanto, con su acción y bajo su dirección, Roma quedó liberada de sus riesgos. Los Cuéllar se han movido sólo por el sentimiento bético, seguramente queriendo no tener que decirle nunca más al Betis lo que dice la vieja copla:
“No siento en el mundo más
que tengas tan mal sonío
siendo de tan buen metal”.
Fruto de su actuación, y fruto de la actuación de tantos y tantos béticos, fue, entre otras cosas, la magna manifestación del 15-J de 2009, fecha en la que la masa social bética inundó calles y plazas de Sevilla clamando por la liberación. Fruto de su actuación han sido decisivas resoluciones de la Justicia. Fruto de su actuación ha sido el avance en la unidad de los béticos y la apertura de una ventana al futuro.
………………………………………
Hoy estamos ante una nueva situación. Hoy tenemos aire para la esperanza. Hoy, señores, podemos repetir, pensando en el Betis, aquellos versos de Don Antonio Machado que decían:
“Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril
y el sol de mayo
algunas hojas verdes
le han salido”.
Hoy reverdece nuestra ilusión. Reverdece nuestra ilusión gracias a la labor de muchos béticos buenos, de muchas mujeres y hombres béticos que, hechos día a día en el beticismo, han practicado lo que han aprendido desde su infancia…
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Dijo Rainer María Rilke que “la verdadera patria del hombre es la infancia”. Y eso es verdad. Es en la infancia donde el hombre se configura para toda la vida. Es en la infancia donde uno se reconforta y se reconoce en su estirpe, en sus castas; es en la infancia donde uno conforma los afectos y las pertenencias fundamentales; es desde la infancia desde donde uno empieza a amar el sitio de su origen, su sitio en el mundo; es en la infancia donde uno interioriza los valores que van a definir su vida toda…
La infancia, las estirpes, el sitio del que uno es…A fin de cuentas, es verdad aquello que dice:
“Abuelos, padres y tíos…
De los buenos manantiales
Nacen los grandes ríos”.
Termino. Y termino pronunciando cinco vivas:
Vivan los Cuéllar y sus castas
Vivan los buenos béticos
Viva el Real Betis Balompié
Viva el Betis manque pierda
Viva Sevilla, nuestra nación y nuestra madre
Gracias por su atención."
Desde Betisweb tambien queremos dar nuestos agradeciemiento público a D. Adolfo Cuellar y D. Miguel Cuellar, que simpre han estado dispuesto a ayudarnos en todo lo que hemos necesitado...
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