Me he despertado muy reflexivo tras el 20-N. Ocurre que el descalabro del PSOE no es noticia para mí. La situación del Betis sí. Ahí va eso. Se admiten discrepancias, que no preguntas ni concreciones sobre los 11 puntos esbozados.
1. El Betis es el club menos redondo que he conocido en veintitantos años de profesional del Periodismo: Fundación, ciudad deportiva, directores de áreas, administradores concursales… ¿Y quién piensa en fútbol?
2. Por ende, nadie cae en la cuenta de que el primer equipo representa al menos el 80% de la gestión de un club de fútbol. Ni le dedican ese tiempo, ni el contingente humano que precisa ni esa parte del presupuesto.
3. Pepe Mel está solo en el Betis. El resto de altos directivos o consejeros pertenecen a un plan diseñado desde los juzgados y desde ciertos despachos de esta ciudad. Tan sólo en Miguel Guillén ha encontrado alguien en quien poder apoyarse y confiar.
4. Vlada Stosic ha aceptado una política de fichajes marcada por los deseos de Bosch y los concursales de guardar dinero y ahora está sufriendo las consecuencias. ¿Se verá el serbio legitimado moralmente para decirle a Mel llegado el caso que no sigue?
5. Mel renunció a un contrato superior económicamente que ya tenía firmado con tal de cumplir su sueño de entrenar en Primera. Hasta ahí, correcto. Pero debió exigir algunas cosas y rodearse de gente más suya. Su única fuerza reside en la afición y en los futbolistas y a ambos los desgastan las derrotas.
6. Siempre digo que se deben cumplir dos premisas para la destitución de un entrenador: que pierda la confianza de su plantilla y que el juego del equipo sea plano. La primera no ha llegado y la segunda tampoco. He visto tres veces el Villarreal-Betis y el equipo no baja los brazos aunque sí está algo atorado.
7. Más allá del fútbol del equipo, los futbolistas deben hacer un análisis más profundo y admitir que el día que más corrieron fue ante el Málaga. Y no perdieron. ¿Tan difícil es vaciarse una vez a la semana?
8. Un profesional que no piense en el partido como mínimo desde el jueves no merece la pena. Como el equipo siga perdiendo y salga Mel, el vestuario podría saltar en mil pedazos.
9. La destitución de Mel es la salida fácil en caso de debacle ante la Real Sociedad. Tampoco estaría mal airear el cacareado ERE y quitarse a siete futbolistas de encima.
10. Es necesario esta semana que quien corresponda dé un golpe de autoridad puertas adentro, siempre que el vestuario abra menos la boca, que hay alguno a quien parece darle todo igual. Si el técnico necesita refrendo, hay que apostar a ciegas por él delante de los futbolistas. Mel quizá deba ponerse más firme porque jamás una crisis así se debió única y exclusivamente a asuntos estrictamente deportivos.
11. No he escrito de firmar un central y un delantero rápido y fuerte porque no es el momento. Además, los hay a patadas por mucho que en el Betis se hable mal del mercado de invierno.
El fútbol de Meridona
1. El Betis es el club menos redondo que he conocido en veintitantos años de profesional del Periodismo: Fundación, ciudad deportiva, directores de áreas, administradores concursales… ¿Y quién piensa en fútbol?
2. Por ende, nadie cae en la cuenta de que el primer equipo representa al menos el 80% de la gestión de un club de fútbol. Ni le dedican ese tiempo, ni el contingente humano que precisa ni esa parte del presupuesto.
3. Pepe Mel está solo en el Betis. El resto de altos directivos o consejeros pertenecen a un plan diseñado desde los juzgados y desde ciertos despachos de esta ciudad. Tan sólo en Miguel Guillén ha encontrado alguien en quien poder apoyarse y confiar.
4. Vlada Stosic ha aceptado una política de fichajes marcada por los deseos de Bosch y los concursales de guardar dinero y ahora está sufriendo las consecuencias. ¿Se verá el serbio legitimado moralmente para decirle a Mel llegado el caso que no sigue?
5. Mel renunció a un contrato superior económicamente que ya tenía firmado con tal de cumplir su sueño de entrenar en Primera. Hasta ahí, correcto. Pero debió exigir algunas cosas y rodearse de gente más suya. Su única fuerza reside en la afición y en los futbolistas y a ambos los desgastan las derrotas.
6. Siempre digo que se deben cumplir dos premisas para la destitución de un entrenador: que pierda la confianza de su plantilla y que el juego del equipo sea plano. La primera no ha llegado y la segunda tampoco. He visto tres veces el Villarreal-Betis y el equipo no baja los brazos aunque sí está algo atorado.
7. Más allá del fútbol del equipo, los futbolistas deben hacer un análisis más profundo y admitir que el día que más corrieron fue ante el Málaga. Y no perdieron. ¿Tan difícil es vaciarse una vez a la semana?
8. Un profesional que no piense en el partido como mínimo desde el jueves no merece la pena. Como el equipo siga perdiendo y salga Mel, el vestuario podría saltar en mil pedazos.
9. La destitución de Mel es la salida fácil en caso de debacle ante la Real Sociedad. Tampoco estaría mal airear el cacareado ERE y quitarse a siete futbolistas de encima.
10. Es necesario esta semana que quien corresponda dé un golpe de autoridad puertas adentro, siempre que el vestuario abra menos la boca, que hay alguno a quien parece darle todo igual. Si el técnico necesita refrendo, hay que apostar a ciegas por él delante de los futbolistas. Mel quizá deba ponerse más firme porque jamás una crisis así se debió única y exclusivamente a asuntos estrictamente deportivos.
11. No he escrito de firmar un central y un delantero rápido y fuerte porque no es el momento. Además, los hay a patadas por mucho que en el Betis se hable mal del mercado de invierno.
El fútbol de Meridona
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