Obligado e innecesario refrendo a Pepe Mel
Miguel Guillén, a través de la web oficial del Betis, muestra una vez más su confianza en el entrenador madrileño
Pepe Mel y Miguel Guilén, entrenador y presidente, amigos, reflejan en sus rostros el mal trago que están pasando.
En el entorno bético ya hay quien se pregunta cuántos partidos debe perder el Betis para que Pepe Mel sea destituido como entrenador. Incluso, hay quien ve cómo su prestigio se resquebraja por que el madrileño siga aún con vida deportiva en verdiblanco. Si cuatro derrotas eran muchas, seis son demasiadas y, por fuerza, éste tiene que estar cuestionado. Aunque no lo esté, que no lo está.
Pero lo fácil, hoy día, es el amarillismo deportivo. Total, ¿quién va a negar algo tan vulgar y sui géneris como decir que un sector del consejo desea la destitución del entrenador en semejante coyuntura deportiva?
Al parecer, no sirven ni las palabras de Miguel Guillén publicadas el sábado en Diario de Sevilla, tras perder el equipo su quinto partido frente al Espanyol. "A Pepe no hay que decirle nada. Él sabe que estamos con él y sólo hablamos para darnos ánimos entre todos y tratar de hallar las soluciones. Anoche lo vi muy tranquilo. Dolido, pero tranquilo. Él no necesita apoyo ni refrendo público ninguno, es que de esas cosas ni hablamos", comentó el presidente en el hall del hotel Tryp Aeropuerto de Barcelona.
En ésas, llegó la sexta derrota en Santander y nada cambió en el presidente del Betis, si acaso que su semblante tornó incluso a más serio y la noche del domingo resultó especialmente amarga para el empresario sevillano.
Aguardaba en la puerta del hotel Palacio del Mar, tras despedir a Mel y la plantilla a pie de autocar y darles ánimos, junto a Julián García de la Borbolla y Manuel Domínguez Platas, secretario del consejo de administración, y sus respectivas esposas. Habían quedado junto a unos amigos para salir a cenar, pero Guillén se quedó con su mujer en el interior del recinto cántabro. Empero, era él quien daba ánimos a algún que otro bético cabizbajo y muy dolido en las cercanías. Los ánimos que él no tenía.
Algunos del numeroso grupo de béticos que regresó ayer por la tarde con él desde Santander (el vuelo chárter del Betis fue y volvió completo y hubo quien optó por fórmulas alternativas, como el propio presidente) dicen que se lo ve algo más animado y que no sólo no cuestiona a Pepe Mel, sino que su rictus no obedece a pensar en el mal trago que le podría suponer tener que comunicarle de aquí a poco la destitución a su amigo. Es más, la cosa no va sólo con él; todo el consejo apoya al entrenador. Y el director deportivo, Vlada Stosic, que en ocasiones incluso dudó de algún planteamiento de Mel, también.
Ocurre, precisamente, lo escrito en las primeras líneas: que el entorno, a veces, obliga por alelado e indocumentado que éste sea. Por eso, el presidente del Betis juzgó ayer necesario salir a la palestra para mostrar de forma más global su apoyo y confianza en Pepe Mel y aflojarle la soga que desde fuera algunos están apretando. Ésos que saltarán vociferantes si mañana o pasado es noticia lo que hoy es sólo rumor porque, dentro del Betis, se habla de la crisis del equipo. Pero no de Mel.
Así, Guillén, al habla telefónica con Julio Jiménez Heras, director de comunicación, elaboró el mensaje inserto en la web oficial del club heliopolitano.
"Estoy seguro de que nos levantaremos con nuestro trabajo para revertir esta situación cuanto antes. Tenemos que recuperar la confianza y volver a sumar puntos", dijo Guillén, usando una palabra que es la clave para el propio Vlada Stosic, quien la repite sin cesar: "Al equipo sólo le falta confianza".
El presidente bético, incluso, ofreció su particular receta para que el equipo sepa sobreponerse, que pasa por que vayan todos apiñados como balas de cañón, según reza el himno de Caro, Moreno y Seco. "Ya vimos el año pasado una situación parecida a ésta y se salió adelante gracias a la unidad del equipo y a la serenidad. Quedan todavía 28 partidos por disputar y estamos en mitad de la tabla. No es el momento de abandonar", sugiere.
Y es en ese momento cuando envía un mensaje de confianza en los futbolistas. "Mel sabrá buscar las soluciones dentro de la plantilla para que el equipo encuentre el gol, que no llega por un motivo u otro. El míster y la plantilla tienen todo el apoyo del club, porque lo que hoy es blanco no puede ser negro tres días después. Si este equipo ha sido capaz de ser líder en la Liga, también lo será de retomar la senda de las victorias".
Miguel Guillén, a través de la web oficial del Betis, muestra una vez más su confianza en el entrenador madrileño
Pepe Mel y Miguel Guilén, entrenador y presidente, amigos, reflejan en sus rostros el mal trago que están pasando.
En el entorno bético ya hay quien se pregunta cuántos partidos debe perder el Betis para que Pepe Mel sea destituido como entrenador. Incluso, hay quien ve cómo su prestigio se resquebraja por que el madrileño siga aún con vida deportiva en verdiblanco. Si cuatro derrotas eran muchas, seis son demasiadas y, por fuerza, éste tiene que estar cuestionado. Aunque no lo esté, que no lo está.
Pero lo fácil, hoy día, es el amarillismo deportivo. Total, ¿quién va a negar algo tan vulgar y sui géneris como decir que un sector del consejo desea la destitución del entrenador en semejante coyuntura deportiva?
Al parecer, no sirven ni las palabras de Miguel Guillén publicadas el sábado en Diario de Sevilla, tras perder el equipo su quinto partido frente al Espanyol. "A Pepe no hay que decirle nada. Él sabe que estamos con él y sólo hablamos para darnos ánimos entre todos y tratar de hallar las soluciones. Anoche lo vi muy tranquilo. Dolido, pero tranquilo. Él no necesita apoyo ni refrendo público ninguno, es que de esas cosas ni hablamos", comentó el presidente en el hall del hotel Tryp Aeropuerto de Barcelona.
En ésas, llegó la sexta derrota en Santander y nada cambió en el presidente del Betis, si acaso que su semblante tornó incluso a más serio y la noche del domingo resultó especialmente amarga para el empresario sevillano.
Aguardaba en la puerta del hotel Palacio del Mar, tras despedir a Mel y la plantilla a pie de autocar y darles ánimos, junto a Julián García de la Borbolla y Manuel Domínguez Platas, secretario del consejo de administración, y sus respectivas esposas. Habían quedado junto a unos amigos para salir a cenar, pero Guillén se quedó con su mujer en el interior del recinto cántabro. Empero, era él quien daba ánimos a algún que otro bético cabizbajo y muy dolido en las cercanías. Los ánimos que él no tenía.
Algunos del numeroso grupo de béticos que regresó ayer por la tarde con él desde Santander (el vuelo chárter del Betis fue y volvió completo y hubo quien optó por fórmulas alternativas, como el propio presidente) dicen que se lo ve algo más animado y que no sólo no cuestiona a Pepe Mel, sino que su rictus no obedece a pensar en el mal trago que le podría suponer tener que comunicarle de aquí a poco la destitución a su amigo. Es más, la cosa no va sólo con él; todo el consejo apoya al entrenador. Y el director deportivo, Vlada Stosic, que en ocasiones incluso dudó de algún planteamiento de Mel, también.
Ocurre, precisamente, lo escrito en las primeras líneas: que el entorno, a veces, obliga por alelado e indocumentado que éste sea. Por eso, el presidente del Betis juzgó ayer necesario salir a la palestra para mostrar de forma más global su apoyo y confianza en Pepe Mel y aflojarle la soga que desde fuera algunos están apretando. Ésos que saltarán vociferantes si mañana o pasado es noticia lo que hoy es sólo rumor porque, dentro del Betis, se habla de la crisis del equipo. Pero no de Mel.
Así, Guillén, al habla telefónica con Julio Jiménez Heras, director de comunicación, elaboró el mensaje inserto en la web oficial del club heliopolitano.
"Estoy seguro de que nos levantaremos con nuestro trabajo para revertir esta situación cuanto antes. Tenemos que recuperar la confianza y volver a sumar puntos", dijo Guillén, usando una palabra que es la clave para el propio Vlada Stosic, quien la repite sin cesar: "Al equipo sólo le falta confianza".
El presidente bético, incluso, ofreció su particular receta para que el equipo sepa sobreponerse, que pasa por que vayan todos apiñados como balas de cañón, según reza el himno de Caro, Moreno y Seco. "Ya vimos el año pasado una situación parecida a ésta y se salió adelante gracias a la unidad del equipo y a la serenidad. Quedan todavía 28 partidos por disputar y estamos en mitad de la tabla. No es el momento de abandonar", sugiere.
Y es en ese momento cuando envía un mensaje de confianza en los futbolistas. "Mel sabrá buscar las soluciones dentro de la plantilla para que el equipo encuentre el gol, que no llega por un motivo u otro. El míster y la plantilla tienen todo el apoyo del club, porque lo que hoy es blanco no puede ser negro tres días después. Si este equipo ha sido capaz de ser líder en la Liga, también lo será de retomar la senda de las victorias".
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