"2011 fue maravilloso; ojalá 2012 sea igual"
En la esquina de Calle Sierpes y Plaza San Francisco, el corazón de Sevilla, Mel atiende a AS como hizo en la Navidad de 2010, cuando soñaba el ascenso. Un año después, más maduro incluso como entrenador, vuelve a hacer balance. Cumplió aquel sueño, ahora tiene otros.
Un año después, otra vez aquí. Entonces soñando con el ascenso. Ahora en Primera y con el equipo superando una situación difícil. Año largo...
Pero excepcional. Se consiguió el objetivo prioritario, que era el ascenso, y nos vamos en mitad de la tabla en Primera, que creo que nadie puede decir que no es el sitio donde tenemos que estar bregando.
La Copa ha sido un borrón. Pero hace dos semanas nadie pensaba que se podía ganar a Atlético y Valencia.
Ya no hay remedio. Ahora, a pensar en la Liga. Yo siempre confío en mi trabajo y en el de los jugadores. Nuestra unión consiguió que cada partido resultase una reválida.
Antes del partido de la Real, en una entrevista a este mismo diario, le vimos dolido, hundido, como viendo que se perdía una oportunidad. ¿Estos dos últimos resultados han hecho justicia a Mel?
De momento sí, pero el fútbol sigue. Tendremos que ganar al Sporting para estar tranquilos. Espero irme del Betis, el día que tenga que ser, con la tranquilidad de haber hecho bien las cosas. De otra forma parecerá que me voy por la puerta de atrás.
¿Le ha hecho mejor entrenador esta brutal crisis?
Me ha reafirmado en varias ideas. La primera, que tienes que mantener lo que te ha dado resultado toda tu vida, las ideas. Buscando soluciones, en Pamplona intenté alinear un equipo que fuera más seguro y no cambió. Segundo, la seguridad total de que el vestuario da y quita; y tercero, la responsabilidad y la comunión que tengo con la grada. Soy uno más.
¿Que el club le haya mantenido en el puesto puede marcar un punto de inflexión en el fútbol español para que haya más paciencia?
Creo que Manolo Preciado y yo somos dos buenos ejemplos. Le debo mucho a la gente de a pie del Betis porque sin esos cánticos y esas muestras de cariño nada sería igual. Pero es que esta Junta directiva ya me mantuvo en el año del ascenso, el año del caos. Y la paciencia da resultados.
¿Cuál es la clave de que el vestuario crea en usted para luchar como lo ha hecho?
La celebración del segundo gol ante el Valencia marca, sin duda, la relación entre nosotros. Yo tengo una hija y los que sean padres como yo seguro que lo van a entender: hay momentos de la vida en los que tienes que reprender o darle un capón a tu hijo porque es por su bien. Tienes que enderezarle el rumbo. Los futbolistas estaban de acuerdo punto por punto con lo que les dije en el vestuario de El Arcángel. Entendieron el mensaje general: que llevamos el escudo del equipo más grande y hay que darlo todo. Si no, no somos mejores que nadie.
Es de imaginar que es feliz dejándole a los béticos una Navidad tranquila.
Este es el equipo de mi vida y que la gente me quiera tanto es una responsabilidad tremenda. Imaginen la tranquilidad de saber que hasta el día de 8 de enero este equipo va a estar en la zona templada de la tabla.
Al final el fútbol le ha dado la razón con algunos futbolistas y algunos cambios que ha realizado.
Los entrenadores ponemos las camisetas de titular al alcance de cualquiera y ellos solos se las ponen y se las quitan. Cañas ha pedido estar en el equipo con su rendimiento, ha aparecido Pozuelo, y yo lo único que hago es dárselas.
Sea sincero, ¿se ha hecho mal con los fichajes?
No quiero eludir esa pregunta, que responderé en verano. Pero ya no hay vuelta de hoja. Hay que aprender de los errores y de las cosas que se pueden hacer mejor. Hay que corregir esas cosas.
¿Espera 'cesta de Navidad 'del club?
Sí. Ya le hemos visto las orejas al lobo y no queremos ser el del cuento. Nunca he confiado en el mercado de invierno pero la primera cesta de Navidad que me tiene que dar el club es la de las salidas. No puedo trabajar con 30 jugadores y tampoco cerrar las puertas a la cantera: Nono, Pozuelo, Sergio, Álex... Luego ya vendrán los fichajes.
Ya entrenó al Tenerife en la máxima categoría, hace diez años. ¿Qué le ha parecido la Primera a su vuelta?
Pues que nosotros vamos con pistolas y tirachinas y otros tienen bazucas. Por eso tiene mérito como estamos.
¿Y se ha demostrado que en Primera su modelo de Segunda vale? Ha introducido matices en los últimos tiempos.
Mal entrenador sería si no busco soluciones al hecho de que los rivales, con poca cosa, nos hicieran gol. En los últimos partidos han sufrido más para marcarnos. A través de juntarnos y de emplear a mucha gente en defensa somos mejores. Pero los que defienden son también delanteros y los cambios del Calderón fueron hacia delante, Molina y Santa Cruz.
¿Qué le pide a 2012?
La misma estabilidad en el club y la paciencia, porque así vamos a conseguir el objetivo que es dejar al Betis en Primera. Después de esta travesía del desierto de tantos partidos sin ganar, estamos en la mitad de la tabla. 2011 ha sido maravilloso, ojalá 2012 sea igual.
¿Con qué imágenes del año se queda?
Con la celebración del ascenso en La Palmera, el abrazo del segundo gol del Valencia, la alegría del Calderón y la satisfacción de ver que la gente sigue confiando en su equipo.
La afición le va a pedir regalo de Reyes: el derbi.
Es un mes tremendo pero sí. Tengo muchas ganas de derbi porque es el partido que hace que esta ciudad se revitalice.
Feliz Navidad.
Lo mismo a todos los lectores de AS.
"2011 fue maravilloso; ojalá 2012 sea igual" - Pepe Mel - AS.com
En la esquina de Calle Sierpes y Plaza San Francisco, el corazón de Sevilla, Mel atiende a AS como hizo en la Navidad de 2010, cuando soñaba el ascenso. Un año después, más maduro incluso como entrenador, vuelve a hacer balance. Cumplió aquel sueño, ahora tiene otros.
Un año después, otra vez aquí. Entonces soñando con el ascenso. Ahora en Primera y con el equipo superando una situación difícil. Año largo...
Pero excepcional. Se consiguió el objetivo prioritario, que era el ascenso, y nos vamos en mitad de la tabla en Primera, que creo que nadie puede decir que no es el sitio donde tenemos que estar bregando.
La Copa ha sido un borrón. Pero hace dos semanas nadie pensaba que se podía ganar a Atlético y Valencia.
Ya no hay remedio. Ahora, a pensar en la Liga. Yo siempre confío en mi trabajo y en el de los jugadores. Nuestra unión consiguió que cada partido resultase una reválida.
Antes del partido de la Real, en una entrevista a este mismo diario, le vimos dolido, hundido, como viendo que se perdía una oportunidad. ¿Estos dos últimos resultados han hecho justicia a Mel?
De momento sí, pero el fútbol sigue. Tendremos que ganar al Sporting para estar tranquilos. Espero irme del Betis, el día que tenga que ser, con la tranquilidad de haber hecho bien las cosas. De otra forma parecerá que me voy por la puerta de atrás.
¿Le ha hecho mejor entrenador esta brutal crisis?
Me ha reafirmado en varias ideas. La primera, que tienes que mantener lo que te ha dado resultado toda tu vida, las ideas. Buscando soluciones, en Pamplona intenté alinear un equipo que fuera más seguro y no cambió. Segundo, la seguridad total de que el vestuario da y quita; y tercero, la responsabilidad y la comunión que tengo con la grada. Soy uno más.
¿Que el club le haya mantenido en el puesto puede marcar un punto de inflexión en el fútbol español para que haya más paciencia?
Creo que Manolo Preciado y yo somos dos buenos ejemplos. Le debo mucho a la gente de a pie del Betis porque sin esos cánticos y esas muestras de cariño nada sería igual. Pero es que esta Junta directiva ya me mantuvo en el año del ascenso, el año del caos. Y la paciencia da resultados.
¿Cuál es la clave de que el vestuario crea en usted para luchar como lo ha hecho?
La celebración del segundo gol ante el Valencia marca, sin duda, la relación entre nosotros. Yo tengo una hija y los que sean padres como yo seguro que lo van a entender: hay momentos de la vida en los que tienes que reprender o darle un capón a tu hijo porque es por su bien. Tienes que enderezarle el rumbo. Los futbolistas estaban de acuerdo punto por punto con lo que les dije en el vestuario de El Arcángel. Entendieron el mensaje general: que llevamos el escudo del equipo más grande y hay que darlo todo. Si no, no somos mejores que nadie.
Es de imaginar que es feliz dejándole a los béticos una Navidad tranquila.
Este es el equipo de mi vida y que la gente me quiera tanto es una responsabilidad tremenda. Imaginen la tranquilidad de saber que hasta el día de 8 de enero este equipo va a estar en la zona templada de la tabla.
Al final el fútbol le ha dado la razón con algunos futbolistas y algunos cambios que ha realizado.
Los entrenadores ponemos las camisetas de titular al alcance de cualquiera y ellos solos se las ponen y se las quitan. Cañas ha pedido estar en el equipo con su rendimiento, ha aparecido Pozuelo, y yo lo único que hago es dárselas.
Sea sincero, ¿se ha hecho mal con los fichajes?
No quiero eludir esa pregunta, que responderé en verano. Pero ya no hay vuelta de hoja. Hay que aprender de los errores y de las cosas que se pueden hacer mejor. Hay que corregir esas cosas.
¿Espera 'cesta de Navidad 'del club?
Sí. Ya le hemos visto las orejas al lobo y no queremos ser el del cuento. Nunca he confiado en el mercado de invierno pero la primera cesta de Navidad que me tiene que dar el club es la de las salidas. No puedo trabajar con 30 jugadores y tampoco cerrar las puertas a la cantera: Nono, Pozuelo, Sergio, Álex... Luego ya vendrán los fichajes.
Ya entrenó al Tenerife en la máxima categoría, hace diez años. ¿Qué le ha parecido la Primera a su vuelta?
Pues que nosotros vamos con pistolas y tirachinas y otros tienen bazucas. Por eso tiene mérito como estamos.
¿Y se ha demostrado que en Primera su modelo de Segunda vale? Ha introducido matices en los últimos tiempos.
Mal entrenador sería si no busco soluciones al hecho de que los rivales, con poca cosa, nos hicieran gol. En los últimos partidos han sufrido más para marcarnos. A través de juntarnos y de emplear a mucha gente en defensa somos mejores. Pero los que defienden son también delanteros y los cambios del Calderón fueron hacia delante, Molina y Santa Cruz.
¿Qué le pide a 2012?
La misma estabilidad en el club y la paciencia, porque así vamos a conseguir el objetivo que es dejar al Betis en Primera. Después de esta travesía del desierto de tantos partidos sin ganar, estamos en la mitad de la tabla. 2011 ha sido maravilloso, ojalá 2012 sea igual.
¿Con qué imágenes del año se queda?
Con la celebración del ascenso en La Palmera, el abrazo del segundo gol del Valencia, la alegría del Calderón y la satisfacción de ver que la gente sigue confiando en su equipo.
La afición le va a pedir regalo de Reyes: el derbi.
Es un mes tremendo pero sí. Tengo muchas ganas de derbi porque es el partido que hace que esta ciudad se revitalice.
Feliz Navidad.
Lo mismo a todos los lectores de AS.
"2011 fue maravilloso; ojalá 2012 sea igual" - Pepe Mel - AS.com
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